Semana sí, semana también, se habla de la relación de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, dos de los protagonistas absolutos de la crónica rosa desde que salió a la luz su historia de amor en octubre de 2020. Pero, mientras su entorno desvela lo enamoradísimos que están y dan fuerza a los rumores de que pronto podrían pasar por el altar, fuentes anónimas insisten en la ajetreada vida nocturna que llevaría el empresario.
Así, en el programa 'Sálvame' han vuelto a sacar varios testimonios de personas que trabajan en la discoteca que Íñigo tiene en la Gran Vía madrileña, 'Lula Club', y que sostienen que el novio de Tamara flirtearía presuntamente con chicas en el reservado donde siempre está con sus amigos. Unas polémicas afirmaciones que se suman a los rumores acerca del comportamiento del empresario con el género femenino cuando no está su pareja delante.
Y, lo que es más sorprendente, estas fuentes - que no muestran ni su cara ni su verdadera voz - mantienen que la Marquesa de Griñón sería conocedora de estas actitudes de Íñigo y permitiría que su novio bailase y se comportase de modo cariñoso con las chicas a las que diariamente ve en su discoteca.
Unas informaciones que cuanto menos resultan sospechosas y sobre las que hemos preguntado a Tamara si da algún tipo de credibilidad o si cree que serían una 'campaña' para intentar acabar con su relación. Impasible y con una elegancia y una paciencia infinita, la hija de Isabel Preysler ignora los rumores de que Íñigo flirtea con otras y ella lo consiente, dejando claro que no piensa entrar en este espinoso asunto.
Una actitud con la que la socialité demuestra que poco le importa lo que diferentes programas de televisión especulen sobre su novio, con el que vive el momento más dulce de su vida y con el que, como ha confesado en más de una ocasión, se ve casada y con hijos.
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