Absoluta desilusión. Unionistas se pegó un tiro en el pie tras el descanso y pasó de ser octavo a mirar de lleno al descenso. Osasuna Promesas venció por 1-3 en el Reina Sofía tras una segunda parte lamentable de los de Llácer.
Ante las bajas, Dani Llácer colocó a Álvaro Gómez como lateral derecho. Junto a él estuvieron en la defensa Vergés, Ramiro y Carlos García e Iván Martínez como cancerbero. Chuca y Tur formaron el doble pivote, con Pau y Jonny en los costados y De la Nava y Rastrojo como futbolistas más adelantados.
Los charros comenzaron fuertes con centros de Pau Martínez por la derecha. El catalán tiene un guante en su bota derecha y lo demostró pasado el cuarto de hora. Desde el córner envió un balón preciso a la cabeza de Carlos García, que remató con violencia y picado para poner el 1-0 en el marcador.
Pudo hacer el segundo Unionistas poco después en una galopada de Rastrojo. El ‘7’ chutó cruzado y se topó con el desvío de Stamatakis. Al descanso se llegó con ventaja salmantina y con Iván Martínez apenas sin trabajo.
Pero Unionistas ni compareció tras el descanso. Se quedó en la caseta. Solo así se entiende cometer un penalti absurdo e innecesario en el minuto dos de la reanudación y encajar el 1-2 en el minuto 53 con una endeblez defensiva impropia de la categoría. En un pestañeo, se pasó del 1-0 al 1-2.
No quedó ahí la siesta charra. Se prolongó hasta el final. Los cambios no le dieron mordiente ofensiva al equipo, que no remató a puerta hasta el minuto 70. Y Sixtus, con diez para el final, mataba el duelo con el 1-3 definitivo.
La afición comenzó a desfilar por el Reina Sofía. No fruto de la derrota, sino fruto de la desilusión de un equipo que ha tenido muchas opciones en su mano para meterse en la zona alta y va a pelear hasta el último segundo por salvar la categoría.
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