"Soy docente, menor de 55 años y quiero vacunarme cuando me corresponda, pero no estoy dispuesta a que me inyecten AstraZeneca"

Mercedes G., que pertenece a la rama biosanitaria, afirma rotunda que "se está discriminando a parte de la población por su edad", ya que los menores de 55 años tendrán que vacunarse con el suero de esta farmacéutica de Oxford; exige su derecho a decidir qué vacuna quiere, "es mi salud la que está en juego"

"Soy docente, menor de 55 años y quiero vacunarme cuando me corresponda, pero no estoy dispuesta a que me inyecten AstraZeneca"
"Soy docente, menor de 55 años y quiero vacunarme cuando me corresponda, pero no estoy dispuesta a que me inyecten AstraZeneca"

"Cuando me llamen para concertar la cita para la vacuna les aseguraré que la acepto, pero con cualquiera que no sea la de AstraZeneca. Creo que en la Constitución Española se asegura que todos los españoles somos iguales en deberes y en derechos".

Así se manifiesta Mercedes G., una docente de la rama biosanitaria menor de 55 años que está dispuesta a vacunarse cuando le corresponda, pero deja claro que no está dispuesta a que le inyecten el suero de esta farmacéutica británica.

En los últimos días no han cesado las noticias que ponen en el punto de mira la vacuna de esta farmacéutica de Oxford. Retirados lotes en Austria y Dinamarcas, investigados otros en Italia por sus posibles reacciones, entre los argumentos para rechazar esta vacuna concreta, Mercedes G. explica que "se está discriminando a parte de la población por su edad", recordando que a los menores de 55 años se ha decidido vacunarlos con el suero de esta farmacéutica "sin posibilidad de elección".

"Exijo mi derecho a decidir qué vacuna quiero, es mi salud la que está en juego y no la suya"

Para esta docente, "esta vacuna tiene un porcentaje de efectividad menor, provoca efectos secundarios (fiebre, cansancio, dolores musculares, escalofríos, náuseas, diarreas…) en un alto porcentaje de las personas inoculadas, considerados leves por aquellos que no los tienen que pasar, claro. Además, se está viendo que provoca problemas de coagulación (trombos, ictus…) junto con alguna encefalitis. Algunos dirán que todavía no se ha probado una relación causa- efecto, pero saben que mienten o no dicen toda la verdad".

Y añade que "los que pertenecemos a la rama biosanitaria sabemos que todos los medicamentos pueden tener efectos adversos, que a veces se dan coincidencias temporales debidas al azar; pero cuando los casos coinciden en el tiempo, en un número elevado de pacientes, con y sin patologías previas conocidas, tras la administración de un mismo preparado, el azar no es el responsable. Hay que investigar y de forma seria y responsable".

Para Mercedes G, "mientras tanto no se debería obligar a una parte de la población a vacunarse con esa vacuna. No te dan la posibilidad de elegir otra. O te ponen esa o no te inyectan ninguna otra. Es dictatorial, injusto y discriminatorio. No es cuestión de capricho, es que tenemos miedo. Deberíamos poder decidir entre ese preparado o las otras vacunas. Habrá personas que elijan AztraZeneca, otras Pfizer o Moderna, pero por lo menos se respetaría nuestra libertad de elección".

Tanto el Gobierno, como la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA), explica, "van a intentar no alarmar y asegurar que la vacuna de Oxford es segura. Nos indicarán que los beneficios superan a los riesgos, que todavía no han encontrado relación entre los problemas de salud y la vacuna…Me parece perfecto, pero exijo mi derecho a decidir qué vacuna quiero que me inyecten porque es mi salud la que está en juego y no la suya. Si me ponen una de las otras y me pasa algo es bajo mi responsabilidad, habiéndolo escogido yo".

La farmacéutica AstraZeneca, prosigue Mercedes G., con sus continuos incumplimientos del contrato firmado con la Unión Europea no ofrece una imagen de fiabilidad. "Ahora hay que sumarle un posible lote defectuoso. Algo muy grave, en caso de confirmarse, porque no estarían exentos de responsabilidad por los efectos adversos, ya que serían debidos a un fallo en la producción. No están produciendo bolígrafos que si fallan, como mucho, te mancharías de tinta; están fabricando una vacuna y se encuentra en riesgo, si cometen errores en el proceso, la salud de millones de personas".

Docente de la rama biosanitaria, insiste en que "nadie, ni ministros, ni científicos, ni miembros de la EMA, ni de la AEMPS, tiene autoridad moral para eliminar la capacidad de una persona a decidir qué vacuna quiere. Con el agravante del castigo, porque aun queriéndote vacunar, no te administran otra por no aceptar la escogida por ellos". Mercedes exige "libertad de elección, sin discriminaciones por edad o cualquier otro motivo". 


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