​La ‘lupa’ del periodista Carlos Andrés Llamas: Sergio Egea y Hernán Pérez

El salmantino, que trabaja en Cope Asturias, conoce bien a los actuales entrenadores de Salamanca CF UDS y Unionistas

 Pizarra Egea Hernán
Pizarra Egea Hernán

El periodista Carlos Andrés Llamas, de Cope Asturias, ha dejado su impronta para dar algunos detalles más de los actuales entrenadores de Salamanca CF UDS y Unionistas. Carlos Andrés Llamas pone la lupa en Sergio Egea y Hernán Pérez para los lectores de SALAMANCA24HORAS.

Sobre Sergio Egea. “Si a Sergio Egea le preguntan por un modelo en el que mirarse, dirá que es mucho más cercano a Vicente del Bosque que, por ejemplo, a Mourinho. Es un entrenador sereno, dialogante, conversador con el jugador, sincero. No le gusta el protagonismo, aunque en Oviedo levantó la voz cuando fue necesario. Repite que lo importante es el club, el equipo, el futbolista. Cree que el fútbol es más de una decisión de un jugador en el verde que de un movimiento decidido en el banquillo. Diría que es un técnico más de diálogo que de libreta, de no encorsetar al equipo más allá de las indispensables ideas tácticas generales.

No creo que, a pesar de su confusión reciente en una entrevista en Radio Asturias, vaya a Salamanca a generar ruido. No es su estilo. Al contrario. Fue sorprendente escucharle con un desconocimiento tan grande ya no solo referido a Salamanca sino, sobre todo, a Oviedo, ciudad y fútbol que sí conoce y donde también le han criticado en las últimas horas. Aunque le insistan desde la directiva, me sorprendería mucho que esa sea su línea durante el curso, aunque tratará en todo momento de dar relumbrón a, como él suele decir, "la institución" a la que dirige. Alejado como ha estado de la Segunda B, tampoco es descartable que aún no sepa bien lo ha pasado con el fútbol en Salamanca y conozca solo aquello que le han contado en las negociaciones para ficharle. Pero, sea como sea, no me imagino otra cosa que un Egea extremadamente cordial, por ejemplo, en las semanas de los derbis. Al menos, en Oviedo siempre dejó una conducta ejemplar y deportiva. Fue un caballero en el Tartiere.

Porque Egea tiene un buen talante, amable con el entorno, alejado de polémicas. En sus declaraciones suele ser muy respetuoso; llama al periodista por su nombre para restar frialdad a los protocolos de las ruedas de prensa. Plano y repetitivo a veces. Sin problemas para solventar las preguntas de los periodistas.

En Oviedo triunfó en la primera etapa, en primer lugar, porque tenía el mejor equipo posible; en segundo lugar, porque supo gestionar el grupo y la presión que rodeaba al club del Tartiere tras tantas frustraciones acumuladas. Ejerció de escudo ante algún resultado adverso, cuando alguna jornada torcía un poco la trayectoria de un equipo líder. Se amoldó bien a lo que requería su puesto de trabajo, refrendado por un máximo accionista (Arturo Elías) que le eligió desde México. Después, en las dos etapas en Segunda, se le recriminó falta de carácter y valentía para soportar las adversidades. Quedó la sensación de que no supo ganarse la confianza del vestuario, que dejó caer ciertas carencias en el día a día del trabajo del argentino y en su preparación de los partidos. Eso sí, se había ganado tanto cariño del Tartiere por el año del ascenso y su estilo tranquilo que ni el aberrante inicio de la última temporada cambió demasiado ese estado general de aprecio que le tenía la grada.

