En la tarde del 9 de enero el salmantino Antonio Navarro, oficial de Policía Nacional y árbitro de Primera División de Fútbol Sala, salía a entrenar como uno de los muchos días que dedica a mantenerse en forma en su tiempo libre.
Sin embargo, esa salida no iba a ser como las habituales y su intervención ayudaría a detener a un varón que acababa de apuñalar a su expareja en el cuello.
Navarro, que parte de su vida la ha pasado viviendo en Cabrerizos, se encontraba entrenando por Barcelona, en la calle Joan Güell, cuando de repente escuchó gritos de auxilio y no dudó en acercarse rápidamente al lugar.
Allí encontró a dos personas que estaban persiguiendo a un hombre, advirtiendo que el varón acababa de agredir a una mujer. Este agente, de 35 año,s les pidió que acudieran a auxiliar a la joven y a llamar a los Servicios de Emergencia.
Como seguía teniendo a la vista al agresor, emprendió la persecución hasta alcanzarlo, reducirlo y detenerlo con la ayuda de una patrulla de la Guardia Urbana que se encontraba cerca.
Afortunadamente la mujer se encuentra fuera de peligro y Antonio, en nombre de toda la Policía Nacional, le ha enviado su apoyo y el deseo de poder reencontrarse con la mujer, algo que ya ha agradecido la familia, como el caso del padre, por haberle “salvado la vida a mi hija, estaríamos encantados de poder conocerle y agradecer su gran labor”.
Tal y como informó el medio de comunicación El Caso, el agresor, de nacionalidad colombiana, acudió a la salida del trabajo de su expareja. Tenía la idea de retomar la relación, sin embargo ante la negativa de la víctima fingió darle un último abrazo, pero tenía escondido un cuchillo que le clavó en el cuello.
El varón huyó del lugar, pero gracias a la gran intervención de Antonio Navarro, pudo ser arrestado. En las cercanías del lugar de los hechos se encontró el arma blanca y el varón está acusado de un intento de homicidio.
Policía Nacional, pero también árbitro de Primera
Antonio Navarro ha conseguido materializar sus dos sueños: ser agente de Policía Nacional, pero también continuar con una carrera de árbitro que comenzó mucho antes de la de estar al servicio del ciudadano.
Todo comenzó en la adolescencia cuando se inició en el mundo del arbitraje en partidos de deporte escolar en la provincia de Salamanca. Toda una vida de dedicación le llevaron a conseguir finalmente el ascenso a Primera División en 2020. Recientemente ha dirigido el partido de semifinal de Supercopa entre el Jimbee y el Barcelona, y ha asistido en la final que enfrentaba al Jimbee y al Betis de Fútbol Sala, donde ganó el primero por 3-1.
Como destaca el medio especializado en deporte, los árbitros de fútbol sala tienen que compatibilizar su carrera de colegiado con su trabajo, informando que cobran “500 euros brutos por partido, pero suelen dirigir dos mensuales.”
Afortunadamente, Antonio ha sabido compaginar sus dos pasiones a la perfección, mientras que en sus ratos libres, no descansa en su idea de seguir dando servicio a los ciudadanos.
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