La Navidad es una época mágica que muchas personas viven con ilusión. Las ciudades se llenan de adornos y luces, familiares o amigos se reúnen para celebrar juntos las fiestas y los más pequeños esperan con impaciencia la llegada de Papá Noel o de los Reyes Magos, ya sea en sus casas o en las plantas oncológicas de los hospitales. Estos últimos ocuparon la mente de Fernando Martínez, vecino de Villares de la Reina que, debido a la pandemia, pasó de caracterizarse como Santa Claus para llevar alegría a los niños con cáncer ingresados a ingeniárselas para seguir haciéndolo en la distancia. “Si no podía ir físicamente, por lo menos les llegarían unas cartas muy especiales”, recuerda. Esas cartas estarían escritas y firmadas por los mismísimos Melchor, Gaspar, Baltasar o Papá Noel, y serían la razón de ser de Buzón Real, una iniciativa solidaria de la que también forma parte el salmantino Arturo Riesco.
Fernando desarrolló el proyecto entre marzo y noviembre de 2020, meses repletos de creatividad e investigación para que a las cartas no les faltara ningún detalle y resultaran reales a los más pequeños. "Creé un escudo heráldico actualizado de los Reyes Magos a partir de los originales de la Edad Media". Este aparece impreso en los sobres de todas las misivas y "está presidido por dos camellos e integrado por las siete estrellas de Melchor, la estrella y la luna de Gaspar y el hombre africano con la bandera colonialista de Baltasar". Papá Noel también cuenta con su propio escudo, pero "con referencias celtas, de los países del norte". El diseñador cuidó incluso la letra de los escritos y, para ello, no dudó en aprender caligrafía durante los meses de confinamiento.
Creada la iniciativa, Fernando y Arturo tenían que encontrar la forma de hacer llegar las cartas de los Reyes Magos o Papá Noel a los niños ingresados en las plantas de oncología. "El primer año trabajamos con una asociación que nos permitió contactar con las familias de los enfermos. Aparte, para hacer el proyecto sostenible, cualquier padre, madre, tío o abuela podía encargar una misiva para su hijo, sobrino o nieto a través de la página web de Buzón Real y sabría que, gracias a esa compra, nosotros donaríamos otras cartas a los hospitales", señala Fernando. Por suerte, la reacción de la gente fue buena y durante el segundo año, en 2021, pudieron organizarse con deiciséis fundaciones para abarcar toda la geografía española.
Las cartas de los Reyes Magos, las más demandadas
Cada carta recoge el nombre del niño, su edad, el lugar donde va a pasar la Navidad y el apelativo de un amigo o familiar. Además de estos datos, incluye un relato original (hay doce modelos diferentes) que cuenta las últimas novedades del Lejano Oriente o el Polo Norte, todo depende del remitente escogido. "Piden más misivas de los Reyes Magos, además con mucha diferencia, y las historias que más se venden son las que están relacionadas con dudas que puedan tener los pequeños. Por ejemplo, cómo funcionan sus poderes. Nosotros nos encargamos de disiparlas y de afinazar la inocencia y la creencia en la magia", afirma Arturo Riesco.
Los relatos se renuevan cada año y suponen una oportunidad para desarrollar la mitología de los Reyes Magos. "La de Papá Noel es más moderna, pero qué sabemos de Melchor, Gaspar y Baltasar. Que fueron a Belén y que protagonizan todos los años la cabalgata", sostiene Fernando. Las cartas de Buzón Real amplian ese imaginario y hablan de las Olimpiadas del Reino, una celebración histórica donde los Pajes sacan a relucir sus dones; o del Etérbolo, un antiguo artilugio élfico con el que sus Majestades logran convertir los segundos en horas y así poder repartir a tiempo todos los regalos.
Quien quiera también puede dejarse inspirar por las musas y escribir libremente el texto de la carta. "Recibimos algunas peticiones para adultos y son a cada cual más bonita. Como lo hacen en nombre de los Reyes Magos o de Papá Noel y se despersonalizan, son más capaces de abrirse y de expresar sus sentimientos", señala Arturo. "Es curioso que esos adultos digan que no creen y, al mismo tiempo, sean los que continúan con la tradición. ¿Por qué? Porque más allá de los sentimientos, hay algo que, aunque no lo sepamos ver, tiene un efecto muy poderoso, sanador y mágico en todas las personas involucradas en el ritual, que va desde mandar misivas a dejar los zapatos en el árbol de Navidad para recibir regalos", añade Fernando.
Además de cartas personalizadas, Buzón Real ha diseñado diversos complementos que están disponibles en su página web: certificados de buen comportamiento que acreditan que un niño se encuentra en la Lista Oficial de los Buenos del 2022; botones de sus Majestades o de Santa Claus; etiquetas para regalos; globos; chapas; y el periódico La Estrella, que recoge las últimas noticias del Lejano Oriente. "Nos apetecía hacer un diario como el de Harry Potter, pero de los Reyes Magos, con inspiración árabe". No obstante, el extra más demandado y exitoso es el certificado: "Es como el complemento a la carta y mucha gente lo deja al lado de los zapatos".
Refugiando Corazones, la iniciativa dirigida a los refugiados ucranianos
Si 2020 fue el año de la pandemia de COVID-19, 2022 ha sido el de la guerra iniciada por Rusia contra Ucrania. "Una fundación con la que colaboramos, Aladina, se encargó de traer, junto al Gobierno de España, a niños ucranianos con cáncer para que continuaran aquí su tratamiento. No podíamos dejarlos atrás y pensamos en escribir las cartas de Papá Noel en su idioma". Tras comentarle la idea a la fundación, Fernando y Arturo se coordinaron con la misma para que les pasara un listado de nombres y les ayudase a saber cómo abordar el tema de la contienda. También aprendieron caracteres ucranianos para hacer la caligrafía gótica en dicho idioma y que Santa Claus pueda decir a los pequeños refugiados lo orgulloso que está de verles progresar, hacer nuevos amigos y hablar algo de español.
Este nuevo proyecto recibe el nombre de Refugiando Corazones y es una muestra más del crecimiento de Buzón Real, que, en la actualidad, colabora con veinte asociaciones y ya ha llegado a más de 800 niños ingresados en 35 hospitales de toda España. "Queríamos que lo que hiciéramos tuviera un impacto directo y real en los niños con cáncer, que lleven su enfermedad lo mejor posible y les llegue esa pizca de magia". Su sueño pasa por crear una fundación para continuar realizando y enviando cartas, acceder más fácilmente a los hospitales y hacer visitas presenciales a los pequeños que estén recibiendo cuidados paliativos.