El cáncer de mama es el tipo de tumor más frecuente en mujeres y el que más mortalidad causa en las mismas. Por ello, el Día Internacional contra el Cáncer de Mama, celebrado el 19 de octubre de cada año, sigue siendo una fecha importante en el calendario, una jornada para sensibilizar y concienciar, pero también para pedir más investigación. "Sabemos que no se trata de una simple enfermedad, sino de patologías muy diversas con comportamientos biológicos absolutamente variables. Entonces, debemos dirigimos hacia la identificación de biomarcadores que permitan tratamientos mucho más selectivos", mantiene César Rodríguez, oncólogo especializado en cáncer de mama del Hospital Universitario de Salamanca.
Factores de riesgo y prevención
Las causas directas del cáncer de mama se desconocen en la mayoría de los casos (tan solo el 5-10% de los tumores son de origen hereditario). De lo que sí hay evidencias es de los factores de riesgo que contribuyen a su aparición: "Casi siempre son de tipo hormonal. Algunos ejemplos son no haber tenido hijos o haber tenido muy pocos, haber tenido el primer hijo muy tarde, no haber dado lactancia materna, tener la primera regla muy pronto o la menopausia muy tarde… Es decir, todo aquello que supone haber estado expuesta a hormonas mucho tiempo continuado", sostiene César Rodríguez.
¿Esto significa que los métodos anticonceptivos hormonales también pueden incrementar las probabilidades de sufrir esta enfermedad? El doctor del Hospital de Salamanca se muestra tajante en su respuesta: "No, no significativamente. La terapia anticonceptiva hormonal moderna y utilizada durante periodos de tiempo adecuados no aumenta de una manera significativa y preocupante el riesgo. Por tanto, no hay que lanzar un mensaje de alarma para las pacientes que los utilicen".
A los factores hormonales anteriormente citados se les suman aquellos que están relacionados con los hábitos de vida. Se desaconseja, pues, "llevar una dieta inadecuada, con exceso de calorías, de carnes rojas o de grasas; el sobrepeso y el sedentarismo. La falta de ejercicio físico también se ha relacionado con un incremento del riesgo de cáncer de mama y, finalmente, el consumo de alcohol".
Por suerte, hay casos en los que el cáncer de mama se puede prevenir. Los hábitos saludables entran dentro de la prevención primaria. "Lógicamente, tener un hijo pronto, tener muchos hijos y dar lactancia materna también reduce la posibilidad de padecerlo, pero esos factores son difícilmente modificables porque van ligados a la sociedad en la que vivimos. Luego está la prevención secundaria, el diagnóstico precoz. Ahí la clave es participar en los programas de cribado y realizarse mamografías", añade.
Qué sigue al diagnóstico
"Cada tumor lo valora un oncólogo, un cirujano, un radiólogo, un patólogo, un radioterapeuta, una enfermera gestora de casos… un montón de especialistas. Esto hace que las decisiones que se tomen de cómo tratarlo o hacer el seguimiento sean siempre consensuadas y adaptadas a la mejor evidencia científica. Ya no estamos en la época en la que cada paciente con cáncer de mama iba al quirófano. A día de hoy, hay una proporción muy alta que primero recibe un tratamiento sistémico y la cirugía va después", reconoce el doctor Rodríguez. Por tanto, "al diagnóstico le sigue un tratamiento personalizado y un seguimiento que permita estar seguro de que no hay recaída y, si la hay, detectarla de manera precoz".
Ese tratamiento oncológico se debe compaginar con ayuda psicológica: "Diría que es imprescindible. Primeramente, para abordar la noticia y, después, porque muchos de los tratamientos van a tener un impacto muy significativo en aspectos de autoestima o de disfunción desde un punto de vista sexual. El abordaje psicológico es necesario y yo diría que no puede obviarse prácticamente en ningún caso de cáncer".
Vida tras el cáncer: secuelas y recomendaciones
El 85% de las mujeres con cáncer de mama sobreviven a los cinco años tras el diagnóstico, tal y como señala la Asociación Española Contra el Cáncer Salamanca. Muchas de ellas se enfrentan a todo tipo de secuelas: "Desde aquellas físicas motivadas por el tratamiento quirúrgico (mastectomías, cicatrices complejas, dolor y otra serie de cosas), como aquellas provocadas por los tratamientos del cáncer de mamá (cansancio, dificultad para la reinserción laboral o dificultad a veces para las relaciones personales en términos de sexualidad)".
Algunas también manifiestan un linfedema, el edema generado por la acumulación de la linfa o, dicho de otra forma, la hinchazón del brazo debido a la retención de líquido. "En el servicio de rehabilitación del Hospital de Salamanca hay una unidad específica de prevención del linfedema. Las pacientes, desde que son operadas, son valoradas y se les hace un seguimiento, por lo que una detección precoz permite controlarlo", afirma el oncólogo. Si aún así acaban presentando un linfedema, hay muchos ejercicios que permiten atenuarlo, como el remo, disciplina que se ha convertido en un gran aliado para numerosas pacientes con cáncer de mama.
No obstante, la principal secuela es: "La recaída (se da en un 20-25% de los casos). Cuando esto ocurre en forma de enfermedad metastásica, el cáncer de mama habitualmente no es curable. Podremos prolongar mucho la supervivencia, favorecer una convivencia con el tumor durante periodos muy prolongados, pero no curamos. El riesgo depende básicamente del estadio en el que diagnosticamos la enfermedad y de si la paciente ha recibido el tratamiento adecuado".
Para evitar la recaída, César Rodríguez vuelve a insistir en la necesidad de llevar una dieta equilibrada, evitar el sobrepeso, hacer ejercicio físico regular y realizar un consumo moderado (o cero) de alcohol. A esto se le suma la importancia de dejar a un lado el tabaco: "Aunque históricamente tiene poca relación con el riesgo de desarrollar un cáncer de mama, aumenta mucho el riesgo de otros tumores, de segundos tumores".
Cáncer de mama en hombres
Aunque el porcentaje de hombres que padecen cáncer de mama es muy pequeño (representa entre el 1% y el 2%), constituye una realidad que no se debe pasar por alto: "En el Hospital de Salamanca tendremos tres o cuatro casos al año. El problema es que está poco visibilizado desde un punto de vista social, son pacientes que a veces se consideran a sí mismos como bichos raros. Nosotros en nuestra consulta procuramos normalizar mucho a dichos pacientes para que asuman que su enfermedad no es algo extraño", defiende César Rodríguez.
Poco a poco estamos asistiendo a una mayor concienciación ("el cáncer de mama en hombres ya empieza a tener proyectos específicos de investigación"), pero su diagnóstico sigue siendo más tardío que en las mujeres: "Date cuenta que los varones no participan en los programas de cribado, porque la incidencia es muy baja. Casi siempre son diagnosticados al consultar por un bulto en el pecho, pero, a igualdad de estadio en el momento de la detección, el pronóstico y el tratamiento son similares al de sus homólogas femeninas".