Vergonzosa actuación del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Salamanca, que supone, además, un coste innecesario para las arcas municipales cuando la inflación y el coste de la vida sigue disparado.
Este medio de comunicación informó en la noche del lunes que una de las calaveras había sido robada, puesto que al preguntar por ella directamente al gabinete de prensa de alcaldía al no verla en la exposición, por si la habían retirado por mantenimiento o por algún problema, esas mismas fuentes informaron que la calavera había sido robada el miércoles y que “se han revisado las cámaras de la zona” para poder determinar “el autor o autores del robo”. Ese robo, tal y como explicamos a continuación, no ha sido tal, solo una chapuza del Ayuntamiento que a pesar de desaparecer la pieza el miércoles, no fue hasta este lunes cuando se enteró de la desaparición, poniendo, además, a investigar a la Policía Local.
Después de publicar la noticia, comerciantes de la zona se pusieron en contacto con este medio de comunicación para explicar que la pieza se había caído al suelo el miércoles y había sido retirada por agentes de la Policía Nacional, quienes hicieron su entrega a la Local para asegurar la pieza, tal y como ha podido saber este medio de comunicación.
A la recepción de la pieza por parte de agentes de la Policía Local de Salamanca, se realizó un informe con la entrega de la calavera que quedaría custodiada en dependencias policiales hasta que se hiciera entrega a la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura. Sin embargo, esa comunicación nunca llegó a la fundación, porque los informes, que se remiten a diario a la concejalía de Protección Ciudadana, liderada por Fernando Carabias, y al equipo de prensa del alcalde, Carlos García Carbayo, fueron obviados por estas dos partes.
Durante el fin de semana el vigilante de seguridad de la exposición se percató de que faltaba una de las calaveras de color fucsia y avisó a la Fundación de este suceso. Esta última puso en conocimiento del Ayuntamiento y de la Policía Local lo que había sucedido y como las partes encargadas de revisar los informes obviaron el realizado por el agente a la recepción de la pieza, pusieron a investigar al resto de policías el caso de una calavera robada, que en realidad estaba en una sala de su propia casa.
Precisamente, este medio de comunicación comunicó en la mañana de este martes al Ayuntamiento que la pieza finalmente no había sido robada, sino que había personas que afirmaban que tendría que encontrarse en dependencias policiales, algo que hasta el momento ellos mismos desconocían.
De hecho, media hora después desde el gabinete de prensa han afirmado que era cierto, que la pieza se encontraba en dependencias municipales y, posiblemente por ordenes ‘de más arriba’, bien del alcalde o del propio concejal, han desviado la culpa hacia la Policía Local, diciendo que se trataba de un “error de comunicación” de este cuerpo “que no notificó a la Fundación que la calavera estaba en el Ayuntamiento”.
Un evento que deja en evidencia problemas dentro del propio gobierno municipal y que metafóricamente cumple lo que viene criticando la oposición en los últimos días, es decir, que el alcalde de Salamanca está más pendiente de viajar al extranjero como presidente de las Ciudades Patrimonio que de ejercer, precisamente, como alcalde de su propia ciudad, o para levantar las calles de esta a contrarreloj, ahora que ya falta pocos meses para las elecciones.