La pasada semana fue noticia, entre otras cosas, porque acabó el curso escolar. Un curso académico que sin duda formará parte de la historia. Ha sido un año duro, de idas y venidas. Ha estado marcado por una pandemia, un confinamiento y por mucha incertidumbre.
La COVID-19 nos ha pillado a todos por sorpresa, nos ha tocado adaptarnos y sobre todo nos ha tocado improvisar. Sin embargo, esta improvisación no ha tenido el mismo resultado en todos los colegios. Las distancias, las medidas de seguridad, los sí que luego han resultado ser no, los grupos burbuja… Todo esto han sido factores que de una u otra manera han influido en los alumnos.
Y ahora, llega la hora del merecido descanso y con él, la eterna pregunta que año tras año resurge de sus cenizas. Después de todo un curso estudiando ¿deben los alumnos hacer deberes en verano o deben descansar?
Esta es una pregunta con respuestas muy dispares. Hay padres y profesores que consideran que los niños deben descansar después de todo el curso estudiando. Sin embargo, hay otros que optan porque sus niños hagan deberes durante el verano, con el fin de que no pierdan la rutina.
Respecto a esto, Pilu Hernández Dopico, una maestra de vocación con más de 15 años de experiencia, experta en educación de familias y profesora de profesores, como preparadora de oposiciones, y con más de 3.513 casos de éxito en ‘El Pupitre de Pilu’, lo tiene claro.
La profesora se muestra contraria a que se cargue a los niños con deberes durante el verano. Y lo hace saber a través de las siguientes preguntas: “¿en diez meses no ha sido suficiente, con sus cinco horas diarias de materias curriculares durante 174 días?, ¿de qué habito hablamos? Si en todo este tiempo nuestros estudiantes no son capaces de conservar el hábito del trabajo sin tener que cumplir unos horarios o porque han de entregar trabajo es que algo estamos haciendo mal, muy mal…”.
Y refuerza la idea, con este matiz: “¿qué pasaría si una empresa mandara a todos sus trabajadores trabajo en sus vacaciones? Abriría todos los informativos de todo el mundo y nos echaríamos las manos a la cabeza. Entonces, ¿por qué no vemos así los deberes?”.
Dopico se muestra contundente respecto a este tema, y considera que “es mucho mejor inculcar hábitos a los niños para que lean por placer, lo que sea, pero que lean. Que cocinen, no sabéis todo lo que se puede trabajar dentro de una cocina, desde matemáticas, lengua, ciencias, plástica, hasta música si nos ponemos, tan solo hay que estar con ellos, compartir el tiempo y escucharlos, cosa que con las prisas de hoy en día no hacemos. Dejemos a los niños ser niños que ya han vivido muchas cosas que nosotros a su edad ni nos las hubiéramos imaginado. Por ello, dejemos que disfruten el verano sobre todo esté más que nunca, que ya vendrán aquellos en los que tengan que trabajar…”.
Ahora la pelota queda en vuestro tejado: deberes en verano ¿sí o no?
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