Parte del territorio español, sobre todo el noroeste, debe mucho a los celtas que habitaban sus tierras. A su vez, el fútbol de Salamanca tiene que estar agradecido a los irlandeses, que introducían este deporte en la ciudad e impulsaban la creación de clubes ya desaparecidos. De hecho, una de esas entidades, el Hamilton Foot-Ball Club, participaba en la Copa del Rey de 1907, firmando la primera presencia de un conjunto charro en este torneo.
Pero los irlandeses, procedentes de tierras celtas, también practican un deporte que a los elementos futbolísticos une otros procedentes del baloncesto, el balonmano o el rugby y que se juega durante 60 o 70 minutos sobre una superficie de hierba con dos equipos de 11 o 15 deportistas cada uno y con porterías en forma de H, lográndose 3 puntos si se introduce el balón en la parte inferior o 1 si se cuela entres los palos superiores. Se trata del fútbol gaélico, en el que hace siglos se introducían rituales religiosos o enfrentamientos entre pueblos enteros. Los estudiosos del tema aseguran que una estatua situada en Galway (Irlanda) indica que en 1527 ya se llevaba a cabo esta modalidad deportiva.
En 1884, con la intención de que este deporte y otros aparecidos y arraigados en las zonas irlandesas perduraran en el tiempo, surgía la Asociación Atlética Gaélica, que reconoce la oficialidad de unas Ligas de fútbol gaélico masculinas, femeninas y mixtas creadas en Galicia, cuya selección ha jugado partidos internacionales.
Bajo esas premisas, a comienzos del curso 2000-2001, un salmantino y dos estudiantes irlandeses intentaban que la capital charra se sumara a esta opción deportiva que permitiera difundir la cultura celta en una ciudad con raíces de este pueblo. “Los irlandeses siempre han estado vinculados a Salamanca porque venían a estudiar para ser sacerdotes y se hospedaban en el Colegio Mayor del Arzobispo Fonseca, próximo a la calle San Patricio, su patrón. Unido a eso, a finales del siglo XX y principios del XXI había una moda y un creciente interés en Salamanca por la música celta debido a la existencia de algún grupo local que la promocionaba. Aprovechando ese tirón, dos estudiantes irlandeses que estaban en Salamanca quisieron expandir el fútbol gaélico más allá de los pequeños partidos entre amigos que jugaban por entretenerse en el antiguo campo de rugby de La Aldehuela. Les ayudé poniendo carteles en varios pubs irlandeses de la ciudad, pero no se consiguió el número de integrantes que se necesitaba y se desechó la idea”, revela a SALAMANCA24HORAS Jorge Hernández, el charro que participaba en esta iniciativa.
Ahora, el fútbol gaélico pretende asentarse en la comarca zamorana de Sanabria, donde este mes están realizándose entrenamientos para tratar de fundar un club. Están organizados por la Asociación para el estudio de las montañas Cryosanabria. Si el proyecto sale adelante en esta tierra que también tiene pasado celta, Salamanca tendrá más cerca al deporte que un día rechazaba.
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