Al Salamanca CF llega un entrenador que sabe la fórmula del ascenso, pero que necesitará una plantilla de garantías para conseguirlo. Será un hombre de club, sincero hacia dentro, conciliador hacia fuera. Que nadie espere de él reproches o peticiones públicas. En ese sentido, será un técnico cómodo para unos dueños tan complejos. Conoce bien la presión que recibe el entrenador. Egea sigue la pauta de arreglar los problemas en privado y trasladar siempre el respeto por la institución que le contrata. En el campo, no es un preparador que arriesgue demasiado, sabe que en un fútbol tan igualado desde la contención y la seriedad, con el necesario talento, se consiguen grandes objetivos.

En la inestabilidad del Helmántico, Sergio Egea intentará volver a la categoría que perdió en las cinco primeras jornadas del pasado curso”.

Sobre Hernán Pérez. “Hernán Pérez es pasión por el fútbol. Fútbol siempre, en cada momento. Así es también su familia. Es un técnico joven pero muy preparado. Con una fijación por los banquillos antes de cumplir los 30. Las lesiones como jugador adelantaron el proceso, y bien que lo aprovechó.

Hernán es creíble para el jugador. Insistente hasta resultar pesado si es necesario. Es un técnico que quiere hablar el mismo idioma que el futbolista, con el que pretende compartir la misma idea desde el primer día. Sus conversaciones para convencer a futuros fichajes serían muy atractivas para escuchar. Pasión y convicción son dos de las claves. Su entrega es infinita. No descansa hasta conseguir su objetivo.

En su etapa en el Oviedo juvenil supo formar a jugadores talentosos. Como segundo entrenador en el Lealtad ayudó de forma considerable al ascenso a la Segunda División B. Pero su obra maestra, hasta la fecha, está en el Nuevo Ganzábal. En el Unión Popular de Langreo creó un modelo de club. Insistió en un camino pese a las dificultades. Aguantó varios 'play off', ascensos que se iban en un minuto fatídico, hasta lograr el salto, con la Copa Federación ganada en Asturias entre medias. Y ya en la Segunda División B, el debut no pudo ser mejor. Un noveno puesto con uno de los cinco o seis presupuestos más bajo de los ochenta clubes de la categoría.

El gran mérito radica en su capacidad para entrenar y en su buen conocimiento del mercado en condiciones económicas muy limitadas. Ve fútbol siempre que puede en los campos, conoce a la gran mayoría de jugadores de Segunda B y Tercera. Si su equipo juega de domingo por la tarde, él ya ha recorrido cientos de kilómetros desde el sábado para ver dos o tres partidos en directo.

En el Langreo, primero él solo, y después junto a su hermano Michu, fue capaz de diseñar grandes plantillas a bajo coste. Su buen trabajo le abrió las puertas del Barakaldo, uno de los clubes referentes de la Segunda B. Es cierto que su primera experiencia lejos de Asturias no fue la deseada. Problemas institucionales y económicos en el club vasco limitaron sus planes, y el parón llegó cuando había logrado arreglar algunas carencias de la primera vuelta. En cuanto al juego, le gusta ser protagonista, valiente, ir a por los partidos, aunque se adapta a los diferentes escenarios que ofrece una competición tan igualada. Sabe estudiar a los rivales y sus jugadores agradecen las indicaciones previas a cada jornada.

Hernán necesita que nadie le reste pasión, y de momento en Unionistas, un club al que ha admirado desde su nacimiento, vive con una gran ilusión y una ambición que está impregnando a quienes le rodean. Le gusta hablar de fútbol, hacerse entender y comprender a sus compañeros y futbolistas. Es un buen creador de equipos de trabajo, riguroso en la relación con la plantilla. De momento, no se le conoce fracaso alguno en su trayectoria como técnico.

Hernán está convencido de que Unionistas, como club, tiene potencial para ir más allá y él va a intentar demostrarlo desde el primer día. El técnico ovetense quiere implementar la exigencia en el club para crecer como entrenador junto al conjunto blanquinegro. Puede ser una relación propicia porque los dos, entidad y entrenador, se dan la mano en un momento semejante y con unos objetivos comunes”.

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