El 9 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Belleza, interior y exterior, y para celebrarlo vamos a contarte como mejorar tu piel. Nuestra salud mental y nuestra piel tienen una relación muy estrecha, más de la que podamos imaginar. Tal es así que nuestra piel es capaz de reflejar nuestras emociones, nuestro estado de ánimo, o si por ejemplo padecemos ansiedad, depresión, o estrés.
"Con la pandemia se ha visto claramente que el estrés ha provocado episodios de dermatitis perioral, ha fomentado brotes de rosácea, o incluso el estrés puede condicionar alguna pérdida cabello, lo que se conoce como efluvio telógeno", afirma la dermatóloga Natalia Jiménez.
Así, reconoce que vivimos en una sociedad muy exigente, con agendas muy intensas, y donde el estrés lo inunda todo, cuando es "un enemigo de la piel". "Hormonalmente sabemos que el estrés aumenta la concentración de cortisol y de adrenalina en sangre y estos provocan problemas en la piel", aclara.
Esta experta acaba de publicar 'Ponte en tu piel' (Aguilar), un manual en el que explica precisamente que la piel y el sistema nervioso están "íntimamente relacionados", y recuerda que, de hecho, estos dos órganos provienen de la misma capa embrionaria, el ectodermo, por lo que guardan una relación muy estrecha desde origen de la vida, y que después se refleja en el día a día, según afirma.
"Hay problemas de estado de ánimo, de ansiedad, de depresión, de estrés, que pueden tener reflejo en la piel. Por ejemplo, la ansiedad puede hacer empeorar una enfermedad de la piel, como el acné o la psoriasis; y por otro lado, el estado de ánimo puede ser precipitante de enfermedad, que tengamos un brote, como sucede en muchas ocasiones con la dermatitis atópica, que hace que tengamos más picos también", aclara la dermatóloga.
Desencadenar enfermedad
En el caso del estrés dice que puede desencadenar la aparición de un brote de una enfermedad, como sucede con el acné o la rosácea. "Es muy típico que tengamos episodios de estas dos patologías en momentos como la preparación de unas oposiciones, en cambios en el puesto de trabajo, y en la modificación de nuestro lugar de residencia", aclara la doctora Jiménez.
De hecho, recuerda que la pandemia ha hecho que uno de los motivos de consultas más frecuentes son estas dos enfermedades, si bien indica que la psoriasis y la dermatitis atópica son otros dos ejemplos de que el estrés sea determinante en la aparición y frecuencia de los brotes.
Provoca envejecimiento
Por otro lado, la experta del Hospital Universitario Ramón y Cajal sostiene que el estrés provoca envejecimiento y está demostrado que se rompe el colágeno de la dermis, desarrollando a la larga más arrugas y flacidez. "No solo es importante el tratamiento basado en cremas, limpiadores o medicación oral, sino que una mejoría en nuestra salud mental también es capaz de mejorar el proceso de nuestra piel. Opciones para combatir el estrés, como el yoga, o la meditación, se convierten en una excelente opción para conseguir un 'better aging'", defiende esta experta del Grupo Pedro Jaén.
Problemas de la piel influyen en nuestro estado de ánimo
Por último, incide en que las enfermedades de la piel propiamente pueden producir problemas a nivel del estado de ánimo: "Si tengo acné o psoriasis, como estas enfermedades de la piel son visibles, está publicado que la autoestima puede ser más baja por su presencia, o bien que se tengan problemas de relación con los demás".
Por tanto, la doctora Jiménez subraya que sí hay una relación muy estrecha entre nuestras emociones y la piel, capaces de precipitar enfermedades, y por otro lado, capaces de afectar a nuestro estado de ánimo y a nuestra relación con los demás. "La piel puede reflejar nuestras emociones, nos ruborizamos ante situaciones de vergüenza, se eriza el vello en respuesta a las emociones, y los problemas cutáneos pueden influir en nuestra salud mental de una forma muy importante", añade.
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