En el cuarto y, previsiblemente el último día del juicio contra el empresario de Villaralbo acusado de abusos, agresiones sexuales y violaciones a seis niñas amigas de sus hijas hasta el año 2022, ha sido el turno para prestar declaración para el propio acusado, P.F.R., quien ha negado todos los episodios de carácter sexual con cada uno de las niñas.
En este sentido, el acusado ha señalado que cree que las denuncias pueden venir motivadas por distintos móviles, barajando que una de la denuncia de la primera menor fuera motivada por la paliza que le dio a su perro en casa cuando el animal se le tiró a morder, por su padre y el tema de los negocios que tenían conjuntamente o porque otra de las menores dejó de ser amiga de su hija y estaba “despechada” porque pensaba que era por culpa del acusado.
P.F.R. ha admitido que se hacían fiestas de pijamas en su casa pero ha señalado que a esas fiestas iban muchas más niñas, las compañeras de clase de sus hijas y otras amigas de fuera, pudiendo haber pasado en esos años unas 70 u 80 niñas, por lo que no se explica que si los hechos por los que está acusado fueran ciertos después de que saltara esto a la luz no haya habido ninguna otra denuncia.
Además, ha afirmado que en las fiestas de pijamas él se encontraba en casa y vestía en calzoncillos porque en su casa siempre viste así, señalando que no vestía así cuando comenzaron las fiestas de pijamas con niñas de 7 u 8 años, pero posteriormente cuando eran más mayores y “ellas mismas se ponían en pantalones cortos, en braguitas… yo ya iba en calzoncillos normal”.
Respecto a hechos como intentar tocarle el culo o darle dinero a una de ellas en su oficina, ha alegado que hay cámaras y si eso hubiera sucedido se podría haber mirado la cámara para ver que no sucedió mientras que, en relación a los masajes que le efectuaba a las niñas y que se han señalado como el inicio de cada episodio de abuso y agresión sexual, el acusado ha afirmado que ha realizado masajes a la mayor parte de las niñas cuando tenían molestias en el cuello, en los dedos, en la espalda… pero sin ninguna connotación sexual en todo momento, así como ha afirmado que ellas no le pedían los masajes, se los ofrecía él para quitarles el dolor, incidiendo en que no le reporta “ningún tipo de placer sexual”.
Sobre los relatos de las niñas sobre los abusos en las fiestas, o aprovechando que hubieran ingerido alcohol que podría haberles facilitado, ha reiterado que “todo es mentira” señalando que si es cierto en una ocasión abrieron el armario de su casa y cogieron alcohol y bebieron todas ellas, relatando que las ayudó porque estaban en mal estado, sobre todo una de ellas, pero no ocurrió nada más y respecto a unas vacaciones en las que aparecían con chupitos, ha alegado que eran sin alcohol aunque ellas no lo sabían.
En referencia a contestar las historias de las niñas en Instagram con emoticonos de corazones o de fuegos, ha ido analizando las historias negando cualquier connotación sexual.
En cuanto a que le dijera a su hija en una discusión que “en tres años me habré pasado a todas tus amigas por la piedra”, el acusado ha negado haber dicho esto, aunque ha afirmado que podría haber dicho algo parecido como “yo a tu edad me habría pasado a todas tus amigas por la piedra” y hubo una confusión.
“Creo que se les ha ido de las manos y creo que no sabían que esto iba a tener una repercusión tan grande”, ha resaltado el acusado, a la par que ha incidido en varias ocasiones en que “cada una de ellas sabe que lo que cuenta es mentira pero cree que lo que dice el resto es verdad y tienen un sentimiento de grupo y de equipo”, así como ha señalado que “si abusaba de ellas durante tanto tiempo, no sé como sus madres no lo detectaron porque si a mi hija le pasa algo, por ejemplo, en el colegio, yo lo detecto”.
En este sentido, el acusado ha añadido que “hay intereses, no sé cuáles” y ha indicado incluso que sospechaba que la denuncia podría venir por un afán lucrativo de las madres de las menores, así como que su ex mujer le ha “comido la cabeza” a sus hijas, así como, respecto a su socio y por entonces amigo incide en que no cree que haya hablado con las niñas pero sí “que se esté aprovechando y esté colocando los palillos para que yo acabe en prisión”.
Tras su declaración se dará paso a las conclusiones finales y el juicio quedará visto para sentencia. Cabe recordar que el Ministerio Fiscal solicita una pena que en cómputo global alcanza los 54 años de prisión y las acusaciones solicitan unas penas que alcanzan globalmente 69 años de prisión.
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