En vacaciones siempre nos apetece desconectar de la rutina y de todo lo que tenga que ver con ella. Son muchas las personas a las que les gusta sufrir una transformación en pleno periodo vacacional. Algunos optan por el cambio de ‘look’, y otros por hacerse tatuajes.
En este sentido, el cambio de ‘look’ es algo circunstancial, pero lo de los tatuajes son para toda la vida, a lo matrimonio, aunque es cierto que hoy día nada es para siempre. Lo tenemos en cuenta. Muchos no quieren grabarse en la piel algo que suponga un recuerdo de por vida, por eso deciden quitarse en gusanillo del tatuaje de tinta con el de henna.
Es habitual, sobre todo en las zonas de playa encontrarse varios chiringuitos que hagan estos famosos tatuajes, asociados a la época veraniega. Sin embargo, hay que prestar mucha atención. Desde la OCU alertan de que la henna negra puede provocar graves alergias en la piel.
En primer lugar, hay que diferenciar entre la henna natural y la henna negra. La henna natural no es perjudicial para nuestra piel, no la daña puesto que se obtiene de las hojas y flores de un arbusto llamado 'Lawsonia inermis'. Suelen tener un color rojizo y suelen permanecer en la piel durante 3 o 4 días solamente.
Al contrario, sucede con los tatuajes de henna negra. Estos suelen durar más de una semana. La tinta es negra, y se obtiene, según explica la OCU “añadiendo a la henna natural otros colorantes químicos que le aportan un color más oscuro, mayor duración y brillo al tatuaje. Uno de esos colorantes que contiene la henna negra es la pfenilendiamina o PPD, cuyo uso directo sobre la piel está prohibido”.
El contacto de la tinta con la piel puede provocar graves efectos, entre ellos: el picor, enrojecimiento, sensibilización permanente, ampollas e incluso puede deja cicatrices de por vida.
Desde la OCU alertan de que las reacciones a la henna negra pueden llegar varias semanas después de su aplicación. Por ello se recomienda que en caso de querer hacerse un tatuaje de henna se opte por la henna natural, y no por la henna negra.