El Ayuntamiento ha nombrado Huéspedes Distinguidos durante la mañana de este lunes al investigador Adolfo García Sastre; al vicepresidente del Instituto Rui Barbosa, Sebastião Helvecio Ramos de Castro; y a María de Urioste Ramón y Cajal, la bisnieta del afamado médico. "Salamanca es una ciudad volcada con la ciencia y la tecnología", ha destacado el alcalde, Carlos García Carbayo, durante el acto celebrado en la Sala de Recepciones.

Adolfo García ha sido el primero en recibir el diploma en manos del edil, que lo ha puesto como "ejemplo destacado" de científico "excelente y universalmene conocido" formado en Salamanca. "Presumimos de ello. Durante el último siglo se ha centrado en la biología molecular de los virus y aportó muchas claves sobre el COVID", ha subrayado antes de agradecer su trabajo "por hacer una sociedad mejor".
El actual codirector del Global Health & Emerging Pathogens Institute y del Icahn School of Medicine at Mount Sinai (Nueva York) llegó a Salamanca procedente de Burgos para cursar sus estudios de Biología. En la ciudad, además de "aprender lo que se necesita para hacer ciencia", conoció a sus mejores amigos y al amor de su vida, la doctora Ana Fernández. Se mudaron a Estados Unidos con la idea de regresar a la capital del Tormes, pero esa intención se truncó al descubrir que el país anglosajón les brindaba más oportunidades.
Adolfo García nunca ha perdido el contacto con Salamanca, de la que dice sentirse orgulloso al ver cómo se compromete "a impulsar la innovación en un momento en el que la ciencia se ve de un modo distinto en otros países y en los que han disminuido los recursos".

De Sebastião Helvecio Ramos de Castro, Carlos García Carbayo ha destacado su "capacidad para trasladar su pasión por la medicina a la política". Fue secretario de Estado de Salud a finales de los años 80 en Brasil y responsable de la creación del primer banco de sangre público de Minas Gerais, que se ha convertido en un "referente nacional".

La bisnieta de Ramón y Cajal, María Urioste, ha sido la última en recibir la distinción. Durante su discurso, ha compartido algunas anécdotas del premio Nobel con su madre, que vivió con él hasta los 15 años: "Iban a pasear por el Retiro y le enseñó a hacer dictados. También le dijo que el frío era fantástico para conservar las neuronas y que había que ser humilde y no creerse mejor que nadie". La marquesa también ha expresado su deseo de ver terminado el museo dedicado a la figura del médico.
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