La llegada del verano y sobre todo el infernal calor que azota durante estos días hace que beber agua se convierta en un gesto más habitual de lo normal.
Sin embargo, aunque lo más recomendable por parte de los sanitarios es estar hidratados las 24 horas del día y sobre todo si vamos a enfrentarnos a varias horas de viaje, beber mientras estamos conduciendo podría suponer una multa de hasta 80 euros, si nos pillan infraganti.
Este hecho es multable según el artículo 18.1 del Reglamento General de Circulación que establece que el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos y, por tanto, el hecho de agarrar una botella estaría limitando esa capacidad libre de movimientos al volante. Considerándose también este gesto como una distracción que podría provocar un accidente.
Así, si el conductor tiene sed debería estacionar en un área de descanso para poder beber agua sin exponerse a una multa.