El padre Ángel Pérez Casado ha fallecido este sábado, a los 85 años, después de una larga lucha contra la enfermedad del cáncer. Pérez Casado, conocido por estar al cargo durante más de 20 años del Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia, ha muerto a las 1:30 horas de la madrugada de este sábado.
El fraile dominico se encontraba en el convento de San Esteban después de despedirse el 14 de octubre de 2017 del Santuario de la Peña de Francia en una emotiva eucarística de acción de gracias donde estuvo arropado por los miembros de la comunidad dominica del Convento de San Esteban de Salamanca así como por los sacerdotes y fieles de las diferentes parroquias del Arciprestazgo Virgen de la Peña de Francia que se acercaron hasta el lugar para agradecerle su servicio a la Iglesia en este santuario mariano.
Según ha confirmado a SALAMANCA24HORAS.COM el vicario del convento de San Esteban, en la tarde de este sábado procederán a darle sepultura.
Ángel Pérez nació en Aldehuela de la Bóveda en 1935. Sus primeros años transcurren en Salamanca donde recibe la primera enseñanza y hace el bachillerato en los salesianos, informan desde la Diócesis.
Frecuenta en ese tiempo la iglesia de los dominicos de San Esteban, donde acudía con frecuencia a “oír misa, a asistir a las novenas, procesiones,…” como felizmente recordaba hace unos años, cómo nació su vocación. Al terminar el bachillerato, en 1952 ingresa en la Orden d los Dominicos en Palencia, realizando su profesión el 15 de noviembre de ese mismo año.
Tras estudiar filosofía en las Caldas de Besaya (Cantabria) y teología en Salamanca, recibe la ordenación sacerdotal en diciembre de 1959. Tras terminar sus estudios, su primera asignación es en la Virgen del Camino, León, donde ejerce como profesor y formador de los dominicos, trabajando también en la atención pastoral del santuario. Con treinta y cinco años, 1970, es destinado a la misión de los dominicos en Quillabamba en el Perú, donde pasará siete años ejerciendo su ministerio misionero y cooperando en el despliegue del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado.
Regresa a España en 1977 para atender la enfermedad de su padre, será destinado a Alcalá de Henares donde ejercerá como profesor de Instituto. En 1982 es destinado a la casa de formación, Convento de Sotomayor, donde a parte de atender a su madre será responsable pastoral de las comunidades de Arabayona y Pedroso, simultaneando esas tareas con el ejercicio docente en un Instituto de Salamanca y en con colegio privado de religiosas.
En 1997 es destinado al convento de San Esteban para colaborar en el trabajo del santuario de la Peña de Francia. En 1988 es nombrado Rector, tarea que desarrollará por casi veinte años, destacando por su celo pastoral y amor a la Virgen de la Peña. Su trato delicado a los peregrinos que se acercaban al santuario y su preocupación por la comarca, serán su seña de identidad como pastor.
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