Cultura

La nueva realidad en los conciertos del COSCYL

El morbo vírico de España ha infundido el terror en los eventos de masas. Si no en todos, en el caso de la cultura es evidente. No ha sido menos en los centros educativos de enseñanzas musicales, caso que nos concierne, en los que no solo el público sino las agrupaciones camerísticas han tenido que lidiar con la distancia de seguridad sanitaria. Ni que decir de los grupos numerosos como orquestas, bandas y coros

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TEXTO: Enrique Payo León

En este contexto se ve inmerso el Conservatorio Superior deMúsica de Castilla y León (COSCYL), en Salamanca. No ha querido quedarse atrásy ha asumido una importante inversión en material audiovisual. Su canal deYouTube, COSCYL TV, apunta a ser una plataforma que albergue recursos decalidad notable, dando a conocer el trabajo que se desarrolla en las aulas, porfin, fuera de los muros del centro. Desde el primer vídeo disponible, dediciembre de 2018, se aprecia una enorme evolución en materia técnica, centradasobre todo en estos últimos meses desde el comienzo de la pandemia.

Si nos preguntamos cómo se han adaptado los conciertos delcentro a la nueva realidad, debemos analizar varios factores. En primer lugar,la cuestión de aforo y presencialidad. El patio de butacas se ha diseminado eninfinitos lugares, pasando de albergar espectadores en carne y hueso a serubicación de las cámaras de vídeo que retransmiten el concierto on streaming.Aun así, se mantiene un mínimo de público, que ingenuamente trata de evitarperder el carácter humano de los conciertos, un interesante reto para el músico.En el auditorio del COSCYL se admite ahora un aforo de 15 personas, sin dudamuy inferior a las 400 butacas de que dispone. Llamativo, dado el aforo máximode otros recintos, como las 45 personas en los autobuses urbanos de la ciudad.

Sin embargo, el factor más relevante es la forma en que sedesarrollan ahora los conciertos; pongámonos técnicos por un momento. Adelantábamosque el COSCYL ha realizado una fuerte inversión en material técnico. Porsuerte, el centro ha sabido comprender la igual importancia entre imagen ysonido en una producción audiovisual. Así, se ha hecho con equipo tanto desonido como de vídeo. Aunque hay detalles que pulir, en línea general elresultado es casi sobresaliente. Algunas de las mejoras posibles son el buen diseñoy enfoque de la iluminación o la composición de planos de vídeo mejorencuadrados, para lo que se requieren algunos conocimientos técnicos avanzados.En cuanto al sonido respecta, la calidad del equipo aporta una naturalidad ynitidez muy profesionales. Sin embargo, están cometiendo el error de afrontartodos los conciertos de la misma manera, cuando cada cambio de agrupaciónrequiere el pertinente ajuste en el sistema de sonido. No tiene la mismasonoridad, poniendo un ejemplo, una guitarra sola que un trío de violín,violonchelo y piano.

El último aspecto que vamos a analizar es la programacióndel auditorio del centro. Este cambio en el desarrollo de los conciertos hahecho que, con un calendario de eventos equivalente al del pasado año, laoferta parezca mucho mayor. La nueva realidad virtual supone un mayoraprovechamiento de las sesiones musicales. Esto ha gustado tanto a los alumnoscomo, por ejemplo, a sus familiares, que ya no tienen que recorrer el país paraescuchar los conciertos. Bien es cierto que la programación es equivalente solode forma cuantitativa a la de años anteriores, pues entrando en detalle seaprecia una inclinación de la balanza hacia los conciertos de docentes respectoa los de alumnos; no olvidemos que es un centro de educación en el que debenprimar los segundos. Y es que si a alguien ha parecido gustar más que a nadie estanueva realidad es a los profesores del centro. En las últimas semanas se hapodido ver un aumento en los conciertos de docentes: concierto de piano, deguitarra, el concierto de Santa Cecilia por varias agrupaciones, concierto detrío clásico, etc. Sin embargo, esto va a repercutir positivamente en laeducación de los alumnos. La ilusión por el escenario se ha vuelto a despertaren los profesores, que pueden ahora compatibilizar su labor docente con laactividad concertística sin moverse del centro. Más aún, los estudiantestendrán a su disposición, en el canal de YouTube del conservatorio, el mejorejemplo que pueden tomar para su aprendizaje: el de sus maestros.

El COSCYL va por muy buen camino, tiene profesores que estándando todo de sí para ello, pero si quiere llegar a la matrícula de honornecesita algo más de trabajo. No se trata de asumir más carga en una agenda yasuficientemente ocupada, sino de delegar tareas. En los años que corren, conavances tecnológicos cada vez más sofisticados, se hace necesaria lacontratación de personal cualificado para las tareas que hemos tratado. Quizáshasta hoy no merecía la pena, dado que no se realizaban este tipo deactividades; pero ahora, sin duda alguna, la figura del técnico audiovisual sehace ineludible en un centro de educación musical. Un puesto muy rentable, porcierto, ya que puede aprovecharse para impartir la inexcusable asignatura desonido e imagen, que otorga a los alumnos las herramientas audiovisuales que vienenreclamando desde hace mucho tiempo.

Con todo esto, pese al caos que marcó el final del cursopasado, debemos felicitar al COSCYL por su rápida reacción en este que acaba deempezar, y por haber trabajado con tanto empeño para mitigar los efectos de lapandemia, no solo en un sector tan golpeado por sus consecuencias, sino en laeducación que forma quienes en un futuro lo mantendrán vivo. Desde luego,ventilar el centro está acarreando una renovación de aires que promete ser muyfructífera.

Sobre Enrique Payo León


Comienza sus estudios musicales de violín en elConservatorio Profesional de Música de Palencia. Posteriormente, obtiene eltítulo de Grado Superior en el Conservatorio Superior de Música de Castilla yLeón (Salamanca), en la misma especialidad. Su formación musical escomplementada con el Título Superior de Técnico de Sonido por CPA-Salduie(Zaragoza). Como músico, ha recibido clases magistrales de violín, música decámara y dirección de la mano de profesores de talla internacional, comoVicente Huerta, Alberto Rosado, Alejandro Bustamante y Andrew Gourlay. Obtieneel segundo premio en el IV Concurso de Música de Cámara “Jóvenes Músicos”organizado por el conservatorio Profesional de Música de Salamanca, con elCuarteto Goás. Actualmente, cursa el Máster de Música Hispana (investigaciónmusical) en la Universidad de Salamanca y fomenta la formación en materiaaudiovisual para músicos a través de su proyecto Esenciales Musicales.

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