Hablar de Silvia Domínguez, es hablar sobre una de las figuras deportivas más importantes que ha tenido Salamanca, situando el nombre de la ciudad en lo más alto de Europa y llevando la bandera del Perfumerías Avenida por todos los rincones del mundo.
Y es que la de Montgat, en Barcelona, ha encontrado la estabilidad vital tan ansiada por los deportistas en esta ciudad, ya siendo una más de ella, como ha sido reconocida por tantos aficionados y por el propio consistorio al ofrecerle el pregón.
El simple hecho de apreciar su palmarés es para echarse a temblar. Una vitrina digna de entrar en Hall of Fame del baloncesto femenino español, con la consecución de nada más y nada menos que 39 títulos entre selección y clubes.
Con el combinado nacional, una plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016; una plata y un bronce en Mundiales; y tres oros, una plata y dos bronces en Europeos. A esto, habría que sumarle con las categorías inferiores dos platas en los Europeos sub-18 de 2004 y 2005; y un oro en los sub-20 de 2007.
A nivel de clubes, estamos hablando de una persona que ha ganado 3 Euroligas, 11 ligas repartidas entre España y Rusia, 7 copas nacionales, 5 Supercopas de España y 1 Supercopa de Europa. Envidiable cuanto menos.
Y es que Silvia se ha convertido en sinónimo de Salamanca, del Tormes, donde ha pasado gran parte de su vida y donde incluso está creciendo su pequeño. Domínguez ha hecho más grande a esta ciudad, deportivamente hablando, y es una de las abanderadas de la propia localidad.
Pregonera de las fiestas, te podemos considerar ya hija adoptiva de Salamanca, ¿qué se siente?
Al final es un orgullo, porque después de la importancia que tienen las Ferias y Fiestas en Salamanca, la responsabilidad de dar un pregón es grande. Además, aunque yo no sea de aquí, pero me siento como si lo fuera. Cuando me lo propusieron, fue inesperado y a la vez que me dio vértigo por la responsabilidad, es un gran orgullo que piensen en tu figura para dar el pregón.
Además, es curioso porque esto hace que también te sientas querido por la gente de la ciudad. Aunque no seas salmantina, te lo voy a considerar ya, pero ese calor también se nota supongo.
Ya voy a cumplir la temporada número 15, y en todos estos años he sentido mucho cariño. Ahora ya se está acercando el final de mi etapa deportiva, y hay mucha gente que ya me da mucho cariño por la calle. Mucho respeto de la gente, y creo que Salamanca y los aficionados de aquí y los que siguen al equipo, siempre me lo han mostrado y es algo a lo que estoy muy agradecida.
Silvia, a mi me gusta mucho hablar de lo que son las ciudades para las personas. Seguramente tú, aparte de los principales monumentos, tengas alguna cosa especial a destacar de la ciudad, ¿con qué te quedas?
Mira, yo vengo de un pueblo pequeño de las afueras de Barcelona, llegué aquí con 19 años y he visto esta ciudad evolucionar. Para mi Salamanca, como ciudad, es una ciudad cómoda. No es una 'superciudad' y eso hace que puedas llegar a todos los sitios andando. El encanto del centro y la historia que desprende es maravillosa. Yo ya estoy aquí, pero las compañeras que van y vienen, y el hecho de mostrarles la ciudad, aunque a veces sea lo mismo, acabas atrayendo mucho. No solo eso, sino que siempre encuentras algo nuevo para hacer.
Acabas siendo la fiel anfitriona de la ciudad entonces para las nuevas.
Sí sí, tengo la típica lista de restaurantes y otros lugares, que vas pasando a las que vienen nuevas. Salamanca lo que tiene es que invita, no solo a las propias jugadoras a venir, sino a sus familias también. Siempre vemos familiares de diferentes puntos del mundo y es una ciudad que incita a eso también. Todas las que han pasado por aquí, se van encantadas de la ciudad y hace que otras jugadoras, que quieren que su carrera deportiva pase por aquí, también la consideran de muy buena manera.
Silvia, ya eres muy conocida y te han dado mucho cariño, ¿cómo se siente tener tantas muestras de afecto en Salamanca o incluso, el hecho de que pases por la calle y digan: “Mira, por ahí va Silvia”?
Sí sí, se oye a veces (risas). Yo me considero muy normal y accesible, y yo creo que el cariño de la gente siempre está, aunque haya jugado mejor o peor, ahí sí que se ve el aficionado real. Si que es verdad, que año tras año, ha crecido cada vez más y cada vez que salgo a la calle, pues alguien me dice algo, pero es muy bonito sentir eso.
