Alba Jiménez Navarro, salmantina recién graduada en Derecho por la Universidad de Salamanca y perteneciente a la comunidad gitana visibiliza la situación de este pueblo en la provincia de Salamanca, recalcando, igualmente, los principales problemas que todavía en pleno siglo XXI siguen acechando al pueblo gitano. Ese que muchas veces, de forma “injusta”, matiza Alba, sigue siendo señalados en la sociedad como gente “poco trabajadora” y “poco de fiar”, vinculados constantemente por moverse al margen de la ley.
Todo, dice esta joven, porque “el racismo no deja de ser ignorancia en la sociedad”, motivo porque el que esta recién graduada en Derecho pide por la celebración del Día Internacional del Pueblo Gitano, este martes 8 de abril, “visibilidad” y que “se empiece a conocer la historia del pueblo gitano que falta por conocerse en España para comprender la mella y las consecuencias que tenemos actualmente, y para saber qué tipos de medidas se deben implementar ahora y cuáles se han implementado en otras comunidades autónomas, marcando un antes y un después en el pueblo gitano”.
Alba, también integrante desde hace casi tres años en la directiva de la Asociación Cultural Unión y Progreso Mujer Romaní en Salamanca, encargada de luchar por dar a conocer la historia del pueblo gitano en institutos de la ciudad y la provincia, con la realización de talleres, se ha vuelto viral en las redes sociales, concretamente en TikTok, en el día de su graduación, por llevar consigo la bandera romaní como un símbolo de defensa de su pueblo a sus 23 años: “Consideré que ese día era tan importante sacar la bandera porque se necesita dar visibilidad y porque se necesita un movimiento y una voz que reconozcan los símbolos gitanos y la realidad gitana también, porque al final muchas veces se conoce lo que se quiere dar a conocer, y esa no es la realidad del gitano”.
@almudenanl ♬ sonido original - Almudena Navarro Lop
En el Día Internacional del Pueblo Gitano y aprovechando la oportunidad que ha tenido esta joven de Santa Marta de Tormes de continuar sus estudios que dieron inicio en el Colegio Público Miguel Hernández y después en el I.E.S. G. Torrente Ballester, con la ESO y el Bachillerato Bilingüe, Alba expresa que “el pueblo gitano se encuentra con obstáculos que nada tienen que ver con la carrera, más con el hecho de que se nos deshumaniza muchísimo”. Puntualiza que “todas las familias gitanas tratan de apoyar a sus hijos para que dejen de vivir y comiencen a sobrevivir como el resto del mundo. Sin embargo, el bullying, el acoso, la discriminación es algo que está muy vigente”. Por ello confiesa que “en el momento que yo me gradué, se graduó esa niña pequeña que tuvo que luchar con todo. Actualmente sigo teniendo que luchar, pero es cierto que cuando eres tan pequeña eres muchísimo más vulnerable a todo”.
Dentro de esa lucha a la que hacer referencia, Alba recalca que “hay docentes muy buenos y necesarios” y que la familia te tiene que apoyar, pero también lo tienen que hacer en las escuelas, destacando en este aspecto el apoyo recibido por uno de sus docentes, un tutor llamado Alejandro: “Para mí marcó un antes y un después en mi vida, porque me encontré con profesores poco profesionales, un antigitanismo muy grande y fue un obstáculo enorme que pasar, porque al final que el apoyo más grande que tú podrías recibir sea todo lo contrario, y solo trata de limitarte y te meta ideas en la cabeza como que tú lo tienes más difícil porque eres gitana o que no vales para esto porque eres gitano, al final llega un punto en el que lo interiorizas tanto que te lo llegas a creer. Y eso es muy duro”.

Esa lucha desde niña explica que fue lo que la llevó a decantarse por estudiar la carrera de Derecho. “Cuando vives tantas injusticias y te das cuenta de que al final da igual si eres rico o eres pobre, si eres mujer u hombre, o si tienes una carrera o no, al final siempre vas a ser el gitano de turno y estás desprotegido y ya eres vulnerable. Es por eso por lo que al final llega un punto en el que te cansas y necesitas tener armas para luchar, y no hay mejor arma para luchar que lo que es el derecho, sobre todo para la violencia sanitaria, para todas las autoridades, para poder implementar políticas que realmente sean eficaces y eficientes, al igual que para que las mujeres gitanas sean lo suficientemente bien representadas y se implementen políticas y medidas buenas para que, por ejemplo, una mujer deje de sentir el acoso callejero que un hombre nunca va a sentir, o al menos no de la misma manera o con el mismo miedo que una mujer. Por eso, es necesario que sean los propios gitanos los que implementen medidas para los propios gitanos, porque somos los únicos que sabemos lo que es sentir ese rechazo para el pueblo gitano y esas pocas oportunidades”.
Respecto a los prejuicios y la discriminación, Alba hace hincapié en que “vivimos en un mundo patriarcal desgraciadamente, y obviamente cuando eres mujer hay más discriminación y más prejuicios, porque si no tienes problema por ser gitana lo tendrás por ser mujer. Entonces siempre sufrimos esa doble discriminación”. No obstante, en su caso matiza que “siempre que me hablan del machismo, digo que ojalá a mí el hecho de haber sido gitana me hubiera supuesto el mismo obstáculo y las mismas limitaciones que el mero hecho de ser mujer”, recalcando que “en el pueblo gitano no tenemos a mujeres sumisas, tenemos gitanas fuertes y familias que les quieren dar la importancia que merecen esas mujeres, y donde, por supuesto, existen hombres gitanos machistas al igual que otros, pero mi pueblo no es un pueblo patriarcal”.

Relacionado con esa discriminación en el ámbito de la educación, declara Alba que “todavía queda mucho por hacer”, sobre todo en ciudades como Salamanca: “Los gitanos en Castilla y León han estado muy perseguidos y eso se nota en el presente. No podemos obviar que hasta los años 85-87, el gitano en Salamanca no pudo estudiar en colegios normales, y aun así que no fueran segregados. En el momento que empezaron a poder estudiar, tuvieron que vivir con manifestaciones de profesores, de compañeros y padres, y tuvieron que estar en colegios puente, pasaron de ser gente con un nivel nulo, a niveles muchísimo más superiores, igual que si hubieran sido personas no gitanas a las que les hubiera correspondido obviamente. Y esto ha dejado una gran huella de marginación y de fracaso generacional”.
La venta ambulante es la actividad ocupacional principal en la comunidad gitana y eso es algo que Alba destaca, señalando que “nunca se nos ha dado el lugar que merecemos, se nos ha silenciado mucho, y nunca se nos ha reconocido por grandes cosas que representan a España gracias al pueblo gitano como el traje de flamenca, algo que nos representa en todo el mundo, y en este caso a la venta ambulante tampoco se le da el reconocimiento que merece cuando es necesaria en muchas zonas rurales donde no hay los mismos recursos que en la ciudad, y donde al no tener internet mucha gente no tienen facilidades para comprar ropa que vestir, por ejemplo. Es importante dignificar ese trabajo tan importante que durante tantos años en España ha sido indispensable y que actualmente lo sigue siendo”.
Finalmente, y como petición de cara a este Día Internacional del Pueblo Gitano, esta salmantina graduada en Derecho y perteneciente a la comunidad gitana pide que “se nos reconozca”, clamando, de igual manera, “oportunidades”.
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