El hecho de que los seres humanos residentes en Salamanca tengan que estar confinados en sus domicilios desde el 14 de marzo para evitar la propagación del Covid-19 ha reducido la presencia de personas en las calles charras a tareas permitidas por el Gobierno, aunque algunas se salten las normas y salgan a la vía pública exponiéndose a una sanción.
Aprovechando esta circunstancia, los animales salvajes están ocupando espacios poco habituales para ellos.
Así, esta semana una pareja de patos ha convertido en su espacio de paseo las zonas ajardinadas de la avenida de Federico Anaya, las cuales abandonan ante la aparición de algún perro que les asusta para volar hacia las piscinas de edificios próximos al lugar, donde durante el estado de alarma viven sin ?estorbo?.
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