A veces un gesto sencillo, puede convertirse en una gran idea. Los más pequeños del campamento de verano del barrio de Huerta Otea han ideado un plan para hacer que los vecinos y los visitantes se sientan mejor.
Es el ‘Banco de la Amistad’, un lugar identificado con lazos y donde todas las personas pueden incrementar un poquito su nivel de felicidad.
Algo tan sencillo como eso, un banco, lugar para descansar, pero también para socializar y hacer amistades efímeras o para toda la vida. De hecho, esa es la idea de los más pequeños, algo que apuntan en un cartel colocado junto a este mobiliario urbano: “Un lugar donde sentarse para recibir ánimos, ayudarse y reencontrarse consigo mismo […] donde buscar consuelo, ánimo, amistad y sentirse acompañado”.

El funcionamiento del banco es sencillo, como todos de cualquier parte del mundo, sin embargo este guarda la peculiaridad de estar adornado para ser identificado: “si te sientes mal o estás pasando por un momento difícil… siéntate en este banco, así el resto de las personas podrán identificar tu malestar y se sentarán junto a ti para acompañarte y hacerte el día un poquito más agradable”.
Una bonita iniciativa para ayudar a las personas, pero también para hacer del barrio de Huerta Otea “un lugar aún mejor”.
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