Javier Ibarra supuso un antes y un después para la música en España. Este zaragozano fue uno de los culpables de que la música que reinaba en Estados Unidos desde la década de los 90, el rap, entrase en nuestro país e invadiese los oídos de miles de personas, especialmente de jóvenes que se sentían identificados con las letras que cantaba.
Quizá por el nombre y apellido no sea tan conocido. Pero en el momento que se dice su nombre artístico todo cambia. Se llama Kase.O, y ha sido y es uno de los mayores exponentes de la cultura del hip hop y del rap en España. Él y su grupo, Violadores del Verso, rompieron (junto a otros grupos, como él mismo recuerda) la estigmatización que había sobre esa música en nuestro país, y lograron crear una escena que ha evolucionado hasta el punto de que hoy en día la música urbana sea una de las más escuchadas, si no la que más.
En una entrevista exclusiva para SALAMANCA24HORAS, el maño recuerda esos inicios no tan fáciles en los que fueron pioneros en España, y también comenta su evolución hacia un estilo más melódico en el que él mismo se produce y que considera “natural”, puesto que viaja hasta las raíces del rap para explorar otros ritmos como el funk, el soul o el jazz.
Además, Kase.O también asegura que, entre los conciertos que le quedan, el de Salamanca será “algo gordo”, y destaca que es una ciudad a la que siempre le ha gustado venir. Por último, el MC también detalla sus planes para el próximo año, que residen en descansar y estar con su hija pero, eso sí, después de lanzar un nuevo disco.
Ya hace más de 20 años que empezaste con Violadores y antes en solitario. No sé si por aquel entonces te imaginabas que ibas a llegar a lo que eres hoy en día.
En aquellos tiempos era impensable, porque hablamos del año 1993 o 1994, cuando no había mucho rap en España. Éramos pocos, un público minoritario, y grabábamos música en casetes. No había ninguna referencia de gente que hiciera discos o giras, y lo hacías como hobby. Era la manera de pasarlo bien, pero ni siquiera te imaginabas ni tenías la ilusión de ser músico o rapero. Decías ahora rapeo y mañana estudio y tendré un oficio.
Violadores fuisteis los primeros en derribar esa estigmatización que existía en España en torno al hip hop y creasteis ese hueco que ocupa toda la música urbana hoy en día. ¿Sientes orgullo de ello?
Éramos muchos grupos los que empezábamos a hacer cosillas al principios de los 2000. No sólo ha sido cuestión de nosotros, están los grupos clásicos, como SFDK, Toteking, la Mala (Rodríguez), el Club de los Poetas Violentos (CPV)… Muchos grupos curraron e hicieron rap digno y poético.
Entre esos, estábamos nosotros. Nuestra generación fue la primera en sacar los discos, y luchamos mucho en las salas para que se nos tomase en serio, con manager, en las contrataciones, a la hora de profesionalizar. Nos lo tuvimos que guisar nosotros, porque no había discográficas. La mayoría de grupos inventaron su propio sistema para entrar.
Quizá sigue faltando hueco para las mujeres en ese mundo del rap. Ha habido algunas pero, ni por asomo, un número parecido al de hombres. ¿Qué falla?
No los é. No todos los tíos rapean bien. Muchas chicas rapean pero no sacan su disco, aunque sí hacen sus cosillas. Hay un menor número, pero cada vez más. Ahora está Nathy Peluso, que va a invitar a muchas a ser creativas y a tener sus propuestas.
Pero en el rap americano es igual, ha sido un mundo de hombres y ha habido pocas chicas que, eso sí, son muy famosas. Nicki Minaj, Lauryn Hill, MC Lyte… Habría que preguntarle a ellas por qué no se lanzan, pero dentro de poco habrá más de las que pensamos.
La evolución de tu música y de tus letras se va viendo en tu época en Violadores pero el primer gran salto llega con tu disco en solitario, donde fusionas jazz y hip hop.
A mí siempre me había gustado la música negra, y a través del rap había estado investigando el funk, jazz, soul… Soy un buscador de samples, me dedico a escuchar música todo lo que he pedido. Creo que no es rareza, hacer jazz es hacer rap con la esencia de sus raíces. Empecé en ‘jam sessions’, me aficioné e hice el disco, más melódico, armónico y musical.
Son canciones más filosóficas, no había hueco para el rap de vacileo. Pero si haces una selección de viejos temas, más filosóficas, también hay un cambio. En el entorno de la música, quería redirigir mi mensaje y mi vibración hacia más lo que soy. Menos máscara y más persona.
Con ‘El Círculo’ he cerrado y he perfeccionado ese reto. He terminado, ‘El Círculo’ se parece a lo que soy hoy como persona y no una máscara. El disco con Jazz Magnetism fue un puente, el renacimiento, la libertad, con canciones en las que empecé a tirar más hacia el mensaje positivo.
