Ocho años de espera para El Azogue han sido muchos. ¿Fue un parón premeditado o fue necesario?
La espera no es nada premeditada ni pensada. Realmente, nosotros siempre hemos defendido y hemos llevado por bandera que, cuando tengamos algo que decir, nos ponemos manos a la obra. Pero en todo este tiempo han pasado un montón de cosas. A nivel personal, a nivel de banda…
Sí que se ha alargado un poquito más de la cuenta, de lo que quisiéramos nosotros. Pero estamos fieles a nuestra filosofía para sacar un disco cuando creemos que tenemos las canciones que sacaríamos, y hemos sido respetuosos con nuestro trabajo. Porque, si no lo vemos, no sacamos nada. Pero cuando tenemos un puñado de canciones, nos vamos a grabar sin decir nada a nadie y, cuando las tenemos, ponemos la maquinaria en marcha.
Como anécdota, te cuento que hemos tenido una entrada tremebunda a los 40. Yo como productor tuve una crisis aguda, tuve que parar un montón de tiempo. El cantante (Kutxi Romero) tuvo unos problemas de la garganta y tuvieron que quitarle unas cosillas, sin más. Y el batería, también. Fue una entrada a los 40 fulgurante, y por eso nos retrasamos un poco más.
Pero siempre hemos estado ahí. Hasta que no lo vimos claro y tuvimos un buen disco entre manos, no nos metimos con ello.
La respuesta de la gente sí que ha sido muy buena.
La respuesta ha sido maravillosa. Nosotros estábamos emocionados con el disco que habíamos hecho, pero nunca sabes, porque el público es soberano, y tiene que recibirlo y aceptarlo. Y ver la respuesta de la gente y de nuestro público… Le ha encantado. Lo ponen como uno de los mejores discos de Marea, así que la espera y el trabajo duro ha dado sus frutos. Lo hemos hecho con cuidado, y que la gente lo ha recibido así.
Desde que os fuisteis hasta ahora ha habido un cambio en la forma de consumir la música.
Eso se veía venir. Es cierto que ha habido un gran cambio respecto a cómo se consume la música, pero todo en general. La información… todo ha dado un salto en estos últimos 7 años. Lo que no puedes perder de vista es en lo que te tienes que centrar. Como banda, no tenemos que pensar demasiado en eso, sino en hacer buenas canciones. Aunque la vía de consumo y de escucha ha cambiado muchísimo.
¿Y qué valoración hacen Kolibrí y Marea de eso?
A mí, personalmente, me da pena. Pero porque yo soy de la época del vinilo. Esa sensación de sacar el disco, escucharlo tranquilamente, leerte las letras… la gente hoy en día ya no la tiene. Ir a la tienda, sacar un disco u otro y llevártelo a casa, ese romanticismo se ha perdido. Y me da pena que la gente no valore la música como se debía valorar, porque no tienes la misma sensación. Ahora con el móvil puedes escuchar y al minuto otra distinta, pero ha pasado esa concepción.
¿Influye a la hora de sacar o promocionar un disco?
No la tenemos en cuenta. No debemos tampoco. No es nuestro papel, nuestro papel es hacer buenas canciones y estar emocionados con ellas, ofrecérselas al público y que las escuchen como nosotros las hemos compuesto.
Pero son tiempos duros, tiempos de cambio para las bandas y para el panorama musical. Hay que hacer F5 y actualizarse, y la gente tiene que ver que el mundo ha cambiado y seguirá cambiando.
También se ha producido en este tiempo un cambio en las tendencias musicales.
Poco miedo. El rock siempre va a estar ahí. Da igual que llegue el trap, el trop, el trip o el trup. O el reggaetón. Lo que quieras. El rock siempre va a subsistir y va a pasar por encima de todos. Nos abalan 50 años de historia, y quieras que no, estoy viendo en esta gira que el público del rock está ahí.
A nivel comercial se ofrecen otros estilos y parece que el rock es underground, parece que no está. Pero cuando sales y ves, el público sigue estando ahí. Hay un cambio generacional, y ves a la gente joven que con 12 años no podía ir a tus conciertos y ahora con 19 o 20 sí, y te lo dicen, que no iban porque eran pequeños.
Yo soy optimista y creo que va a seguir así. Tenemos que vivir ajenos a ello y seguir haciendo buenos discos, buenas canciones y buenos shows.
Sí que se nota un sonido más maduro y evolucionado respecto a En mi hambre mando yo y al sonido ‘clásico’ de Marea.