Eso es bonito, sobre todo porque se reconoce el trabajo que has hecho.
Exacto. Esto en otras ciudades no pasa. Ya sea porque haya más oferta deportiva u otro tipo de seguimiento, lo que se desarrolla en Salamanca a nivel deportivo y profesional, tiene eso, que es muy bonito, y siempre hace que quieras volver a esta ciudad también.
Hablando de Salamanca... la ciudad invita a hacer piña, lo que le viene bien al equipo.
Sí, con las compañeras de equipo, que vivimos todas muy cerca las unas de las otras, pues siempre se agradece que puedas decir: “¿Se viene alguien a tomar un café?”. El hecho de poder hacer muchas más cosas que no sean solo entrenar, que nos lleva muchas horas, pues se agradece también. Pero bueno, Salamanca invita a poder tener tu vida social, que es muy necesaria. Yo solo puedo hablar bien de la gente de Salamanca y de la ciudad.
Fíjate Silvia, te tengo que preguntar un poco por lo contrario. Algo malo que te haya pasado en Salamanca, no todo puede ser todo bueno…
Yo te diría más de mis primeros años, de salir de un partido y que me dijeran “¡Qué mal lo habéis hecho hoy!”, y me lo tomaba a lo personal, pero al final es la opinión de la gente y te pueden decir eso. El seguimiento que hay en torno al equipo, también tiene su papel malo, que a lo mejor tienes menos privacidad. Por ejemplo, sales de fiesta, y alguna vez has visto a alguien grabándote en la discoteca. Al final nunca sabes qué pueden hacer con esas imágenes y la repercusión que pueden tener.
O incluso que mientan y digan que era una hora o que al día siguiente tenías partido y no era así.
Eso es, que te digan un “estaba ahí hasta las siete de la mañana” y no era así. Pero quizás esa parte, únicamente, pero por todo lo demás es muy bonito vivir en Salamanca.
Tener tanto cariño en una ciudad tampoco es sencillo. Pero llevas muchas temporadas y eso hace.
Es que quince temporadas son muchas.
Unas cuántas. Es que eso es de admirar, porque sin ser de Salamanca eres del Perfumerías Avenida de corazón.
Eso es. Es que el equipo de mi vida es este. Y no soy de aquí, soy de Barcelona, pero aquí apostaron por mí con 19 años y desde entonces solo he sentido cariño. Y eso que ha habido una etapa en la que me fui, pero al volver y ver que la gente ha seguido dándome apoyo, incluso a pesar de saber que estoy ahora en los últimos años de mi carrera… pues hace que mi compromiso con el equipo y la ciudad sea total
Te lo tengo que preguntar Silvia ¿te quieres retirar en el Perfumerías?
Por supuesto, si pudiera escribir mi carrera deportiva, lo más bonito sería cerrar el círculo aquí. Quiero que pase así.
¿Cuánto queda para eso?
Esa es la gran incógnita. Es verdad que después del año pasado, empezar esta temporada desde cero lo hago de forma ilusionante. También te digo, ahora es ir viendo año a año. Si yo no puedo dar el 100 por ciento, o no puedo aportar al equipo, me iré, no quiero no aportar.
Eso va también dentro de la profesionalidad, saber cuando alguien tiene que parar.
Evidentemente. Si me dicen para un rol ‘x’ y puedo cumplir, estaré. Dentro de mis posibilidades, doy el 200 por ciento a la hora de entrenar o de jugar, porque lo siento así. Ya te digo que si me metieran una cámara por las venas, verían sangre azul.
La jugadora del Perfumerías Avenida, la novena con más internacionalidades de la historia con 190, pasará a la historia del baloncesto y del deporte salmantino. Y es que Silvia Domínguez es historia viva de Salamanca, del Perfumerías y del deporte charro. Es saber que se puede querer a una ciudad sin nacer en ella, es vivir con intensidad tu día a día en la capital del Tormes, disfrutando del deporte, aportando al equipo como capitana, y con mucha gasolina para los años venideros, si las lesiones se lo permiten.
El próximo domingo, 8 de septiembre, Silvia Domínguez vivirá uno de los momentos más especiales de su vida, bajo la atenta mirada de los salmantinos y salmantinas, que esperarán con ansias el pistoletazo de salida de las Ferias y Fiestas 2024 de Salamanca.