Pese a tener un mayor acceso a la información que en épocas anteriores, se siguen perpetuando los mismos errores. Actualmente existe toda una epidemia ‘invisible’ que está afectando cada vez a más personas por ignorancia y falta de documentación, la cual está revelando la importancia que cobra el conocimiento y la educación sexual, una asignatura pendiente de la sociedad actual.
Hablamos de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), cuyas últimas estadísticas reflejan un aumento acusado en España, aunque Castilla y León registra uno de los cinco datos más bajos con respecto al territorio español, según el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
Se trata de un conjunto de patologías de origen “infeccioso” en las que “la principal vía de adquisición son las relaciones sexuales, aunque puedan tener otros modos de transmisión”, detalla Raquel Carnero, licenciada en Farmacia por la Universidad de Salamanca y autora del libro ‘Lo que no te esperas del sexo’.
En total, se conocen más de 20 ITS causadas “por diferentes microorganismos, que pueden ser virus, bacterias, protozoos o ectoparásitos” y entre las que se encuentran “la gonorrea, la sífilis, la clamidiasis, el VIH/sida, el virus del papiloma humano (VPH), el virus del herpes genital, la tricomoniasis o las ladillas”, como las más conocidas. La mayoría de estas infecciones son “curables”, sin embargo, otras no, como “el herpes genital o la infección por VIH, pero son tratables”.
Con respecto a los síntomas, Carnero destaca el “dolor o ardor al orinar, secreción inusual del pene o flujo vaginal con mal olor, sangrado vaginal inusual, dolor durante las relaciones sexuales y dolor en la parte inferior del abdomen”. No obstante, ha puntualizado la importancia de “hacerse test de diagnóstico si se han tenido relaciones sexuales de riesgo” ya que “muchas personas no tienen síntomas, pero pueden estar contagiando a otras”.
Los últimos datos publicados el lunes, 21 de octubre, han alarmado a las instituciones de Sanidad. Entre 2021 y 2023 la infección gonocócica creció en España un 42,6% y la sífilis un 24,1%. Igualmente, la clamidia ha aumentado un 20,7% anual entre 2016 y 2023.
Por comunidades autónomas, el Informe de Vigilancia Epidemiológica de las Infecciones de Transmisión Sexual en España revela que la incidencia de infección gonocócica por comunidades en 2023 presenta un rango “muy amplio”, entre 9,24 y 165,30 casos por 100.000 habitantes. Las tasas más elevadas se registraron en Cataluña (165,30), Madrid (94,08), País Vasco (78,37) y Andalucía (58,64). Las más bajas se notificaron en Ceuta (1,20), Melilla (2,34), Aragón (9,24), Castilla y León (12,59) y Extremadura (16,12).
Sobre la infección por clamidia la tasa en Castilla y León es de 13,26 casos por cada 100.000 personas, parecida a la de la gonorrea que se sitúa en 12,59 casos.
Más hombres que mujeres afectados
En cuanto al perfil más vulnerable, la experta ha señalado que existe “una mayor afectación en hombres que en mujeres”, mencionando como ejemplo el porcentaje de infección gonocócica, que es de un 80% en el género masculino.
Además, algunas ITS son más características de un grupo poblacional que de otro, como es el caso de la clamidia que se da principalmente en personas jóvenes.
No obstante, “no son exclusivas de un colectivo, aunque influye mucho el estigma que aún tienen para que los casos no se diagnostiquen y traten”.
“La población desconoce en su mayoría los riesgos que implican ciertas prácticas”
Pero, ¿qué ha podido favorecer este aumento acusado de los últimos años? Pues bien, Carnero ha asegurado que uno de los principales problemas es que “la población desconoce en su mayoría los riesgos que implican ciertas prácticas, como el sexo sin protección o el uso de drogas en sesiones de chemsex y slamsex”. Relacionado con lo primero, apunta a que se ha generalizado el uso de otros métodos anticonceptivos como la píldora que no protegen frente a las ITS: “La mayoría de los jóvenes no han conocido las campañas de prevención de los años 90 que tuvieron un gran impacto mediático”.
De igual forma, ha afirmado que “los más jóvenes tampoco han recibido mucha educación sexual”, poniendo en valor la prevención de estas infecciones como “formación para la salud” dado que se trata de “un problema de salud pública que nos afecta a todos”.
Por otra parte, la popularidad de las aplicaciones de citas o la normalización de tener múltiples parejas sexuales han contribuido a este aumento ya que complica “trazar los contactos” para así evitar “reinfecciones”. La principal medida de control de estas enfermedades, según la experta, es la prevención, el diagnóstico y el tratamiento precoz. “Sin tratamiento, muchas de ellas pueden dar lugar a complicaciones y secuelas. Cuando se realiza un diagnóstico de una ITS se deben descartar otras infecciones de transmisión sexual, incluyendo la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)”.
Otro de los motivos es el “estigma” que envuelve a estas infecciones: “Hay miedo a hablar y falta de información”, algo que debe acabar para asistir a quienes las padecen y proporcionar la plena seguridad en el ámbito sexual.