Ocurre de lunes a viernes durante todas las semanas del calendario escolar. Entre las 13:50 y las 14:35 horas del mediodía, uno de los sentidos de circulación —de dos carriles— de la calle Cordel de Merinas queda totalmente colapsado por los vehículos que aparcan en doble fila. La amplia mayoría, padres y madres que esperan allí a que sus hijos salgan del colegio situado en la parte baja del paseo de Canalejas, a pocos metros. Debido a que el acceso desde Cordel de Merinas a la glorieta de Brujas está regulado por un semáforo, el atasco que se forma en la citada rotonda en esos momentos del día es muy grande.
Y el problema es mayor porque la calle Cordel de Merinas es la única salida que tienen los vehículos de la Policía Nacional al abandonar la Comisaría de la calle Jardines e incorporarse a patrullar las calles de la ciudad, o para acudir a alguna emergencia. En ese caso, el colapso de la citada vía pone en peligro no sólo a los agentes, que para poder abandonar esa zona tienen que salir en dirección contraria y a toda velocidad hacia la glorieta de Brujas, sino a los conductores que entran en dirección hacia la calle Pradillo.
Así ha sucedido este martes, 2 de marzo, cuando varios vehículos de la Policía Nacional que acudían a una intervención urgente en la zona trastormesina de la ciudad han tenido que incorporarse en dirección contraria y sortear a otros coches que accedían a la citada calle desde la glorieta, con el fin de poder salir de este conflictivo punto de la ciudad.
El atasco también se ve acrecentado porque la glorieta de Brujas conecta con el puente Felipe VI y es salida hacia los municipios del Alfoz, como Santa Marta y Carbajosa, desde el centro de la ciudad, y el semáforo que se encuentra junto a la Facultad de Educación tiene muy poca duración. ¿Podría solucionarse con unos agentes de la Policía Local dirigiendo el tráfico? Es posible...