La “desinformación” contribuye a la obsesión por el ‘skin care’: “Usar una infinidad de productos puede ser contraproducente”

Tal y como ha señalado Javier Cañueto, jefe del Servicio de Dermatología Médico-Quirúrgica del CAUSA, “a una edad muy temprana puede favorecer la irritación de la piel e incluso la sensibilización a algunos componentes”

Skin care. Foto de archivo. EP
Skin care. Foto de archivo. EP

Las redes sociales se han llenado de mensajes en torno al físico de las personas creando necesidades y desviando el foco de lo que es realmente importante mantener y cuidar. El auge del famoso ‘skin care’ o rutina de autocuidado de la piel ha invadido las plataformas llegando a usuarios de todas las edades, generando más complejos y defectos con lo que ello conlleva.

Pero ¿qué productos necesita verdaderamente la piel? “Es difícil decir un número de productos que se consideran imprescindibles para la piel”, ha manifestado Javier Cañueto, jefe del Servicio de Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología del CAUSA, explicando que “la piel cambia con la edad y en este sentido no siempre necesitamos los mismos productos”, al igual que “en personas de edades similares el tipo de piel tampoco es el mismo y los cuidados que requerirán también serán diferentes”.

En términos generales se recomienda “una higiene adecuada, hidratación y protección solar”, pero es “fundamental individualizar”.

¿La piel se acostumbra a los productos o es un mito?

Con respecto a la diversidad de productos que completan una rutina de ‘skin care’, Cañueto destaca que “la piel no se acostumbra, sino que se adapta a ellos”. En el caso de algún extracto o componente, es ideal introducirlo gradualmente como, por ejemplo, el ácido retinoico.

Sin embargo, “es fundamental individualizar” ya que “hay pieles secas y pieles grasas. Hay personas con manchas, otras con piel más sensible, algunas con una enfermedad dermatológica concreta etc”.

Entre los factores que más perjudican el estado de la piel ha enumerado “la radiación ultravioleta, el tabaco y la contaminación ambiental”, se denominan “exposoma” y hacen referencia a “los agentes externos que tienen impacto sobre la piel” tales como “el envejecimiento de la piel, que se debe a la influencia de la radiación ultravioleta, el tabaco potencia el efecto nocivo de ésta sobre la piel, incrementa la producción de radicales libres y tiene un efecto proinflamatorio y la polución ambiental también actúa como elemento facilitador con la radiación ultravioleta y otros factores”. Además, “la alimentación que también influye”.

Limpieza y fotoprotector, esenciales en una buena rutina de ‘skin care’

Toda rutina de autocuidado debe componerse, al menos, de dos esenciales que son una buena limpieza y fotoprotector, prescindiendo del resto de cosméticos añadidos.

“La limpieza de la piel debe adaptarse a cada tipo” diferenciando así entre un adolescente o adulto joven con una piel más grasa y cierta tendencia acneica, un individuo con piel seca o una mujer de piel más madura.

“Debe evitarse un limpiador con pH básico -por ejemplo, jabones de sosa- (el pH de la piel es ácido, por eso los pH algo ácidos, en torno a 5.5, son menos agresivos para mantener la barrera cutánea)”. Cañueto recomienda limpiadores que usen “detergentes respetuosos con el manto ácido y lipídico de la piel (syndet)”. Además, en algunas personas “se puede completar la higiene con un exfoliante, pero no es útil en todas”.

Tras la higiene de la piel, antes de salir a la calle, se debe utilizar un fotoprotector porque como ya se ha mencionado la mayoría del envejecimiento de la piel se relaciona con la radiación ultravioleta y además “el sol tiene un efecto directo sobre el desarrollo de distintos tipos de cáncer de piel”. Finalmente, por la noche se introducen productos “con un efecto más anti-edad, siempre a partir de los 30 años” o anti-manchas.

De forma complementaria, “para aquellas personas que estén más motivadas con el cuidado facial se podría introducir por la mañana, antes de aplicar el fotoprotector, algún sérum que incluya por ejemplo vitamina C o antioxidantes tipo ácido ferúlico, que ayudarán a reducir el efecto de la polución y la formación de radicales libres”. Por otro lado, “si la piel es más madura puede requerir algo de hidratación extra antes del fotoprotector”.

No obstante, el experto recuerda que “es importante ser realistas con lo que un cuidado facial puede hacer, ya que no es algo milagroso”.

Desde otro punto de vista “son rutinas para hacer de manera continuada, por eso es importante que sean factibles, es decir, se deben poder hacer sin gran esfuerzo por parte del paciente. También deben adaptarse económicamente a lo que puede o está dispuesto a gastar ya que son rutinas de largo plazo”.

“La clave está en buscar información sobre salud de expertos reales, no de creadores de contenido”

Diferentes redes sociales han contribuido al auge del skin care, no obstante, Cañueto apunta que, aunque éstas sean una fuente de información “la calidad que ofrecen no siempre es buena” ya que “muchas personas se dedican a dar recomendaciones o consejos sobre salud (especialmente sobre la salud de la piel) sin tener una formación adecuada para ello”.

De igual modo, hay usuarios que “se sienten atraídos por mensajes transgresores o que contradicen la línea científica (ocurre también con las vacunas y sucedió en la pandemia), porque los consideran independientes y veraces, y los difunden contribuyendo también a esa desinformación”.

Por lo que, para combatir este problema “la clave está en buscar información sobre salud de expertos reales”, es decir, de médicos y sobre la piel, particularmente de dermatólogos. “No recomiendo basar decisiones sobre salud en personas que se denominan a sí mismas ‘creadoras de contenido’ o expertas en ‘desarrollo personal’ que son términos ambiguos y que a menudo ocultan una falta de conocimiento sobre temas concretos”, asegura.

Frente al número de niños y mayoritariamente niñas que están comenzando con el ‘skin care’ debido a la propaganda, el dermatólogo señala que la edad de inicio no debe ser “antes de la adolescencia” y descarta emplear “una infinidad de productos” porque “cada uno tiene una aparente utilidad”, pero a veces, “puede ser contraproducente” usarlos todos a la vez. “Soy más partidario de rutinas fáciles de cumplir con un número limitado de productos y pasos, y eso es algo con lo que la mayor parte de los expertos estamos de acuerdo”.

Beneficios e inconvenientes de una rutina de autocuidado

La rutina de autocuidado sirve para que la piel “se mantenga saludable” cuando “es adecuada”. El problema, tal como apunta el dermatólogo, “estaría en la utilización de múltiples productos, sin control adecuado o sin seguir las recomendaciones de un experto que indique de qué manera se debe realizar”, así como “emplear demasiados productos a una edad muy temprana también puede favorecer la irritación de la piel e incluso la sensibilización a algunos componentes”.

A modo de conclusión, una correcta rutina debe ser constante y realizarse por la mañana y por la noche, con diferentes productos porque “el ácido retinoico se oxida con la luz o el fotoprotector por la noche pierde sentido”, por ejemplo.

En definitiva, el ‘skin care’ es sano siempre y cuando se personalice en función del tipo de piel, la edad y las necesidades de cada quién, conociendo las propiedades de cada producto y evitando la influencia de personalidades en Internet sin formación en la materia que malinforman.

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