Si algo ha sorprendido a los aficionados a la Segunda RFEF es ver a un equipo recién descendido y con un proyecto hecho para ascender en las últimas posiciones de la tabla. El conjunto de Yago Iglesias marcha ahora mismo en posición de promoción de descenso gracias a un empate y una victoria en las dos últimas jornadas fuera de casa que le han valido para evitar momentáneamente los puestos de descenso directo tras un inicio de temporada horrible para los rojiblancos.
El conjunto zamorano se las prometía felices en pretemporada, con una plantilla diseñada por el entrenador y con jugadores contrastados que se amoldaban a lo que quería proponer el técnico gallego. Un equipo alegre, que le gusta tener el balón y acumular muchos hombres en campo contrario para buscar la llegada de hombres de segunda línea que colaboren en la tarea del gol.
Sin embargo, si por algo ha destacado el Zamora en estos nueve primeros partidos es por su fragilidad defensiva y mental. El equipo de Yago Iglesias ha recibido 13 goles en lo que llevamos de temporada, pese al buen desempeño de Julio Iricibar en portería y que, en su mayoría han llegado por errores defensivos, algunos de ellos grotescos.
La mayoría de los partidos del Zamora ha comenzado con un equipo valiente y que, tras verse por detrás en el electrónico, no ha conseguido reponerse. Minutos de control estéril del juego y poco acierto de cara a gol han sido las señas de un equipo que en las últimas jornadas ha cambiado radicalmente su estilo de juego en busca de parar, a la desesperada, la sangría de goles encajados.
Ahora, la figura del tercer central flotante es el clavo ardiendo al que se agarra Yago Iglesias para reflotar al Zamora. Un mediocentro, Theo Hernández, que hace las funciones de tercer central en faceta defensiva y que apoya la salida de balón del Zamora cuando tiene el balón. Un mediocampo con galones formado habitualmente por Marc Caballé, que aún debe dar un paso al frente, por el capitán Dani Hernández y por el incombustible Juanan del Álamo.
En defensa, se asienta el veterano Jesús Rueda como hombre más importante y con la experiencia necesaria para este tipo de situaciones, ayudando a los jóvenes y terminando de ponerse a punto tras no haber realizado pretemporada con el conjunto zamorano y haber llegado como consecuencia de la lesión de gravedad de Javi Barrio.
El juego, ahora es rocoso en las primeras partes, renunciando en cierto modo al estilo de juego inicial para evitar verse abajo en el marcador y crecer en el partido con el paso de los minutos para volver a ser un equipo alegre en las segundas partes, apoyado en unos laterales profundos como son Juan Silva y Prada que acostumbran a llegar hasta posiciones de centro al área buscando el remate de jugadores como Altube y Pana. En las bandas, hombres hábiles como Pau Miguélez, Manu Viana o Álex Ares buscan el desequilibro de forma constante, aunque en las ultimas fechas, desafortunados de cara a portería.