La última vez que vinisteis a Salamanca en diciembre llenasteis el CAEM y esta vez será en la Plaza Mayor, ¿qué os parece?
Nos parece genial. Estamos habituados a tocar en todo tipo de escenarios. Llevamos siete años recorriéndonos este país y varios países más en el extranjero. Hemos tocado en bares, en la calle, salas de conciertos o los festivales más multitudinarios, pero creemos que al final lo más importante son las canciones y dejarnos la piel en el escenario sin importar dónde sea o en qué ciudad.
Aun así, es un privilegio poder actuar delante de tanta gente en las fiestas de la ciudad y en una Plaza Mayor tan bonita, así que somos muy conscientes de lo difícil que es llegar hasta ahí y de lo que supone.
¿Cómo os ha tratado el público salmantino en ocasiones anteriores?
De alguna forma nos sentimos muy cercanos al público salmantino y siempre nos ha tratado muy bien. Nuestra trayectoria en la ciudad sirve para ilustrar bastante bien la trayectoria del grupo. La primera vez que actuamos allí fue en un garito muy pequeño, el Tio Vivo, donde nos veían 30 personas. Luego volvimos a la Plaza de Anaya para tocar un acústico a mediodía, también hemos ido unas cuantas veces al Potemkin. También dimos un acústico en un bar y acabamos tocando en la calle, y de ahí dimos el salto al Caem y de ahí a la Plaza Mayor.
En Salamanca hemos hecho un poco de todo: desde la calle hasta la Plaza Mayor, pasando por las salas, los cafés y por todo tipo de eventos, que es como al final tiene que formarse un grupo, hay que saber tocar en todos los lados.
¿Qué diferencias va a haber entre los conciertos que habéis hecho en festivales y este, que será gratuito y en un escenario como la Plaza Mayor salmantina?
Diferencias muy pocas, llevamos el mismo concepto de concierto. Nos da igual tocar en Nueva York, como hace tres meses, que tocar en Salamanca o Burgos, o hacerlo en Bogotá, de donde hemos venido hace 15 días. Para nosotros cada concierto es igual de importante y es sagrado. Hacemos un repertorio de nuestros tres discos, que podrá ser más largo que en los festivales porque allí suelen dejar tocar menos.
Vamos a dejarnos el alma y la voz en el escenario e intentaremos transmitir al público local esa pasión y ese entusiasmo con el que vivimos nosotros la música.
Empezasteis muy jóvenes y desde una ciudad pequeña, ¿Cómo han sido estos siete años de trabajo?
Muy intensos. Hemos trabajado prácticamente día tras día sin descanso. Hemos dado más de 400 conciertos, hemos publicado tres discos de estudio, uno de directo, varias referencias discográficas más y, en general, ha sido una aventura frenética pero increíble. Ha sido la aventura de nuestra vida, nunca nos hubiéramos imaginado que el grupo llegaría donde está llegando. Tampoco es que nos consideremos unas estrellas, tenemos los pies en el suelo y sabemos a dónde queremos ir y de dónde venimos.
Lo estamos viviendo con la emoción de un niño que cumple sus sueños, es el momento más dulce de nuestras carreras. Todo ha sido fruto de nuestro trabajo, no estamos en discográficas, no hemos tenido padrinos en el mundo de la música, nos lo hemos tenido que ganar todo nosotros y eso hace que estemos todavía más satisfechos y orgullosos de lo conseguido.
Hace dos años actuabais en Guijuelo cuando todavía no erais muy conocidos, y en este último año habéis pasado por Colombia, Estados Unidos o el Reino Unido y ya lleváis más de 5.000 entradas vendidas para el concierto en el WiZink Center de Madrid
Para nosotros desde dentro no ha sido un cambio tan brusco porque ha sido fruto de trabajo constante y de ganar seguidores uno a uno gracias al boca a boca. En Madrid cuando empezábamos en 2013 metimos 900 personas, luego hicimos tres conciertos en la Sol, luego la Joy Eslava, tres Joy Eslavas, una Riviera, tres Rivieras y ahora llega el Palacio de Deportes.
Pero esto no es fruto de un pelotazo ni de un éxito en la radio ni del dinero de una discográfica. La gente nos ha puesto en el lugar en el que estamos y tenemos que seguir concentrados en lo importante, que es componer canciones que signifiquen algo para nosotros y ensayar mucho para hacer buenos directos.
Desde que sacasteis ‘Salvavida (de las balas perdidas)‘ vuestro ascenso ha sido imparable, ¿qué ha significado este disco para vosotros?
La oportunidad de llegar a más público que nunca, de actuar en prácticamente todos los festivales del país, de viajar a Colombia, Estados Unidos o Méjico. En general, ha llevado el grupo al grupo a otro escalón, como ha pasado en los otros álbumes. En cada disco ha habido un poco más de crecimiento.
Y ahora más que nunca se nota que los medios están más pendientes de nosotros, que nos llaman de muchos más conciertos y que hay mucho más público interesado en lo que hacemos, que es lo que más nos llena al margen de las cifras de ventas o de las entradas vendidas. ‘Salvavida (de las balas perdidas)’ ha llegado a la gente y significa algo para ellos, es lo que más nos llena a nosotros.
Este último disco ha reflejado un cambio sonoro y en las letras, ¿en qué os habéis inspirado?
Intentamos que cada álbum reproduzca algo nuevo, no repetir la fórmula y no quedarnos estancados en el pasado, y a la vez conservar nuestra esencia y nuestra identidad. Este álbum ha supuesto la introducción de nuevos sonidos, de nuevos instrumentos como el clarinete, de nuevas inspiraciones o influencias, como la música popular castellana. Hemos utilizado ritmos del folclore de la península ibérica, nos hemos inspirado en la música popular europea, en la música francesa… Simplemente nos hemos dejado llevar más allá y hemos intentado llevar nuestras canciones un pasito más por delante, pero solo el público puede juzgar si lo hemos conseguido.
En cuanto a las letras, la única premisa ha sido la sinceridad, escribir con el corazón, no teníamos nada más programado. Un disco se va haciendo al margen de lo que tú quieres o habías planeado, las canciones acaban formando parte más del que las escucha que el que las crea.
¿A quién y sobre qué cantáis?
Cantamos sobre la vida y todo lo que eso engloba. Sobre los sentimientos, y las emociones. Cantamos sobre los miedos, la esperanza, la tristeza y la alegría y sobre todo lo que nos afecta como seres humanos. Sobre lo que nos imaginamos, soñamos o vemos a nuestro alrededor.
Nuestras letras tienen dos dimensiones diferentes: una dimensión más individual, íntima o personal, y una dimensión más social o colectiva. De esas dos vertientes es de lo que va este disco.
Cantamos sobre todo a la gente que más lo necesita, que es la gente que nunca saldría en un periódico o en un telediario salvo que fuera por una catástrofe. A la que nunca le harán caso los políticos o a la que nunca le hacemos caso nosotros mismos, en los héroes ánimos. Creemos en la música como héroe o salvavidas y nosotros le cantamos a la gente que está pasando por malos momentos o está viviendo en el túnel.
¿Cómo definiríais vuestra música? ¿Reivindicativa? ¿Un tirón de orejas a la política?
No nos definimos como nada, no queremos etiquetas. Nosotros somos un grupo de música que se expresa libremente y nada más. En nuestras canciones está todo, no queremos quedarnos reducidos a una etiqueta. En nuestras canciones hay inconformismo, pero no solo con el resto, también con nosotros mismos. No intentamos decir las cosas de una forma obvia o panfletaria repitiendo fórmulas, eslóganes o clichés que ya se hayan utilizado, sino que intentamos dar nuestra visión personal y única, que es lo que creemos que tiene que hacer cualquier artista.
Siendo de Castilla y León no podemos dejar de hablar de ‘Campo amarillo’, una canción que habla de la importancia de las raíces y que refleja el olvido en algunas tierras
Es una canción que habla de nuestros abuelos, de nuestras raíces, de nuestro el pasado y del lugar del que todos venimos. Una buena parte de España se puede sentir identificada con esta canción porque también habla de ese fenómeno tan terrible y tan cruel que estamos viendo en nuestras provincias que es el despoblamiento rural, el abandono de los pueblos y esa especie de alzhéimer que cae sobre los pueblos.
Cada vez están más vacíos y cada vez hay menos oportunidades para los niños que nacen en un pueblo. Parece que todo pasa por las ciudades. Es de alguna manera un canto a todo lo que hemos vivido de pequeños con nuestros abuelos en los pueblos y nuestra forma de hacer visible algo que consideramos que está haciendo muchísimo daño.
Venís de un verano muy intenso de festivales, ¿qué viene ahora?
Nos queda otro mes de septiembre lleno de conciertos con los últimos festivales y fiestas. En octubre nos vamos a Méjico a hacer cuatro fechas por todo el país y también haremos algún concierto más en salas en ciudades españolas que nos quedan por visitar, que anunciaremos muy pronto.
En noviembre nos vamos a Dublín y Londres y acabaremos el año con conciertos en Coruña y Murcia en diciembre. Pero antes, el 1 de diciembre será un día muy señalado con el concierto en el antiguo Palacio de los Deportes de Madrid, en el que nos vamos a enfrentar al bolo más grande de nuestra vida, estamos con muchas ganas de que llegue la fecha.
¿Preparativos para un nuevo disco?
De momento no, este álbum cumple un año y un disco cuesta mucho trabajo hacerlo. Tiene que tener la vida suficiente. En este mundo de internet donde la gente ya casi no saca discos y son todo singles y videoclips, nosotros reivindicamos el papel del álbum y le queremos dar el tiempo que se merece. Nosotros vamos a ir con calma, vamos a tocar este disco durante este año y el que viene y vamos a intentar compartirlo en todos los países que podamos y disfrutar de este momento que nos ha llegado después de tanto trabajo.
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