Continúan los problemas con los conductores delos autobuses urbanos de Salamanca. Tras restablecerse unosservicios mínimos de lunes a viernes mientras dure el estado dealarma -no habrá autobuses ni los fines de semana ni habrá serviciobúho-, los encargados de llevar el vehículo siente que son losgrandes perjudicados por la “chapuza” que se está llevando acabo.
Así, si bien en un principio estaba previstoun ERTE para la gran mayoría de la plantilla de Salamanca deTransportes, el que finalmente tenga que funcionar el servicio deautobús urbano ha motivado que varios conductores tengan quepermanecer en plantilla para llevar a cabo esos servicios mínimos.
Sin embargo, ni las condiciones laborales ni, ymás importante, de seguridad les satisfacen. Para comenzar, en loque a turnos se refieren, trabajarán de lunes a viernes o bien enturno de mañana o de tarde, durante 8 horas y, a priori y según lesindicaron, sin descanso -con el perjuicio que eso podría suponerpara los pasajeros-. Tendrán el fin de semana de descanso y, a lasemana siguiente, cambiarán de turno -los que estuvieron de mañanapasarán a la tarde y viceversa-.
Sin embargo, eso no es lo que les preocupa. Loque le verdad les trae de cabeza es, como desde el pasado viernes,lasmedidas higiénicas de los vehículos. Y es que, pese a que sehan aplicado restricciones, consideran que estas son insuficientes.
Para comenzar, y según denuncian trabajadoresde la empresa a SALAMANCA24HORAS, apenas tienen un bote de geldesinfectante -“si es que es gel desinfectante, porque a saber”-para el turno de mañana y de tarde. Con ese “chupito”, como lodenominan, tienen que mantener su salubridad el conductor de lamañana y de la tarde.
Tampoco han recibido mascarillas, y sí guantespero “de muy mala calidad”. Además, la empresa ha colocado unacinta para que los pasajeros no se acerquen al conductor, pero creenque es “ridículo” porque, al ir a pasar la tarjeta para montar,ya se incumple la distancia mínima de seguridad recomendada -de unmetro, al menos- al estar la máquina junto al asiento del piloto.
Y precisamente esa es otra de las grandesquejas recibidas, la forma de pago. Los pasajeros sólo pueden pasarla tarjeta de transporte y no pueden abonar nada en efectivo, nisiquiera recargarla. Algo que está ocasionando muchos problemas“incluso para los que van a trabajar al hospital”, porque “elviernes les pilló todo esto y no pudieron ir a la oficina a pagar lamensualidad o no la recargaron”.
Así, creen que, como se está haciendo enotras ciudades, se debería permitir entrar por el medio a lospasajeros y no cobrarles, algo a lo que la empresa se ha negado“porque aseguran que es orden del Ayuntamiento hacerlo así. Perono nos lo creemos”.
La indignación y el cabreo de los conductoresno está dejando de ir a más durante estos días, y continúanplanteándose el parar, aunque creen que no deben hacerlo para asíayudar a todas las personas que lo necesitan. Sobre esos pasajerosque no tienen saldo en la tarjeta, uno de los conductores lo tieneclaro: “Cada uno toma sus decisiones, pero yo no puedo cortar lalibertad de movimiento de la gente”.
Loque sí tiene claro gran parte de la plantilla es que “se han reídode nosotros” y que el descontento es patente, por lo que nodescartan algún tipo de medida en el futuro. De hecho, muchosmiembros del Comité de Empresa, al no ser requeridos por losservicios mínimos, están ayudando a sus compañeros desde casa.Porque saben que sumando granitos de arena es como se logrará salirde la situación que estamos viviendo.