Sí. De hecho, es lo más sano que le puede pasar a una banda, evolucionar en su propio estilo. Llevamos el rock por bandera pero siempre, como en la vida misma, te pasan cosas, y lo que hacías mal ahora lo haces bien, lo que hacías bien ahora lo haces mejor y, además, todo te afecta personal y profesionalmente.
Pero en tu madurez, cuando te vacías haciendo canciones y pones el corazón, se nota. En tu vida hay cambios, y eso también se nota. La banda ha dado un paso hacia adelante, y la gente nos lo dice mucho y me alegro un montón que se perciba y se escucha. Porque estamos vivos, empujando para adelante, con el criterio de avanzar y de no quedarte donde ya estás, no ser movilista. Ser movilista del estilo pero no a la forma de comunicar eso.
Y, como producto, sí que es cierto que cada vez consigues hacer más lo que quieres hacer que lo que puedes. Es la evolución natural. Al principio haces lo que puedes y, con el tiempo, la experiencia y el oficio, haces lo que quieres, porque no tienes límite a la hora de componer o de ejecutar. Lo que tienes en la cabeza va saliendo y va aflorando.
Salamanca es una ciudad que siempre os recibe con los brazos abiertos. ¿Os gusta tocar aquí?
Por supuesto. Además, en Salamanca tenemos recuerdos increíbles de todos los conciertos que hemos ido dando. Es un público muy rockero, y la banda ha crecido mucho en Salamanca. Cada concierto ha ido incrementando el público. Es un público caliente, entregado, y mola un montón.
Cuando haces un concierto y lo haces entre el público y la banda es cuando más mola. Porque el concierto no lo damos nosotros, lo damos a la vez con ellos. Y esa fusión e implicación, cuando estás tocando y la gente se entrega contigo, es una pasada Y en Salamanca, pasa. Además tenemos amigos increíbles, son muchos años tocando y yendo por allí.
¿Hay responsabilidad por ser uno de los platos fuertes de las Fiestas?
Nosotros siempre vamos al 100%, con la responsabilidad de hacer un buen show. Lógicamente, que te pongan de plato fuerte de las Fiestas significa lo que te contaba, que el rock sigue estando vivo y se sigue valorando.
A la hora de tocar no te guardas nada, y en cada momento y en cada concierto tienes que salir al máximo y, si la gente está en Fiestas, mejor, habrá más ambiente y habrá que ponerse al nivel (risas).
Después del concierto, ¿saldréis?
La verdad es que mola un montón porque el día anterior estamos en Guadalajara y el sábado en Salamanca, así que todo se verá, tampoco es premeditado. Como te decía, tenemos buenos amigos y seguramente acabemos más tarde que el concierto.
Competís contra Hombres G.
Poco miedo, los vamos a pasar por encima (risas). Está bien que haya cosas y la gente se divierta y haya gustos para todos. Música que te gusta y que no, pero mola por el bien cultural del sitio. No tenemos una competición entre bandas, realmente es todo muy sano y todos nos llevamos bien, estamos todos en el mismo barco, y nos alegramos de todos los éxitos al igual que ellos se alegran de los nuestros. Así es el mundo del rock, que lo conozco de primera mano, y hay un compadreo genial. Todos nos apoyamos y nos alegramos de los éxitos de los demás, como debe ser.
¿Cuál es el futuro de Marea? ¿Girar y girar?
Nosotros nos ponemos metras muy cercanas y cortas. No estamos pensando qué vamos a hacer el año que viene, porque nuestras metas son muy cortas. Es como tiene que ser. Lo que más importa es el ensayo y el concierto de esta semana, y así sucesivamente. Tener una planificación, sobre todo con una gira grande, con las cosas planeadas y se hacen.
Pero no nos hemos planteado. Queremos hacer una muy buena gira, dejar muy buena sensación, y hasta ahí llegarán un poco nuestras aspiraciones. No nos hemos planteado ni siquiera grabar, ni lo que haremos. Tenemos bastante con lo que tenemos.
¿Hay Marea para rato?
Por supuesto, siempre hay Marea para rato. Siempre habrá Marea. Las canciones nos van a perdurar, nos van a pasar por encima. No sabemos qué haremos mañana, pero hemos dejado un bonito legado en el rock y la música, y eso siempre va a perdurar.
No hay que pensar más allá de lo que puedas hacer, vivir y disfrutar. Disfrutar del presente, y el tiempo dirá. Como he comentado, no podemos ponernos objetivos a largo plazo. Más bien, nuestros pasos son cortitos y seguros. Viviendo el presente y disfrutando en el mismo punto, no pensando lo que vas a hacer, porque no tiene mucho sentido, te olvidas de lo que estás viviendo.
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