En 2009 la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) decidió blindar a los futbolistas menores de edad prohibiendo sus traspasos salvo en tres excepciones (recogidas en el artículo 19 del reglamento de transferencias internacional de la FIFA): que los padres del menor cambien de país por razones no relacionadas con el fútbol; que el traspaso de efectúe entre países de la UE o el espacio europeo, teniendo el jugador más de 16 años; o que el jugador y club de destino, perteneciendo a distintos países, no estén a más de 50 kilómetros de la frontera.
¿Qué pretendía la FIFA con esta medida? El comercio indiscriminado de jugadores menores de 18 años por parte de los clubes profesionales, a la caza del nuevo Messi o Neymar, separándolos de sus familias y posteriormente dejándolos tirados, sin un futuro y ante el riesgo de caer en la más absoluta de las miserias. No son pocos los casos que responden a este perfil, lo que cargó de razón al máximo organismo del fútbol para tomar cartas en el asunto.
Esta regulación, a priori, parece un avance en la protección de los derechos de los futbolistas menores de edad. Sin embargo, el principal problema que presenta la norma es que rige en todas las categorías del fútbol, también en el fútbol base español, por lo que una interpretación demasiado rígida de la misma puede derivar en que jóvenes extranjeros que emigran con sus padres de país no reciban los permisos necesarios de las federaciones locales, supeditadas en última instancia a la FIFA, para poder practicar el deporte que les gusta.
El infierno burocrático de los niños extranjeros del Ciudad Rodrigo
Esta situación es la que viven dos hermanos brasileños que forman parte del equipo cadete del Ciudad Rodrigo CF, un equipo que actualmente milita en la Primera División Provincial de Salamanca, la categoría más baja del fútbol base para jugadores de edades comprendidas entre los 14 y los 16 años: William y Wilson. Es decir, que carecería de sentido de acusar al Ciudad Rodrigo de reforzarse con extranjeros traídos de su país directamente para jugar en este un equipo de su cantera, donde el único objetivo, tal y como indica Carlos Conde -coordinador de fútbol base del equipo migrobriense-, “es que los chavales hagan deporte, se lo pasen bien y se formen en unos valores de respeto y educación”.
Para más inri, estos hermanos brasileños llegaron a España cuando contaban tan solo un mes de edad, por lo que ninguno de los supuestos que contempla el artículo 19 del reglamento de la FIFA para transferencias internacionales se cumple. No es un fichaje y no hay cambio de país por motivos futbolísticos. A pesar de disponer de la doble nacionalidad, hispano-braseileña, la alerta en la FIFA saltó cuando comprobaron el lugar de nacimiento de los dos hermanos.
Este año decidieron dar el salto desde el fútbol escolar al federado y, con ello, se han topado con la burocracia FIFA. Tal y como explica a Ical su madre Saula, “todo fue normal al principio”, cuando desde el club pidieron el DNI de los jugadores que, aunque nacidos en Coimbra, tienen la doble nacionalidad hispano-brasileña: la segunda por ser la de sus padres y la primera por llevar viviendo en España, concretamente en Ciudad Rodrigo, desde que apenas contaban con un mes de vida.
“Es discriminatorio”, denuncia Saula, que afirma, con conocimiento de causa, que esta situación “solo se da en el fútbol”, puesto que los chicos “estuvieron federados en kickboxing y no tuvieron ningún problema”. A esa queja se une ahora la tardanza, porque la documentación lleva varias semanas enviada y ni la madre ni los jugadores entienden “porqué tarda tanto si está todo en regla”, lo que está conllevando que tanto Wilson como Willian lleven siete jornadas sin poder disputar ni un minuto en partido oficial y que incluso uno de ellos se plantee dejar el fútbol porque “están cansados y sufren mucho viendo al equipo jugar y no pudiendo entrar”.
La documentación, prolija y enrevesada, debe pasar por Europa y los jugadores mayores de 10 años deben acudir a la Delegación Provincial de Fútbol para firmar una declaración jurada sin la cual no se puede incoar el procedimiento. Un auténtico laberinto burocrático -empadronamiento, escolaridad, documentos de identidad como el NIE- que desde el Ciudad Rodrigo CF no comprenden cómo se aplica al fútbol base de clubes no profesionales.
“Que lo apliquen a equipos profesionales y semiprofesionales, porque esto no solo nos está afectando a nosotros, sino que hay muchos equipos en Salamanca que se han quedado sin equipos en categorías inferiores por no contar con suficientes jugadores que podían haberse completado con todos esos chicos extranjeros que quieren pasar un buen rato jugando al fútbol”, solicita el coordinador de fútbol base del Ciudad Rodrigo CF.
Se espera que los chavales puedan empezar a jugar
Según ha podido saber SALAMANCA24HORAS, la situación de los hermanos brasileños del equipo cadete, que llevan esperando a poder jugar con sus compañeros desde el mes de septiembre, comienza a desbloquearse y es posible que en unas semanas puedan incorporarse a la competición como un jugador más: “Tenemos un secretario que ha estado muy fino y esperamos que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) nos de el ok”, apunta Carlos Conde.
Sin embargo, estos no son los únicos casos de extranjeros que no pueden a jugar al fútbol a los que se enfrenta el Ciudad Rodrigo. El coordinador del fútbol base detalla que esta situación también afecta a una niña de origen rumano de categoría prebenjamín, un juvenil marroquí y otro brasileño que forma parte de las filas del sénior B.
“Nosotros no miramos el DNI de nadie, todo el que quiera venir a jugar, máxime si son niños, y aprender unos valores es más que bienvenido”, afirma Carlos Conde, responsable de cantera del club.
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