El fútbol base de Salamanca ha vuelto a verse empañado por otro episodio aversivo, esta vez ante el golpe de unos de los entrenadores del cadete C de Unionistas al árbitro del encuentro, una imagen que no ha dejado a nadie indiferentes y que ha hecho que se alce la voz en pro de proteger los derechos de los ‘jueces’ en los terrenos de juego.
Alfonso Vicente, delegado Provincial del Comité Técnico Arbitral de Salamanca, ha sido muy tajante al respecto tras los hechos ocurridos en los anexos del Reina Sofía: “Una de las opciones es parar el fútbol base durante una o dos jornadas, queremos hacer algo que llame la atención de la familia del fútbol base salmantino”.
Y es que se ha contemplado la perspectiva de que se paralice el fútbol base durante una o dos semanas como medida que haga ver la importancia de ellos en cualquier encuentro. Y es que no se puede permitir que los árbitros vivan con miedo de asistir a los partidos, debido a que, ahora ha sido una agresión física, pero se suelen vivir agresiones verbales fin de semana sí y otro también.
Del mismo modo, han hecho hincapié en que quieren esperar qué sanción se va a aplicar desde la Federación de Fútbol de Castilla y León, y que en función de las medidas que se tomen, aplicarán una u otra medida. Ya sean sentadas antes de los partidos o, incluso, que el fútbol base no tenga árbitros y que realicen una “huelga” para que se note su ausencia.
Asimismo, ha destacado que gente que se mueve dentro del colectivo del balompié han creído que la sanción que han interpuesto, por parte de Unionistas, al entrenador, es muy tibia y que debería ser más tajante, por lo que esperan que la Federación de Fútbol de CYL actúe en consecuencia.
Este martes, 14 de enero, se reunirán para conocer la sanción que esperan al ya ex entrenador de Unionistas, donde quieren que sea de por vida y no por un periodo de tiempo, para que también se haga ver que es una problemática que tiene que solucionarse con la mayor rapidez posible.
Por último, desde el CTA de Salamanca se ha destacado que han animado al árbitro afectado a que denuncie a la Policía Nacional, al tratarse de una agresión física. El mensaje es muy claro: la violencia, y menos en el fútbol base, nunca tiene ni tendrá cabida.
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