Salamanca albergó durante la mañana del domingo la séptima edición de la Carrera del Pavo, una de las últimas pruebas deportivas del año, que conjugó actividad al aire libre y ambiente festivo, a iniciativa del Club Ciclista Promesal y que volvió a contar, un año más, con la colaboración del Ayuntamiento de Salamanca.
La competición se celebró nuevamente en la zona del cementerio donde se habilitó un recorrido de dos kilómetros, y estuvo dirigida a ciclistas de todas las edades, estableciéndose un total de 16 categorías, que fueron desde los dos hasta los más de 60 años. Comenzó a las 10:30 horas y discurrió por la avenida Margarita de Austria (salida y meta), avenida Petra Zugarrondo, calle Concepción Ruiz Burón, avenida Dolores Cebrián y glorieta Inés de Alimógenes. Por su parte, los más pequeños corrieron en la avenida Margarita de Austria.
Se concedieron premios en todas las categorías y todos los niños participantes recibieron un obsequio. Además, se estableció la categoría de disfraces, que premió la originalidad de los corredores de 14 a 99 años y de 2 a 13 años.