Hubo una época donde había pocos equipos de los que se hablase a nivel nacional, uno de ellos, como es lógico, fue la Unión Deportiva Salamanca, otro era el Club Baloncesto Salamanca, que por cierto ganó al Real Madrid de Sabonis, y otro de los conjuntos era el Balonmano Bejarano, que llegó a recibir a grandes jugadores en el pabellón de la localidad textil.
Aún se recuerda con añoro esa época, un tiempo que para muchos fue mejor, tanto en la ciudad como en el deporte, donde se llenaban las gradas para gritar al unísono por la victoria de su equipo, para llevar en volandas a toda la agrupación textil para dejar su marca y su huella en el balonmano a nivel nacional.
"Es díficil coger algo muerto y resucitarlo"
De estar en una nube a ver la realidad
Y es que parece que la historia ha tratado y mal a la ciudad fronteriza con Extremadura, y parece que el deporte no se ha librado tampoco, el propio Béjar Industrial de fútbol compitió en Tercera División durante la temporada 72/73, lo que sería ahora mismo la Primera RFEF, e incluso en años anteriores luchó por subir a la segunda categoría nacional.
Para no desviarnos del tema, nos centraremos en el Bejarano Balonmano, en Primera División, de soñar por subir a la Liga Asobal, la máxima categoría en este deporte, a casi desaparecer en 2014, cuando el Ademar León jugó un partido benéfico para recaudar fondos, además de obtener ingresos altruistas de equipos como THW Kiel, el SG Flensburg-Handewitt o el MKB Veszprém KC para evitar la disolución total de un histórico.
Actualmente, solo queda el nombre, sin equipo, a modo de cenizas de un fénix que nunca resucitará para ver el nombre de Béjar por todos los rincones del país. La pena y el pesar, se veían en las palabras de Javier Camps: “Cuando se jugaba un partido, sentías los colores de Béjar en las calles”.
Uno de los únicos equipos de Europa con tres hermanos, los Acha, en Primera División
La época más bonita del deporte en Béjar
Y es que se solía jugar los domingos a las 12 del mediodía, la gente iba a misa, y seguidamente se veía jugar al Bejarano Balonmano. No solo eso, sino que era precioso ver, según recuerda Javier, cómo se esperaba tras finalizar el partido tomando unas cañas con los amigos, para seguidamente subir a Palomares para ver al Béjar Industrial de fútbol.
Y es que los domingos tenían un olor especial, ese bonito aroma a deporte que hacía unirse a todos los colegas, a los que veías ese único día, para disfrutar de una buena mañana de deporte.
Y es que hay que destacar que un año quedaron terceros en Primera División, para luchar por ascender a la Liga Asobal, pero por medios económicos no se pudo dar, cediendo el puesto a otros de los equipos de la clasificación.
Del mismo modo, hay que destacar una cuestión clave para entender el éxito de los chavales del balonmano, y es que el 95 por ciento de ellos eran de Béjar, se conocían y disfrutaban juntos, ya fuera de las vacaciones, de unas cervezas o conociéndose, simplemente, de toda la vida.
Asimismo, el Bejarano Balonmano es uno de los únicos equipos de toda Europa en el que tres hermanos coincidieron entre sí en categoría profesional, los hermanos Acha. Chema, Pablo y Javi conocieron en el primer equipo, teniendo una de las fotos más icónicas del deporte en Béjar.
Uno de los problemas que se encontraban en la ciudad textil, era que dar el salto de los juveniles al equipo senior, era un escalón muy grande al que ascender, lo que hizo que no se pudieran mantener eternamente en la segunda categoría del balonmano español.
Javier Camps nos ha comentado también lo que fue el nombre inicial de este equipo, ese Club Polideportivo Bejarano, que iba a tener al balonmano como estandarte, pero también al voleibol, el atletismo y el baloncesto, finalmente, se quedó solamente el primero.
"Fue bonito mientras duró"
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Ahora mismo, solo quedan pequeños resquicios de lo que fue. Y es que Javier Camps ha luchado por sacar todo esto adelante, pero ya sea porque la Federación de Balonmano de Castilla y León, las instituciones públicas, o incluso equipos de la provincia, han tapado el resurgir de un equipo histórico, del conjunto del Río Cuerpo de Hombre.
Es irónico pensar, además, que de los últimos tres concejales de Béjar, todos ellos han formado parte del Bejarano Balonmano. Se ha intentado que salga para adelante el proyecto, pero todo ha quedado estancado entre conversaciones no resueltas, e ideas no ejecutadas.
El que fuera jugador, entrenador y ahora presidente, Javier Camps, lo ha tenido muy claro, siempre pensando en lo que fue este equipo, que él vivió en sus carnes desde lo más alto a lo más bajo, que es desaparecer…
Y es que es difícil ver cómo desaparece el equipo de una ciudad, donde el deporte dejaba de lado la política, y donde se unían todas las categorías sociales en pro de la victoria. Pero al igual que es difícil ver morir a lo que te hizo feliz, es más complicado aún “coger algo muerto y resucitarlo”.
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