Las chovas piquirrojas del artesonado de Santa Clara podrían ser las más antiguas que se conservan en el mundo

El Archivo del condado de Kent, donde se ubica la ciudad de Santo Tomas de Canterbury, cuyo emblema es este pájaro, así lo ha asegurado en sus redes sociales

Chova Piquirroja del convento de Las Claras en Salamanca
Chova Piquirroja del convento de Las Claras en Salamanca

El artesonado del convento de Santa Clara en Salamanca, el que podría guardar en sus pinturas la historia de la reina Berenguela tal y como ya contó Salamanca24horas, guarda muchas más sorpresas. La chova piquirroja, ese córvido de patas y pico rojo que fue el causante de que Miguel Ángel Martín Mas y Charo García de Arriba iniciaran su investigación y relacionaran las pinturas de la techumbre con la vida de la que fuera reina de Castilla y de León, podría ser la más antigua que se conserva en el mundo.

Así lo aseguran los responsables del Archivo de Kent en sus redes sociales. Pero ¿qué tiene que ver este pájaro con un condado inglés? Todo está unido por Tomás Becket o Santo Tomás de Canterbury, ciudad que está en este condado ya que la chova piquirroja es su emblema. Según la leyenda, cuando el santo murió un cuervo se posó sobre el charco de sangre y las patas y el pico se le pintaron de rojo. Desde entonces, a Santo Tomás se le representa con la chova piquirroja y de hecho, el escudo de Canterbury cuenta con tres de estos pájaros.

 

El descubrimiento de este pájaro y su relación con el santo, al que debía devoción la familia de la reina Berenguela es lo que ha permitido a estos dos aficionados a la historia tirar del hilo y desvelar el misterio del artesonado oculto durante siglos en el convento salmantino.

El motivo por el que estas representaciones ubicadas en Salamanca podrían ser las más antiguas es que durante el reinado de Enrique VIII, a partir de 1520 cuando se creó la iglesia anglicana, se ordenó destruir toda la simbología que hace referencia al santo que había sido asesinado en 1171 por defender los derechos de la iglesia frente al poder del rey Enrique II. En la nueva iglesia anglicana, cuya cabeza iba a ser el rey Enrique VIII, no había cabida para un santo como Tomás de Canterbury, que fue sometido a un proceso de "desantificación". Por tanto, desaparecieron todas las chovas pintadas y paso a ser un pájaro perseguido. Esto hizo pensar a Miguel Ángel y a Charo que las ubicadas en Salamanca podrían ser las más antiguas y enviaron toda la documentación al archivo, que ha respondido que efectivamente, puede que sean las más antiguas conservadas en el mundo.

 

 

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