La concejala de Festejos y Tradiciones del Ayuntamiento de Salamanca, Carmen Seguín, realizó en la mañana de este lunes un “balance agridulce” de la Semana Santa en la capital charra. Así, señaló que pese a que, en los primeros días, desde el Viernes de Dolores y hasta el Lunes Santo, las procesiones pudieron discurrir con normalidad, mientras que en otras ciudades de España no pudo verse ninguna hasta más entrada la semana.
Una situación que cambió el martes, donde las lluvias llegaron a la capital del Tormes para permanecer lo que restaba de semana. “Es cierto que las cancelaciones de procesiones iban sucediéndose una tras otra con toda la tristeza que ello supone”, continuó Seguín, quien incidió en que la decepción no recayó únicamente en las cofradías, sino también en las persona que esperaban ver los desfiles procesionales y para la hostelería y gastronomía de la ciudad.
Aun así, señaló que la ocupación hotelera se mantuvo en el 80 por ciento, repuntando en alguna ocasión por las reservas de última hora. “Lastimosamente es una cuestión que no se parece a lo que esperábamos a priori, pero de todas maneras deja claro la fortaleza de nuestro sector a pesar de las condiciones adversas”, matizó la concejala.
Con la vista puesta en el Puente de Mayo, Carmen Seguín manifestó su deseo de que “esta pena que nos hemos llevado, este chasco climatológico” pueda superarse. “No viene mal de todas maneras. Estábamos rogando por agua, y nos ha caído pero bien”, terminó.