Las calles y carreteras de Salamanca llevan más de ocho años sin ver el estreno de un autobús metropolitano de la empresa Avanza. Los han visto arrasados por el fuego, tirando aceite o resguardados por conos porque se había estropeado en mitad de la calle o una carretera; pero relucientes como tal, eso no sucede por estas tierras desde 2017, una pandemia incluso de por medio.
Los usuarios y los conductores de esta empresa, que cubre la mayoría de las líneas del alfoz de Salamanca, están hartos de una situación que, a la vista del anuncio de Mañueco sobre la gratuidad de los servicios en el segundo semestre del año, irá a peor si no se le pone solución.
Clientes cansados de buses que les dejan en tierra, que llegan tarde porque se han averiado, porque van llenos o porque no funciona el sistema de aire acondicionado o calefacción. Quejas y enfados que en caliente dirigen contra la primera línea de la empresa: los conductores. Ellos son los que tienen que soportar las reprimendas de la gente y dar la cara a una situación de la que no son culpables, ni responsables.
De hecho, fue el propio Comité de Empresa de Avanza, quien hizo pública en octubre de 2024 una denuncia que habían interpuesto en Inspección de Trabajo sobre el lamentable estado de los vehículos, tras incendiarse dos de ellos en pleno servicio.
Denunciaron algo que sigue sin solución y que sucede con frecuencia: el número de averías de “todo tipo” y los graves “fallos mecánicos” que son cada vez más elevados y afectan a la dirección, los frenos o las ruedas.
Representantes de CCOO del Comité de Empresa de Avanza han asegurado, en declaraciones a Salamanca24horas.com, que la situación no ha cambiado, principalmente agravada por el deficiente mantenimiento y el servicio de taller del grupo: “Muchas veces prefieres no avisar de una luz que te sale en el cuadro, si el autobús responde bien, porque el que te van a traer de recambio es peor”, cuenta un conductor.
Los nuevos autobuses que llegan a Salamanca, descartes de otras comunidades y con 800.000 kilómetros
Se quejan, principalmente, de ese servicio de mantenimiento que se suma a una flota envejecida con vehículos que reciben como ‘nuevos’, pero están más cerca de la década que del estreno y con más de 800.000 kilómetros.
De hecho, la empresa no ha mandado un autobús nuevo -no confundir con un nuevo autobús- al servicio de Salamanca desde 2017, y fue un desembarco escaso. Los que venden como nuevos, que se sustituyen cuando los que están circulando no dan para más -el ejemplo de los dos incendiados-, llegan de otras comunidades donde solo se les permite que estén diez años en uso y como en Castilla y León, con la actual concesión, el límite está en 18, a Salamanca la empresa Avanza envía los ‘restos’.
En ese aspecto, los representantes de CCOO, que también advierten una clara diferencia de calidad de los buses en función de la línea que trabajan, denuncian que la empresa prefiere ceñirse “a los intereses económicos y empresariales, más que a los de los usuarios o sus propios trabajadores”.
Las averías y el estado de los vehículos se convierten en un cúmulo de quejas que también llegan a los ayuntamientos de los municipios del alfoz, pero que encuentra en los conductores la parte de la empresa a la que ‘enfrentarse’: “muchas veces no funciona la calefacción o el aire acondicionado. Con lo primero la gente no se queja tanto, pero en verano, con el calor, se piensan que somos nosotros los que no queremos poner el aire. Entendemos, obviamente, las quejas de los usuarios, por supuesto, porque nosotros también las vivimos y sentimos”.
A pesar de que las quejas por la comodidad en el interior del habitáculo también son importantes, ellos inciden sobre todo en el tema de la seguridad por el funcionamiento del vehículo: “cualquier día va a pasar una desgracia”.
El resumen es que, al final, usuarios y trabajadores siempre tienen que ir en un vehículo ya utilizado en otra ciudad, y con un cúmulo importante de kilómetros. Cuando llegan a nuestra provincia, con un servicio de mantenimiento “nulo” -según explican estos representantes de los trabajadores-, las averías se multiplican, algo que tenderá a ser exponencial con el incremento de pasajeros que, de seguro, llegará con la gratuidad de los viajes.
Una concesión en precario
La excusa que pone Avanza es que la Junta de Castilla y León -a quien también piden explicaciones los conductores- está cerca de sacar una nueva concesión de las líneas del servicio Metropolitano, así como la implantación de un nuevo mapa del transporte -previsiblemente para finales de 2025, aunque el reciente anuncio de Mañueco podría intuir que se realice en los próximos meses, algo que también explicaría la celeridad de la empresa por ‘limpiar’ su imagen-.
Un pretexto que no comparten los representantes de Comisiones Obreras: “No puede ser una excusa, porque llevamos años con la misma. Si tú, por ejemplo, estás de alquiler en una casa, te quedan meses de contrato y se estropea la caldera, el casero no puede ponerte una ya usada que se va a estropear a los pocos días”.
Por último, inciden otra vez en la diferencia en el estado de muchos de los autobuses de la empresa, y la falta de rotación: “No todos los usuarios de los municipios tienen la misma calidad de buses. Hay conductores y clientes que van en mejores vehículos que otros siendo el mismo servicio”, concluyen.
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