El invierno en Castilla y León ha concluido con un balance climático marcado por temperaturas inusualmente altas y una distribución desigual de las precipitaciones. Según los datos recopilados por la Aemet, la estación se clasifica como "muy cálida", con un mes de enero que se posiciona como el cuarto más cálido desde 1961.
Respecto a las temperaturas el invierno ha sido "muy cálido" en el noreste y sur de la comunidad, y en la mitad este de Soria, y "cálido" en el resto. La temperatura media superó en 1,1 ºC el promedio habitual.
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Las temperaturas diurnas fueron "muy cálidas", con una anomalía positiva de 1,4 ºC y las temperaturas nocturnas fueron "cálidas", con una anomalía positiva de 0,9 ºC. Se registraron menos días de heladas y de temperaturas extremadamente bajas en comparación con la media histórica.
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La temperatura máxima más alta registrada en la Comunidad fue de 20,7 ºC el día 15 de febrero en Candeleda (Ávila), y la mínima más baja corresponde a Cuéllar (Segovia) el día 15 de enero con -12,4ºC.
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Balance del invierno por la Aemet 2024-2025 El balance general de las precipitaciones se considera "normal", aunque con variaciones mensuales significativas: Diciembre fue "muy seco", con un déficit del 73%; Enero fue "muy húmedo", con un superávit del 54%; Febrero fue "normal", con un déficit del 19%.
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El balance es de periodo 'Normal' en gran parte de la Comunidad, 'Húmedo' en el tercio Suroeste y en áreas de Burgos y de Palencia, y 'Seco' en zonas de Soria y de Segovia. La precipitación media ha sido de 155,5 l/m² y destacan los 158 l/m² de precipitación registrados en Serranillos (Ávila) el día 26 de enero.
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Las rachas de viento fuerte fueron escasas, con mayor incidencia en enero, mientras que la racha máxima registrada fue de 151 km/h en La Pinilla (Segovia) el 27 de enero.
Este invierno atípico refleja las tendencias de cambio climático que se observan a nivel global, con un aumento de las temperaturas y patrones de precipitación cada vez más irregulares.