Al líder le está dando la razón una apuesta que se había convertido en un clamor en la grada del Reino: la continuidad. Atrás quedaron lustros de cambios a borbotones de entrenadores y de jugadores para, arrastrados por el buen arranque del curso anterior, arropar el proyecto de Raúl Llona con la renovación del propio técnico y de la columna vertebral del plantel (Bañuz, Víctor, Fornos, Barri, Bicho…) a la que se unieron refuerzos de nivel.
Y los resultados saltan a la vista. La Cultural firma uno de los mejores inicios de liga de su historia siguiendo la estela del pasado curso porque, a pesar de la llegada de Manu Justo, Pibe, Chacón o Escobar, el cuadro leonés marca diferencias desde la defensa, la posición menos reforzada que ha encontrado en Satrústegui el bastión definitivo. La ofensiva propuesta, especialmente en casa, no tiene relación directa con el gol (solo en una ocasión marcó más de uno), pero siempre queda el muro (un gol encajado).
En Salamanca, la idea será la de seguir dominando los partidos desde la amplia posesión de balón, aunque con el debe en las salidas de ser más creativo y punzante. En Carballiño y Zamora apeló a la máxima efectividad. Para medirse al Unionistas, seguramente Llona se “proteja” con Maestre en detrimento de Barri o Bicho dado el empaque ofrecido por el renacido medio catalán. Y tal vez Escobar tenga la continuidad que merecen sus decisivas apariciones para hacer pareja con Justo. Por detrás, Pibe pone la magia y Chacón, que ha caído de pie, el gol (lleva dos consecutivos). Artola, Calderón, Alba, Presa, Víctor Ruiz o Rodri esperarán su turno. Habla bien del trabajo hecho en los despachos.
El efecto, trece puntos de quince, más de 5000 espectadores de media en el Reino, 1500 hinchas presentes dos semanas atrás en el Ruta de la Plata y más de medio millar este sábado en tierras charras, a pesar de los pesares. Son días de vino y rosas en la casa blanca.