La Catedral de Salamanca se convierte en un "suculento banquete de color" con la nueva y detallista obra de Florencio Maíllo

La pintura, de cuatro metros de ancho por ocho de largo, representa tres misterios cristianos: la creación, la crucifixión y la resurrección de Jesucristo

Inauguración de la obra de Florencio Maíllo en la Catedral de Salamanca.
Inauguración de la obra de Florencio Maíllo en la Catedral de Salamanca.

La belleza de la Catedral de Salamanca es aún mayor desde este martes con la inauguración de la obra que Florencio Maíllo ha realizado para la pared desnuda que se encuentra frente a la capilla del Cristo de las Batallas. Se trata de una pintura de cuatro metros de ancho por ocho de largo que representa tres misterios cristianos: la creación, la crucifixión y la resurrección de Jesucristo. 

La creación, con Dios, ocupa la parte superior del cuadro y tiene un "tamaño considerablemente mayor al de las otras escenas", según destaca Antonio Cea, amigo de Florencio y testigo de la realización de la obra. El artista prescinde de las figuras de los ángeles, sustituyéndolos por cinco bustos familiares (Miguel Ángel, Ambrosia, Cristina, Francisco y Francisca), y representa al Creador con una expresión de "bondad infinita". Su mano izquierda actúa de espada acusatoria, señalando la muerte de su hijo, mientras que la derecha es "redentora" y recibe a Jesucristo tras la resurrección. 

Inauguración de la obra de Florencio Maíllo en la Catedral de Salamanca.
Inauguración de la obra de Florencio Maíllo en la Catedral de Salamanca.

La crucifixión y sus numerosos detalles protagonizan la zona derecha de la obra de Maíllo. Además de plasmar a Jesús en la cruz y a la Virgen María y a Juan el Evangelista a sus pies, el artista de Mogarraz innova sustituyendo las gotas de sangre por "cincuenta y seis cuchillas y esquirlas. Cada saeta tiene una letra adherida, como si los textos de San Juan hubieran saltado por los aires", destaca Antonio Cea. También crea un "cuadro dentro del cuadro" gracias al Jesusalén dorado que se puede apreciar al fondo de la imagen.

Inauguración de la obra de Florencio Maíllo en la Catedral de Salamanca.
Inauguración de la obra de Florencio Maíllo en la Catedral de Salamanca.

Al dirigir la mirada hacia la izquierda, el misterio de la resurrección cobra vida con un Jesucristo rodeado por catorce cirios encendidos. A sus pies, Pedro con las llaves del cielo; María Magdalena y Juan. Esta escena está separada de la anterior por un vástago de metal, como si se tratara de una "espada hincada a hierro y fuego que contiene un fragmento en latín: 'Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios". 

El talento de Florencio Maíllo se evidencia igualmente en las licencias que se ha permitido a la hora de crear la obra, como se puede apreciar en "un triángulo oculto en la mitad del cuadro, el ombligo físico del mismo". Ahí, en ese pequeño espacio, conviven una representación de la famosa estatua de 'El pensador', de Auguste Rodín, con un paraje serrano. "Su arroyo se va fundiendo con los regatos de sangre de El Calvario". 

Proceso de creación 

Inauguración de la obra de Florencio Maíllo en la Catedral de Salamanca.
Inauguración de la obra de Florencio Maíllo en la Catedral de Salamanca.

El artista de Mogarraz recibió el encargo en verano de 2020, poco después del estallido de la pandemia de coronavirus. "Daniel Sánchez me contactó y me acerqué a su casa. Escuchándolo, entendí de inmediato la gran responsabilidad del encargo", recuerda el propio Maíllo. El canónigo vio en él a la persona indicada para decorar la pared desnuda frente a la capilla del Cristo de las Batallas tras apreciar una de sus obras, la de la vista aérea de la Catedral. 

Junto al compromiso con el encargo, materializado tras dos años, Maíllo destaca otros dos conceptos fundamentales: la responsabilidad de dialogar con un edificio como la Catedral y la fidelidad. "Mi forma de hacer se caracteriza por integrar tradición y contemporaneidad. El lenguaje aflora en mí cuando trabajo, dada la necesidad de establecer un diálogo con el tiempo", reconoce el artista, que atravesó un "momento de debilidad e inseguridad" en diciembre de 2021. "Apareció un ángel de la guarda plástico, Tomás Gil, y la pintura encontró su verdadero sentido". Una pintura que constituye un "suculento banquete de color", en palabras de Antonio Cea. 

GALERÍA | Inauguración de la obra de Florencio Maíllo en la Catedral de Salamanca.

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