La Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef) cifra en 36.177 las personas fallecidas en Castilla y León durante 2020, lo que supone un aumento del 25,97 por ciento respecto a 2020, por la COVID-19, el tercer porcentaje más elevado entre las autonomías solo por detrás de Madrid (41,17 por ciento) y Castilla-La Mancha (32,33 por ciento).
La radiografía de Panasef con motivo del Día de Todos los Santos, analiza los datos del 2020, en los que se produjeron 492.930 defunciones en España, un 17,73 por ciento más que en el año anterior, en el que fallecieron 417.625 personas. La pandemia de COVID-19 no afectó a todas las comunidades autónomas por igual. Los mayores incrementos de defunciones se produjeron en Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla León y Cataluña. Las comunidades que se han visto en menor medida afectadas han sido Canarias, Murcia y Baleares.
El sector funerario lo componen unas 1.100 empresas públicas y privadas, que facturaron durante el 2020, 1.700 millones de euros. El número de tanatorios o velatorios en España se mantiene en 2.525 instalaciones con 7.050 salas. Andalucía, Cataluña y Castilla León son las comunidades con mayor número.
La media de fallecidos en España en 2020 fue de 1.350 personas al día. Como contraste, durante los primeros meses de la pandemia la media de defunciones llegó a subir hasta un 500 por ciento en ciudades como Madrid.
En relación con los cementerios, España cuenta con 17.682 cementerios para 8.126 municipios, y el 99 por ciento son, de propiedad municipal. Además, España dispone de 487 hornos crematorios, frente a los 464 del año anterior, y se sitúa en uno de los países de Europa con mayor número de estas instalaciones. Las comunidades autónomas con mayor censo de hornos crematorios son Andalucía (116), Valencia (54), Castilla y León (53) y Madrid (48).
También resaltan las fuertes inversiones de las funerarias en filtros de emisiones a la atmósfera. Esta tendencia se pliega a los hábitos funerarios de los españoles, con un aumento de las incineraciones en torno al uno por ciento en 2020, tendencia reforzada por la pandemia. En 2020, las incineraciones totales ascendieron al 45,54 por ciento frente al 54,46 por ciento de inhumaciones. El porcentaje de incineraciones alcanza el 60 por ciento del total en las capitales de provincia, mientras que en las zonas rurales su incidencia es menor, un 39,8 por ciento.
En cuanto a las despedidas, aumenta el número de familias que optan por las ceremonias religiosas, 86,4 por ciento, frente al 13,6 por ciento que prefieren una ceremonia civil para despedir a sus seres queridos. Un dato motivado posiblemente por el periodo de pandemia.
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