La calle Doctrinos es una de las más cortas de Salamanca pero con una gran historia detrás. Esta recoleta calle situada entre las de Prado y Compañía recoge su nombre del colegio del mismo nombre, que fue fundado en 1577 por el canónigo de Salamanca Pedro Ordóñez.
Actualmente de cierta actualidad después de que la procesión de la Hermandad de Jesús Despojado haya tenido que suprimir su paso por allí debido a las complicaciones por el tamaño de las tallas, otro Cristo que también sale en procesión el Lunes Santo recibe su nombre.
Es así debido a que en el lugar también se encontraba la capilla del Cristo de los Doctrinos, que actualmente procesiona desde la capilla de la Vera Cruz. Esta talla anónima del siglo XVII, sin embargo, se le atribuye en algunas ocasiones a los alumnos que en el colegio aprendían a leer y a escribir, así como un oficio.
Y es que este colegio se convirtió en uno de los referentes de la época para los niños huérfanos o con mayor vulnerabilidad de la época. Allí, además del aprendizaje más primerizo, también eran adoctrinados en la religión, para posteriormente buscarles un oficio para ganarse la vida.
De ahí recibe el nombre y así lo mantiene pese a que el 10 de septiembre de 1779, el obispo salmanticense Felipe Bertrán suprimiera el mismo.
Anteriormente a ello, esta calle, ahora una de las más caras de Salamanca en cuanto a vivienda se refiere y famosa por su buen vino, se le conoció por la calle de las Páteras, lugar en el que se realizaban platos para ceremonias y ritos religiosos.