Un silencio sepulcral que hiela la sangre y eriza la piel de los que ven por primera vez el desfile del cortejo fúnebre del Santísimo Cristo de la Liberación.
Riguroso silencio para llevar el cuerpo de Cristo por las céntricas calles de Salamanca en una solemne procesión que cada vez gana más adeptos en la ciudad. Un trayecto penitencial que ha discurrido por su recorrido habitual y que ha vuelto a centrar las miradas en la luz de los faroles y los oídos en los cánticos gregorianos que resuenan en las paredes de calles y monumentos del centro histórico.
El cortejo fúnebre se ha detenido a su llegada a la Catedral de Salamanca y la Puerta del Obispo ha sido testigo de una emocionante oración dedicado a todos los difuntos. Acto seguido la procesión ha reanudado su marcha y el silencio ha vuelto a procesionar su luto por las calles de la ciudad hasta la llegada del Santísimo Cristo de la Liberación al Colegio Arzobispo Fonseca, que posteriormente será, de nuevo, trasladado hasta la capilla del cementerio San Carlos Borromeo.
GALERÍA | Los salmantinos se acercan a presenciar el cortejo fúnebre del Cristo de la Liberación