Precisamente eso. Después de un tiempo parado, de cara al público, sacaste ‘El Círculo’, que no sé si lo consideras el final de tu evolución o un paso más. Un disco en el que, además, produces.
Sí que lo considero un paso. En este disco he producido 6 o 7 canciones. Producido o compuesto, como lo quieras denominar. Estoy más orgulloso de decir que he compuesto, porque no son copias o sampleos, sino que he hecho mi propia música como ‘rapper’.
Lo he hecho como necesidad, porque ningún productor me daba lo que necesitaba exactamente. No sé de música, tengo intuición, y con eso vale para tres o cuatro acordes. Es un paso para las próximas producciones, porque ya no concibo rapear en un mundo de otros. Antes me veía rellenando ritmos, ahora me gusta participar en la composición. Tengo un tono en el que me siento bien, es bonito, una sensación nueva, y ya no es sólo crear letras y que me molen. Componer es una droga flipante.
Has estado girando por todo el mundo con este disco. La puesta en escena es muy potente y cómo fluye el concierto y las canciones, también. ¿Cuánto trabajo de preparación previa requiere?
Hay un trabajo técnico con profesionales de luces, sonido, escenografía… por dar un plus más de lo que te pueda dar otros grupos, que vayas a ver mi concierto y que no sea sólo yo rapeando. Hay una iluminación al ritmo, con trucos escénicos y vistes el escenario. No es un ‘rapper’ con un DJ, es un show completo.
De momento la gira va bien. La gente viene y disfruta de un espectáculo de calidad. Si no fuera así, habría que recortar gastos, y hacerlo como en las maquetas, un DJ y yo al micro y tirar para adelante. pero la gente invierte en mí, y yo distribuyo en eso, en luces, equipo, en que todo esté bien.
Varios de los conciertos que has dado con ‘El Círculo’ también han sido en festivales de todo tipo en lo que, si no eras el artista que más gente llevaba, te quedabas muy cerca. ¿Sientes que hoy en día tu música ya llega a todos?
Para mí es un reto. Cuando me han llevado a festivales de indie, pop y rock, y era el único rapero en el cartel, pues sabes que vienen algunos fans, pero tocas para el público que ha ido a ver a Bunbury o a las estrellas de otro tipo de música. Tienes que conquistar, aunque no me conozca todo el mundo pero saber que estoy en el camino, de que a la gente que le guste la música escuche mis discos. A la gente que le gusta la música en general le digo que mi disco está bien, que se deja escuchar.
Respecto a tu concierto en Salamanca, no sé qué esperas de él. Es una ciudad a la que has venido en varias ocasiones, eso sí. ¿Responde bien el público salmantino?
Sí, tengo muy buen recuerdo de Salamanca, desde ir con Violadores hasta con Jazz Magnetism. Tocar en la Sala Potemkin es un hito de las salas en España. Además, en Salamanca se une un público variopinto, universitario y de muchas ciudades, porque está muy cerca de las capitales de Castilla y León. En el concierto (6 de octubre) espero mucha peña, de toda Castilla y León, que no la he trillado en la gira, y habrá quien tenga pendiente el verme. Va a ser, de lo que me queda, uno de los conciertos gordos. Será algo gordo, seguro.
No sé si Violadores os habéis vuelto a plantear sacar un trabajo grupal o, de momento, seguiréis enfocados en vuestro trabajo en solitario pero con colaboraciones asiduas.
Violadores está parado. No nos hemos sentado a hablar sobre el próximo disco. Ahora tenemos que terminar las giras que nos queda, tanto Maestro Sho Hai como Kase.O. Y descansar es el próximo movimiento. Después, ver si es posible es disco con Violadores u otros movimientos. Pero ahora está parado, no hay novedad.
¿Tu futuro está más ligado a estar delante del micrófono sobre los escenarios o más cercano a la producción?
Mi presente, que me pillas ahora mismo, es mezclando temas nuevos en el estudio, preparando el próximo lanzamiento, que tendrá lugar a principios del año que viene. Estoy mezclando canciones nuevas que tenía en reserva de ‘El Círculo’ y que ya he terminado. El trabajo de estudio lo comparto con el escenario, la gira. Pero el año que viene, descansar. Es lo que me gustaría hacer, dejar aparcada la actividad artística.
Así que, el año que viene, estarás en casa. ¿Ya has vuelto a Zaragoza?
Sí, estoy instalado en Zaragoza. Terminé ya la aventura americana en Colombia, donde estuve casi cuatro años, escribiendo ‘El Círculo’. Con las giras por España estoy instalado aquí, y estoy bien en Zaragoza. Tengo una pareja y una niña con la que quiero estar el año que viene. Ese es el plan para 2019. Descansar mucho, recuperar el tiempo perdido. Pero siempre me aburro mucho, y escribo y hago ritmos. Eso no va a parar.
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