Los plenos municipales del Ayuntamiento no son la particularidad más divertida y vibrante dentro de la información política, ciertamente no lo son. En su mayoría, este órgano se reúne mensualmente para tratar aspectos bastante tediosos, que no por ello carentes de importancia, con los que regular la vida de Salamanca y sus ciudadanos. El Gobierno de la capital del Tormes descansa, en gran medida, en las ordenanzas, mociones y dictámenes, entre otras resoluciones, que se aprueban o rechazan en este parlamento municipal.
Las sesiones, de no menos de tres horas, suelen ser un constante intercambio de reproches entre Gobierno y oposición. PP y Cs, coalición que rige la ciudad de Salamanca, suelen defenderse de las acusaciones del PSOE y Grupo Mixto, encargados de fiscalizar a la administración municipal y proponer mociones que, a su vez, suelen ser criticadas por el Gobierno. Una actitud que a nadie le sorprenderá si echa un vistazo a los informativos cuando estos abordan las sesiones en el Congreso de los Diputados.
Si bien es cierto, como decíamos antes, que los plenos del Ayuntamiento son un proceso prolijo, esencial para regular la vida local, lleno de tecnicismos y, para no engañarnos, un tostón. Sin embargo, y más allá de las habituales cuitas entre Gobierno y oposición, nuestros representantes políticos nos han dejado alguna joya en forma de moción que, como poco, podría calificarse de rocambolesca. Este artículo pretende hacer un repaso de las iniciativas más estrambóticas propuestas por los concejales de la corporación local durante el año 2021.
Apostando por un orden cronológico, echemos un vistazo a cómo los grupos municipales y los ediles del Ayuntamiento de Salamanca se han descolgado con mociones extravagantes que, en la mayoría de los casos, responden más a intereses de los partidos políticos a nivel nacional a los que pertenece estos concejales, que a las necesidades reales de los salmantinos o la capacidad de acción real de un Ayuntamiento de capital de provincia.
Pablo Hasel y el pueblo saharaui
Enero fue el mes de la tercera ola en la ciudad de Salamanca, la más cuantiosa en lo que a casos se refiere hasta la llegada de esta sexta ola que nos vuelve a golpear durante las fechas invernales. El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, y el concejal de Deportes, Javier García Rubio, fueron ingresados en el hospital tras dar positivo en coronavirus, razón por la cual Gobierno y oposición acordaron posponer el pleno que debía celebrarse el 5 de febrero.
Ya a finales del mes de febrero, llegó la primera de esas mociones que no son más que un brindis al sol, cuando no simplemente una forma de confrontación ideológica y lucha cultural. Partido Popular y Ciudadanos, partidos que ostentan el Gobierno municipal, llevaron a la sesión plenaria la condena “de los episodios vividos en diversas ciudades españolas” por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel. Una moción que censuraba la actitud de los manifestantes, especialmente en sus enfrentamientos con la Policía, pero en ciudades como Madrid, Barcelona, Vic o Granada. En Salamanca, donde hubo manifestaciones en contra de la encarcelación de Hasel, no se vivieron momentos de tensión y, por ende, la moción de populares y ciudadanos tuvo una nula influencia en la vida de los salmantinos.
Marzo fue un mes con dos plenos, uno de ellos extraordinario, pero sin gestos grandilocuentes de los ediles de la corporación. En abril, todos los grupos municipales y el concejal no adscrito realizaron el gesto de denunciar la situación que por aquellas fechas se vivía en el Sahara Occidental y solicitar al Gobierno español que “incremente su ayuda humanitaria y la cooperación con la población saharaui”. Una moción loable y difícilmente criticable, pero que no efectuó ninguna acción real en Salamanca que pudiera redundar en beneficio de la antigua colonia española.
De la dimisión de Dani Llanos a prohibir las armas nucleares
Mayo fue un mes convulso en la política salmantina. El pleno municipal se reunió de forma extraordinaria para aceptar la dimisión de Dani Llanos, el cual fue denunciado por conducir con una tasa de alcoholemia superior a la permitía, tal como informó en primicia SALAMANCA24HORAS.
En el apartado de mociones para el recuerdo, descolla especialmente la iniciativa del Grupo Mixto, defendida por Carmen Díez, que llevó al pleno la prohibición de las armas nucleares. Una propuesta que pilló a todo el mundo con el pie cambiado, especialmente a los ciudadanos, que se encontraban expectantes ante el final del estado de alarma, que iba a decaer en tan solo tres días. El pleno de una ciudad como Salamanca, asediada por la crisis económica del coronavirus y por una despoblación crónica que va apagando el municipio poco a poco, se arrogó la potestad de discutir sobre poner fin a aquellas terribles armas que arrasaron las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945. Para el siguiente pleno hubo quien pudo pensar que por qué no abordar un programa espacial en Alamedilla o sentenciar que la paz en el mundo es algo deseable.
Junio fue el mes del inulto a los independentistas, una situación que Ciudadanos y Partido Popular no podían dejar pasar y decidieron abordar en el pleno municipal, cuestión fundamental en la vida civil de todos los salmantinos. Por su parte, el Grupo Mixto se descolgó con una moción “condenando los ataques de la ocupación israelíes en Palestina”. Virginia Carrera, azote del Gobierno en otras situaciones donde su atrabiliario verbo es capaz de cargarla de razón, lamentó que esta propuesta fuera rechazada. Ahora bien, ¿en qué habría mejorado la situación de los palestinos si este gesto hubiera contado con el apoyo del pleno? ¿Y el día a día de los salmantinos, sería más satisfactorio y funcional?
El Grupo Mixto, al que pertenece la señora Carrera, también llevo a la sesión ordinaria “la liberalización de las patentes de las vacunas contra la Covid”. El pleno empleó un buen tiempo en discutir si las vacunas se producirían más eficientemente si se liberalizara la patente o se dejara seguir actuando a las grandes farmacéuticas. Una vez más, la corporación municipal abordó una cuestión sobre la que tienen cero poder de acción.
PP y Cs llevan Cuba a la sesión plenaria
Con la llegada del verano la actividad municipal se ralentiza. Aun así, en agosto PP y Cs lanzaron un solemne apoyo al pueblo cubano después de que se vivieran algunas propuestas en la isla.
El regreso del curso dejó sin tiempo a los políticos salmantinos para ofrecernos mociones de carácter sorpresivo, por lo que las únicas que se salen del ojo un tanto fueron la moción socialista para declarar las elecciones autonómicas anticipadas de 2022 como “inoportunas, irresponsables y contrarias a los intereses de la ciudad de Salamanca” y la propuesta del Grupo Mixto para solicitar la salida de España del tratado de la Carta de Energía.
No se puede decir que la iniciativa socialista no tenga un efecto inmediato en la vida de los salmantinos, si bien es cierto que se limita a una simple pataleta -a la cual tienen derecho, por supuesto- ya que la convocatoria de elecciones no se puede deshacer.
Por su parte, el Grupo Mixto volvió a ofrecernos un ejemplo de delirios de grandeza al abordar cuestiones sobre las que no tienen competencias.