Practicar deporte es una de las actividades más saludables recomendadas por los médicos y especialistas en la actividad física. La ciudad de Salamanca dispone de diferentes puntos dentro de la urbe para sudar la gota gorda como es el caso del parque de los Jesuitas, las pistas Mariano Torres, las instalaciones en el parque de Würzburg o las zonas verdes del Picasso, entre otros muchos enclaves donde los pobladores de la capital del Tormes pueden jugar al fútbol, al baloncesto, al frontón, salir a correr o echar unas partidas de ping pong.
Sin embargo, muchas de estas canchas, con la llegada del equinoccio de otoño, se vuelven prácticamente inservibles pasadas las seis de la tarde. Los días son más cortos y las instalaciones municipales que no disponen de una iluminación adecuada acaban durmiendo el sueño de los justos hasta, prácticamente, las postrimerías del invierno y el advenimiento de la primavera.
Durante las últimas semanas, los vecinos que acuden diariamente al parque de los Jesuitas lamentan que unas instalaciones tan buenas no puedan aprovecharse durante los meses de otoño y gran parte del invierno por la falta de farolas que iluminen adecuadamente las pistas y permitan a los deportistas desarrollar su actividad.
En este caso, se trata de tres pistas de baloncesto principales unidas, una cuarta algo más separada y un campo de fútbol sala, todas ellas de cemento. Es habitual que los amantes de las canastas se junten y compitan entre ellos todas las tardes. El problema es que ahora más allá de las seis de la tarde ver el balón se vuelve una auténtica odisea; pasadas las 18:30 horas la ciudad se encuentra absolutamente envuelta por la noche y el partido debe finalizar.
Los habituales del lugar explican que “la iluminación está bien para el paseo del parque, incluso para la pista de fútbol, pero en las tres pistas principales de baloncesto no se ve un pijo”. Algunos de ellos que el Ayuntamiento refuerce la iluminación “aunque sea en la pista del exterior, donde se encuentra la canasta con red (el resto de las cestas carecen de red y, tres de ellas, están dobladas)”.
Los aficionados al baloncesto son capaces de lidiar con las numerosas hojas caídas que colonizan durante estas fechas la pista -pisar una de ella es irse al suelo casi seguro-, pero lamentan que el parque tenga una hora límite para la práctica deportiva, la que marca la caída del sol.
Las pistas de baloncesto del parque de los Jesuitas y alrededores también suelen ser lugar de reunión y esparcimiento para las familias de origen latinoamericano. Durante los fines de semana, especialmente durante los meses de verano, estos grupos de personas acuden al espacio salmantino para pasar el día. Realizan picnics y juegan al voleibol en las pistas de baloncesto, donde instalan habitualmente las redes.
Ahora, esta situación se vuelve imposible toda vez que la iluminación del parque, centrada sobre todo en las vías de acceso y las aceras internas. Sin embargo, más allá de las seis de la tarde, como ha podido comprobar SALAMANCA24HORAS, apenas si se puede seguir el bote del balón.
Los baloncestistas aficionados se muestran consternados por esta situación, ya que el horario laboral o lectivo rara vez les permite acudir a primera hora de la tarde para aprovechar al menos los últimos coletazos del sol durante los meses de otoño.
El Ayuntamiento defiende que la iluminación artificial “permite la práctica de ejercicio físico”
Preguntado por esta problemática, el Ayuntamiento sostiene que “la luz actual está establecida para permitir la práctica de ejercicio físico”. Asimismo, argumenta que la iluminación artificial, la cual es prácticamente nula en las pistas de baloncesto, no es mayor “porque no se trata de recintos para competiciones deportivas”.
Sin embargo, el Ayuntamiento, conocedor de la desazón vecinal por esta coyuntura, se compromete a “revisar y estudiar” el caso, “como se ha hecho en otras pistas donde se detectó que había bajado la intensidad por motivos técnicos”.
Las demandas de los deportistas que suelen acudir al parque de los Jesuitas no hacen tanto referencia a la intensidad de las luminarias actuales, como a la necesidad de instalar nuevas farolas o focos de luz cerca de las canchas que posibiliten, al menos, la práctica deportiva durante las últimas horas de la tarde en una de las ocho canastas que conforman la instalación municipal.
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