'The Brutalist', una de las películas protagonistas de los Oscar 2025, toma su nombre del movimiento arquitectónico que surgió en la década de los 50 en el Reino Unido y que se caracteriza por dejar materiales como el hormigón a la vista. El minimalismo, las formas geométricas angulares y la monocromía se imponen al diseño decorativo para ofrecer construcciones 'simples', pero con una gran capacidad expresiva. Madrid es la ciudad española con más edificios brutalistas y, aunque en Salamanca no tenemos grandes ejemplos, es posible citar algunos edificios que se amoldan al estilo popularizado, entre otros, por Le Corbusier.
El edificio de la antigua Mutua Agropecuaria Salmantina, en Pelabravo, es uno de esos ejemplos. Fue construido los años 70 por el arquitecto Antonio García sobre una superficie de 19.000 metros cuadrados y "ha llegado hasta nuestros días de forma majestuosa", tal y como defienden sus actuales responsables. Desde el 2022, forma parte de un recinto destinado a acoger eventos musicales o de ocio cultural, el Espacio MAS.

El particular convento de Cabrerizos
Los conventos que pueblan Salamanca suelen ser majestuosas construcciones de piedra dorada. Por eso sorprende la estética que presenta el de Carmelo de San José, en Cabrerizos, con una estructura de hormigón y jardineras en forma de cubo, entre otras características peculiares para un edificio de uso religioso. "El valor de una tipología arquitectónica conventual resulta brillantemente adaptada a las estrategias formales y materiales de la mejor herencia legada tanto por el movimiento moderno como por sus influencias en el brutalismo de la década de 1950", recoge el Registro Docomomo Ibérico, donde está incluido.

El convento Carmelo de San José consta de un refrectorio y una iglesia. Esta constituye la cabecera del conjunto y sus "muros de hormigón enriquecen la percepción de este espacio de recogimiento mediante hornacinas-lucernario, sin vistas, pero dotado de una misteriosa luz natural". No obstante, la mayor parte de la construcción corresponde al cuerpo central, distribuido en dos plantas. La baja está destinada a los talleres y la primera, a las celdas. Las de la fachada sur "se abren mediante galerías de hormigón que establecen un complejo diálogo entre estructura y cerramiento".
La elección de los materiales en todo el conjunto resulta casi austera. Predomina el hormigón, pero también se pueden apreciar cubiertas de fibrocemento, pavimentos de terrazo, carpinterías de madera y acero inoxidable en el sagrario y el ambón, "diseñados ex profeso por el arquitecto", Antonio Fernández Alba. Este acometió la obra en torno a 1970 "en una parcela de fuerte pendiente en Cabrerizos que mira a la meseta charra y la vega del río Tormes".
La Escuela de Artes y Oficios de Salamanca

En Salamanca capital es posible apreciar alguna construcción influenciada por el brutalismo. Ejemplo de ello es la Escuela de Artes y Oficios, creada en los años 60 por los arquitectos Gonzalo Ramírez Gallardo y José Antonio López Candeira. "Caracterizada por una clara geometría diagonal, huecos quebrados en esquina y llamativas carpinterías amarillas cuya razón de ser son las circulaciones y la orientación, pocos edificios resultan más ajenos a la morfología general de la ciudad", señalan desde la Fundación Docomomo Ibérico.
La Escuela de Artes y Oficios de Salamanca yuxtapone de manera brutalista el ladrillo, las cristaleras o los forjados de hormigón, por lo que persigue la estela de algunas construcciones ideadas por James Stirling, como la Facultad de Ingeniería de Leicester. Asimismo, su estructura "respira un aire fabril que parece rendir homenaje a la estética de los dibujos constructivistas", a la corriente arquitectónica que rechaza la estilización decorativa en favor del ensamblaje industrial de los materiales.
Más inspiración brutalista en Salamanca

La inspiración brutalista también está presente en la antigua fábrica de plásticos Pontvianne, en la calle Colombia; y en el edificio que acogió la residencia de San Juan de Sahagún, de actualidad en las ultimas semanas por su futura reconversión en un Centro de Acogia de Protección Internacional (CAPI).

El Museo Ángel Mateos, en Doñinos de Salamanca, podría considerarse otro ejemplo de edificio brutalista si no fuese porque se trata de una "escultura habitable". Realizada en hormigón, fue concebida como una obra de arte monográfica que albergase la totalidad de la producción del artista que le da nombre. En total, incluye los 170 trabajos que el oriundo de Villavieja de Yeltes realizó a lo largo de su vida.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios