¿Cómo está siendo esta campaña electoral?
Es un poquito diferente por la Semana Santa, porque son vacaciones escolares y porque se ha tomado la decisión de no hacer campaña activa los días que coinciden con los que hay más eventos de Semana Santa.
Entonces, se reducen los tiempos de campaña que, al mismo tiempo, es diferente porque se junta con la campaña electoral de las autonómicas y de las municipales, aunque creo que es algo positivo porque podemos trabajar conjuntamente todos los candidatos, lo que le da mayor valor a la campaña. Por otro lado, decir que el PSOE estamos siendo los más activos estos días. Las derechas están bastante calladas, y estimo que es parte de estrategia.
Esta campaña llega después de 10 meses de Gobierno.
El trabajo de estos 10 meses demuestra que este ha sido el Gobierno más social de los últimos años, sobre todo desde los terribles años antisociales que vivimos con el PP y Mariano Rajoy en el Gobierno. Además, me siento muy orgullosa de que sea así, porque es lo que nos mueve a los socialistas y a las gentes de progreso de este país y de Salamanca: trabajar por los derechos sociales de los más débiles y por mejorar la vida de la gente.
Al Gobierno se llegó después de la primera moción de censura de la historia contra un presidente del Gobierno que salía adelante y también con el menor número de siempre de diputados del PSOE en el Congreso.
Pedro Sánchez ha demostrado que es un resistente, que es un hombre de Estado con unas características diferentes a las que podían tener otros hombres de Estado. La política también ha cambiado mucho, y esto es un fiel reflejo. Hemos resistido, y no solamente, sino que hemos avanzado mucho, porque Pedro Sánchez y todos los ministerios se han puesto a trabajar desde el minuto uno y, sin ninguna duda, estos 10 meses, con 84 diputados, han sido todo un reto y un logro que demuestra que, si se quiere, se puede.
Muchos de los avances se han conseguido a través de Decretos-ley. ¿Ha sido un arma electoralista?
El uso del instrumento del Real-decreto por parte del Gobierno en estos últimos viernes sociales ha sido única y exclusivamente porque el hecho de que tanto las derechas como los independentistas votaran en contra de los Presupuestos provocó una situación de parálisis para este país y, sobre todo, para los más necesitados, los más vulnerables y las clases medias que, desde el Gobierno, entendieron que no nos lo podemos permitir.
Estos Decretos provienen de propuestas que se recogían en los Presupuestos de 2019 y que, si no se utilizaba esta fórmula, no habría manera de que se pudiera mejorar la vida de la gente. Son mejoras que, por la parálisis producida por el voto en contra de las derechas y de los independentistas, se han llevado a cabo por esta forma, y creo que cuando la prioridad es mejorar la vida de la gente y no salvar bancos, no son tan malos los Decretos.
¿Va a ser este un año de parálisis tras romperse el pacto de Gobierno?
El Gobierno sigue trabajando como el primer día. Los ministros y las ministras están trabajando, pero creo que hay que buscar responsables de que se haya producido una parálisis. Hubo un compromiso por parte de Pedro Sánchez de que si no se aprobaban los Presupuestos de convocar nuevas elecciones y ha cumplido su palabra. Pero estamos convencidos de que vamos a ganar y vamos a poder seguir trabajando a pesar de este parón.
Por ese pacto de Gobierno recibisteis la acusación de pactar con la extrema izquierda, independentistas e, incluso, con “socios de ETA”.
Hay una cuestión, y es que las reglas del juego democrático son las que son. Y no puede que, cuando mí me sirven para algo, no pase nada, pero cuando le sirven a otro se diga que se rompe España y empezamos a apelar al miedo y a decir auténticas barbaridades que están lejos de cualquier político que respete realmente la democracia.
Con esto, quiero decir que al PP no puede ser que le sirva el voto de los catalanes independentistas para que Ana Pastor sea la presidenta del Congreso de los Diputados y tenga mayoría en PP en la Mesa del Congreso, que luego ha servido para paralizar muchísimas medidas políticas del PSOE; y que luego cuando el PSOE obtiene el apoyo para algunas medidas o para la moción de censura de otros partidos políticos nos rasguemos las vestiduras y seamos quienes rompemos España.
Me parece de muy baja calidad democrática quienes utilizan el sistema para su propio beneficio y atacan a los demás rompiendo todas las reglas del juego.
Hace cuatro años el PSOE cosechó su peor resultado de la historia en el Congreso de los Diputados. Parece que ahí ya se ha recuperado pero, ¿qué ocurre en el Senado? ¿Obtendrá el PSOE mayoría?
Por suerte o por desgracia, todos los partidos políticos pasamos situaciones difíciles y complejas. Pero creo que, en este momento, el PSOE, en relación con el resto de partidos, es el que está más fuerte y unido y que tiene muy claro cuáles son sus objetivos. Mientras, por otro lado, el resto de partidos, tanto a la izquierda como a la derecha, están en una situación de preocupación, porque dentro de sus filas tienen muchos problemas y eso debilita a los partidos políticos de cara a unas elecciones.
Y eso creo que va a servirnos, el ser el partido que aporta la mayor seriedad y tranquilidad al ciudadano. Y, además, estamos muy unidos, que eso lleva a que el ciudadanos tenga mayor sensación de tranquilidad y apueste por nosotros. Esto, junto al trabajo que se ha hecho en el Gobierno y junto a la limpieza que se ha hecho, frente a un país con una sensación de corrupción que estaba latente y que hemos conseguido que desaparezca, va a hacer que tengamos muchos votos.
El que gobernemos el Senado, ojalá. Y apelo con esto a todos los ciudadanos. Primero, que vayan a votar, que es importantísimo. Y votar al Senado, porque se ha puesto de manifiesto que no es una mera cámara donde las cosas pasan por allí y parece que no ocurre nada. El PP ha utilizado el Senado, dentro de las reglas del juego democrático, para paralizar muchísimas propuestas y paralizar leyes, como la Ley de Eutanasia, que estábamos a poco tiempo de aprobarla.
Entonces, el ciudadano tiene que saber que es importante votar al Senado y hacerlo al PSOE. Porque somos el único partido que representa a la izquierda y al centro izquierda en este país que puede conseguir mayoría en el Senado. Y vamos a trabajar por conseguir los tres senadores en Salamanca y en la mayoría de provincias y que el Senado no sea una cámara de bloqueo a las políticas de progreso.
Mucha gente tiene esa percepción de que el Senado es una cámara sin mucha utilidad.
Vivimos en un mundo donde los medios de comunicación hacen que algo sea importante o no. Y en el Senado se trabaja mucho, también se legisla, se hacen propuestas… Lo que ocurre es que es verdad plantear una reforma del Senado, pero no para que desaparezca, sino para fortalecer lo que allí se hace e incluso incrementar sus competencias a la hora de poder trabajar en ámbitos más cercanos a un estado descentralizado como es el Estado español.
Y, por otro lado, es importante que pudiera trascender mucho más el trabajo que allí se hace, porque los senadores somos elegidos de manera directa por los ciudadanos, y el ciudadano tendría que conocernos más. Aquí echo un órdago a los medios de comunicación para que apuesten por estar más en el Senado y saber que allí se hace un trabajo muy importante para nuestro país.
Pablo Casado hizo una oferta a los partidos de derechas de ir juntos al Senado, algo que no consiguió. ¿Puede salir beneficiado el PSOE en el Senado de esa fragmentación?
No cabe duda. Y el señor Casado, cuando se le ocurre hacer esta propuesta a las tres derechas para ir unidos, lo que pone de manifiesto que en el PP han estado todos dentro durante más de 40 años de democracia, ha intentado plantear de una manera poco seria el ir todos juntos.
Pero han visto que peligraba la mayoría de las derechas en el Senado, y el PP, entre ellos Pablo Casado, sabía que pueden perderse muchos votos que se van a ir a VOX o a Ciudadanos y no quieren. Por ello esa coalición de derechas que, si hubiera salido adelante, hubiera sido muy preocupante.
Hablabas de que al Senado se vota personalmente. ¿Deberíais hacer los candidatos más campaña en la calle?
Nosotros tenemos un sistema de partidos y una estructura del sistema político que no facilita ese acercamiento del político, individualmente, al ciudadano, como sí ocurre con otros sistemas políticos. Pero en el Senado se da la circunstancia de que nos presentamos, aunque dentro de unas listas, de manera individual.
Hay mucha gente que no sabe votar para el Senado, porque falta mucha pedagogía de cultura política en nuestro país, de explicar cosas como para qué sirve el Senado, qué se hace y cómo se vota para elegir a los senadores de tu provincia.
Obviamente, formamos parte de un partido político y nuestras propuestas son conjuntas, y por ello apelo a muchas personas que a lo mejor no son votantes del PSOE y que quieren que les representen en el Senado personas de progreso y personas que van a tratar de buscar la modernización de esta ciudad y de esta provincia, y ese compromiso lo tenemos quienes representamos al PSOE y yo personalmente.
¿Ese progreso ahora cobra mayor importancia tras el giro hacia el extremismo de la derecha?
Ahora estamos viviendo un nuevo periodo importante de nuestra democracia en el que se están produciendo cambios importantes y de mucho calado dentro del propio sistema de partidos, por la incorporación de nuevos partidos y la confrontación democrática. Y, sobre todo, por algo que a mí me preocupa muchísimo, y es la aparición en nuestro país de una extrema derecha y de una derecha, como el PP, que se está extremando cada día más y alejándose de lo que siempre han dicho que eran, el centro y el centro derecha de España.
Me preocupa mucho que la extrema derecha pueda tocar poder y creo que en Salamanca, además de tener una situación donde tenemos una problemática casi endémica, que es la despoblación y el envejecimiento, si la competencia política se centra exclusivamente en buscar un enemigo que ni siquiera es real, la gente se va a mover por las tripas y no por querer cambiar realmente y mejorar la vida de la gente. Por ello apelo a que la gente vote al PSOE, porque podemos ser, con ese diputado que puede estar moviéndose entre Ciudadanos, VOX y nosotros, en tener dos diputados y empatar con el PP y que la extrema derecha no llegue a tener representación política en nuestra provincia.
¿Cómo puede haber tanta gente que apueste por un partido que manifiesta abiertamente la regresión de derechos sociales?
Hay varios motivos. Una parte de esa población ha estado ahí latente, que el señor Aznar, como ha dicho, hizo mucho por mantener a todos bien parados y bien callados. Pero obviamente hay una parte de la población española que tiene ideas cercanas al fascismo y a los totalitarismos y que tienen todavía melancolía del franquismo. Y personas que tiene un planteamiento de vida y que están convencidas de que su nacionalismo español exacerbado es pura confrontación y puro pose ideológico de extrema derecha.
Por otro lado, existe una población muy envejecida a la que el discurso del miedo le cala mucho, y el señor Casado está siendo un absoluto irresponsable. Con Ciudadanos hay una de cal y otra de arena, y también están apelando al miedo, y me parece gravísimo que su fin principal es que no gobiernen otros. Y hay mucha población que, cuando se le apela al discurso del miedo, tiene miedo.
El no haber estudiado correctamente la historia de España, ¿puede haber provocado que lleguemos a este punto?
Creo que todos tenemos que mirar bien qué hemos hecho y qué no en relación con eso. En aras de la transición y de la concordia, a la que el PSOE siempre ha apelado, siendo un partido de Estado y defendiendo siempre a este país y a los españoles, también tendríamos que haber apostado mucho más porque la verdad, que ha estado durante bastante tiempo tapada, se hubiera empezado a conocer en los colegios desde hace mucho más tiempo.
También creo que todo tiene su tiempo. Yo puedo tener mis deseos de que las cosas hubiesen sido antes, pero estimo que todo tiene su tiempo, y estamos en un momento donde la democracia española está lo suficientemente consolidada para que empezásemos a hablar de nuestros muertos en las cunetas, de que no podemos tener a un dictador en un mausoleo, que es algo inaudito en el mundo, o que haya personas que estimen de que hay que tapar todo lo que pasó y no recordar. Yo soy una firme defensora de la memoria histórica, y me comprometo a hacerlo en el Senado.
Pase lo que pase el 28 de abril, el próximo 10 de junio, ¿se van a retirar los restos de Franco del Valle de los Caídos?
Es que hay que cumplir la ley. Además, esta decisión de que sea el día que definitivamente se retiren los restos de Franco del Valle de los Caídos no es algo que haya decidido el Gobierno, sino que es un acuerdo del Parlamento español en el que no ha habido ni un voto en contra. Tanto el PP como Ciudadanos no han votado en contra de que se retiren los restos de Franco del Valle de los Caídos. Y ese día se va a cumplir lo que el Parlamento y los representantes de todos los españoles han decidido. Y gane quien gane tiene que cumplir la ley, porque si todos somos demócratas patriotas y constitucionalistas, todos tendremos que cumplir la ley y todos entenderemos que un dictador no puede estar en un mausoleo.
Otro de los aspectos que se está tratando en campaña es Cataluña. ¿De verdad es tan importante para la gente de Salamanca?
Es lo que decía antes. Es el discurso del miedo, y es un discurso del que creo que los ciudadanos están un poco hartos. El discurso de la derecha únicamente es hablar del enemigo. Hemos vuelto a poner en la agenda política un asunto como el terrorismo de ETA que no estaba, pero la gente está preocupada principalmente por el desempleo, porque sus hijos se tengan que marchar después de haberles pagado una carrera, de que no haya niños por las calles en Salamanca, de que los pueblos se estén quedando sin gente…
Pero, ¿qué ocurre? Que es muy fácil el discurso del miedo. Y cuando buscas un enemigo y lo repites mucho, tantas veces algo tan sencillo como el que tenemos un enemigo, consigues que mucha gente se sienta convencida y actúe con las tripas. Y eso me parece muy poco serio y preocupante, y espero y deseo que sea una gran equivocación y que los ciudadanos decidan por quienes estamos haciendo una campaña electoral en la que no vamos contra nadie sino que queremos una concordia y la tranquilidad en nuestro país entendiendo que somos un país diverso y que hay asuntos que están encima de la mesa y que son un problema para los que hay que buscar soluciones.
Mencionas otro problema, la despoblación. ¿Cómo se puede solucionar?
Hay una cuestión clave que es la falta de oportunidades. Cualquier historia de los éxodos del mundo rural al mundo urbano es debida a la falta absoluta de igualdad de oportunidades en el acceso a los servicios públicos o a una vida más normalizada. Eso es una realidad. Y si a esas dificultades que tiene vivir en el mundo rural tú le añades que haces políticas únicamente para mantener lo que hay y con absoluta despreocupación por las nuevas industrias y por nuevos yacimientos de empleo, por apostar realmente por una universidad, si no tienes propuestas innovadoras, si tienes miedo a hacer cosas nuevas…
Si durante 30 años de Gobierno del PP en esta Comunidad y en esta provincia y en la capital, con unos gobiernos también de la derecha que poco o nada han apoyado a unas nuevas propuestas de hacer cosas, no se consigue nada. Pero si eres ambicioso en ese sentido, y aunque seamos una provincia envejecida crees que se pueden buscar nuevas fórmulas de empleo, aprovechar el talento de los jóvenes y de nuestra Universidad, se puede lograr.
El Parque Científico de Villamayor, en estos momentos, es un ejemplo de cómo hay más de 700 jóvenes, con una edad media de unos 40 años, que están trabajando en nuevas empresas, modernas y diferentes, donde ponen de manifiesto que no solamente Salamanca hay que dedicarla a la piedra o al campo, que también, sino que se puede modernizar. Somos una provincia con unos recursos naturales que hay que explotarlos, que no hay que dejarlos que se mueran. Creo que hay que ser valientes, innovadores y hay que creérselo. Y nosotros nos lo creemos.
¿Puede ser la Universidad el factor que atraiga población y empleo a Salamanca y sustituya a la industria inexistente en la provincia?
Sin duda, es el gran motor de esta provincia junto al turismo y a los recursos naturales que tenemos. Pero creo que es el motor económico en torno al que tiene que plantearse un plan económico y de industrialización de la ciudad y de la provincia, porque allá donde está la USAL en el mundo está reconocida y el trabajo es tenido muy en cuenta.
Tenemos centros de investigación importantísimos y tenemos una Universidad importantísima, pero ha sufrido los graves recortes que se sufrieron tras la crisis económica con los Gobiernos del PP. Y es indecente que haya profesores de la Universidad que estén cobrando unos sueldos míseros y que haya jóvenes con becas de miseria.
Nosotros, desde el Ministerio de Ciencia e Innovación dimos un paso adelante y en los Presupuestos de 2019 había cerca de 250 millones de euros que se destinaban a la Universidad de Salamanca para mejorar e incentivar y tirar para adelante con muchos proyectos y se han quedado paralizados.
Otro de los aspectos que están de relieve en esta campaña es el feminismo.
En esta cuestión algunos políticos tendrían que bajar mucho a la tierra y ver cómo la sociedad está por delante de ellos en muchas cosas. Se han conseguido muchísimos avances en materia de igualdad entre hombres y mujeres, pero para eso tuvo que haber un Gobierno como el de José Luis Rodríguez Zapatero que apostó por legislar para que no hubiera una desigualdad legal.
Y apostamos por poner recursos económicos encima de la mesa para apostar por algo tan grave como es la violencia de género, la violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de ser mujeres, y también por mejorar las condiciones de vida y de igualdad de oportunidades en el empleo y en la educación.
Pero se ha puesto de manifiesto una cosa muy grave, y es que se puede volver para atrás. La mente y la cabeza de la ciudadanía no vuelve para atrás. Y los ciudadanos están tan convencidos de que no se puede dar un paso atrás ante quien viene planteando cualquier tipo de propuesta absolutamente histriónica respecto a que volvamos a diferenciar chicos y chicas en los colegios, a que se diga que las mujeres no son iguales que los hombres en muchas cosas, a que volvamos a dudar si las mujeres tienen capacidad para decidir sobre su cuerpo… es de puro esperpento.
Ni aun así, con estos planteamientos, van a ganarse a la sociedad que sea votante de la derecha porque tengan unos planteamientos económicos más liberales, porque no hay mujer a la que tú le digas que le vas a quitar derechos. Primero, porque es una indecencia. Y segundo, porque ni ella ni su pareja lo van a permitir.
Hay partidos que hablan de sustituir la Ley contra la Violencia de Género por una ley sobre la violencia doméstica.
Ellos pueden decidir derogar una ley y hacer una ley de violencia doméstica, pero es que una ley de violencia doméstica no es una ley de violencia de género. Esa ley puede ser absolutamente constitucional si se cumplen las leyes, pero una ley de violencia doméstica es la que se refiere a toda la violencia que se pueda dar dentro del ámbito de la familia.
Y la violencia contra las mujeres hace tiempo que no es un tema de una señora que está en su casa, que le pega una paliza su marido y que se queda en casa hasta que se le pasan los moratones, como pasaba en este país hasta hace pocos años. Y es muy claro que la violencia contra las mujeres es un problema de Estado, es un problema de todos y es un problema público. Y todo lo que es público es político. Y querer volver a meternos dentro de las casas a que nos callemos, a pasar miedo y a invisibilizarnos, por ahí no vamos a pasar.
Me parece, además, un planteamiento tan destructivo de la concordia social y tan antidemocrático que espero, de todo corazón, que estos señores no consigan tener poder.
Sí que la ciudadanía se ha manifestado en masa los dos últimos 8M si bien hubo partidos que no acudieron a esas manifestaciones.
La defensa de los derechos de los hombres y de las mujeres y la lucha del feminismo han estado unida históricamente en este país al Partido Socialista. Y la lucha del feminismo ha sido siempre una lucha de partidos más progresistas y que entienden que todos somos iguales y que esa ha sido su gran bandera. Y hay otros que su historia ha estado al otro lado de la defensa de los derechos humanos, han sido los que los han atacado y que han apostado y han querido enfrentar a los diversos, a los que no somos iguales por raza, ideología o sexo.
Entonces, que la derecha no apoye las manifestaciones del 8 de marzo, que no hacen más que visibilizar que somos iguales en derechos y que tenemos que serlo también en las oportunidades de la vida, creo que se equivocan y creo que es algo que les va a quitar muchísimos votos. Va a haber gente que no les va a votar, y me alegraría que fuera así, que entienden que esto es volver para atrás en el ámbito de la lucha de la igualdad y que no están de acuerdo con ellos. Y espero que en el último momento piensen que los que hemos luchado, luchamos y vamos a luchar por esa igualdad entre hombres y mujeres somos el PSOE.
Hablemos de encuestas. Parece que todas dan al PSOE como ganador, aunque hay dudas de si podrá gobernar. Sí parece claro que habrá que pactar.
Sin ninguna duda. Estamos en un momento de la democracia, como decía antes, donde todo el sistema electoral, el sistema de partidos y el sistema político tienen unas características muy diferentes. No cabe duda que, desde hace tiempo, estamos viviendo en una democracia de negociación basada en los pactos políticos y en la que todos tenemos que empezar a hacer política teniendo en cuenta que eso es muy importante.
Por eso somos el partido que apuesta claramente por negociar, por pactar, por buscar soluciones políticas y no de otro tipo a los problemas que tiene la sociedad o nuestro país. Como Partido Socialista lo tenemos muy claro, sabemos que tenemos que sentarnos a negociar sobre propuestas políticas, sobre planteamientos de calado y con determinadas líneas rojas que no se pueden pasar.
Somos un partido muy de pactos, muy de negociar, y nos sentimos muy cómodos en eso. Obviamente, el PP, ante esta nueva situación política, no está tan acostumbrado, porque las derechas están más acostumbradas a estar todas juntas, que lo estaban en el Partido Popular, y ahora tienen un problema, que es que ni siquiera entre ellos se entienden. Y el señor Casado hace propuestas como la de ir juntos al Senado, pero no negocian realmente, sino que lo único que quieren es sumar para mandar. Nosotros queremos negociar, acordar y pactar para gobernar.
¿Hay miedo a un pacto como el de Andalucía?
Sí. A mí no me gustaría que el resultado de las elecciones del 28 de abril supusiera que la extrema derecha de este país y las derechas y los que unos días son centro derecha y otros derecha tengan mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, porque creo que serían los cuatro años de la democracia de este país en los que se vuelva para atrás en todo los conseguido. Que la gente sea consciente de que se va a crear muchísima división social y que están haciendo planteamientos de confrontación entre españoles y que, además, sus políticas son políticas totalmente antisociales, retrógradas y que este país no se puede permitir. No se puede permitir que la extrema derecha gobierne este país.
El gran número de votantes indecisos puede ser decisivo a la hora de saber quién gobierna. ¿Qué decirle a estos?
Yo apelo a los salmantinos y a las salmantinas, a la gente seria y a la gente que piensa, que no solamente se mueve por las tripas, que piense que en estas elecciones nos jugamos mucho. Podrán no estar de acuerdo con todas las políticas llevadas a cabo por el PSOE, podrán incluso en algún momento haberse alejado de nosotros. Pero apelo a ellos, a los que se han alejado, que no podemos permitirnos en Salamanca que ese cuarto diputado que está en juego también lo tenga la derecha. Que no lo tenga el PP ni Ciudadanos pero, sobre todo, que no lo tenga VOX. Y la única manera de que eso no ocurra es que el PSOE de Salamanca tenga el mayor número de votos en las elecciones del próximo 28 de abril. Apelo a ese voto de pensar en lo que puede pasar el 28 de abril si las derechas suman y consiguen gobernar en este país.
En el Senado sí que las encuestas parece que, en Salamanca, sólo dan opciones a dos partidos: PP y PSOE.
Sí, eso es lo más probable. Espero y deseo que seamos el partido más votado, eso supondría tener dos diputados claramente y poder, prácticamente, tener los tres senadores, por cómo funciona el recuento de votos. Pero, lógicamente, espero y deseo que sea así, que los tres senadores puedan ser socialistas.
¿Hay posibilidades de que, como en 2015, unos meses después se tengan que repetir las elecciones?
Vivimos en un momento donde si todos los partidos políticos no tenemos conciencia real de que tenemos que pactar y negociar para que este país no se paralice y que así no tengamos que volver a otras elecciones, con una inseguridad terrible para los ciudadanos, hay que buscar fórmulas para pactar y evitar que haya unas nuevas elecciones. Ahora bien, espero y deseo que podamos gobernar, que sea con el mayor número de apoyos y que este país no tenga ningún otro parón como ha tenido los últimos años.