Los organismos de salud de Castilla y León como Salud JCYL y el Servicio de Emergencias 112 advierten del síndrome de inmersión para esta época del año en la que los ciudadanos acuden a piscinas, ríos o pantanos para huir del calor por unas horas.
Se trata de una afección que ocurre cuando el cuerpo entra en contacto con el agua fría de forma repentina provocando cambios en la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
Entre los síntomas destacan dolor de estómago, naúseas, escalofríos, mareo, descenso de la presión arterial e incluso, pérdida de la consciencia.
En caso de sufrir este síndrome o ver que alguien del entorno lo está padeciendo se debe salir del agua inmediatamente o parar de hacer la actividad física que se esté realizando. Posteriormente se debe tumbar a la persona con los pies en alto, secar y cubrir con una toalla o algo de ropa para mantener el calor corporal y esperar en reposo hasta que la presión sea estable.
Igualmente, se recomienda evitar las comidas copiosas si se va a bañar justo después, meterse de golpe al agua tras tomar el sol durante un periodo largo de tiempo o sumergirse bruscamente a una temperatura baja.