"Nuestra entrada en León ha generado una gravísima decadencia, nos ha perjudicado mucho". Así de rotundo se expresaba en declaraciones a los medios en junio de 2006 el por entonces alcalde de Alija del Infantado, José Antonio Prieto Crespo, un regidor perteneciente al PP que anunciaba la convocatoria de una consulta popular entre los vecinos para irse de la provincia de León a la de Zamora, a la que había pertenecido la localidad hasta principios del S. XIX.
Así se lanzaba una convocatoria secesionista en la provincia leonesa once años antes del próximo 1 de octubre, fecha en la que los independentistas catalanes mantienen un referéndum anulado por el Tribunal Constitucional y que ha tensionado como nunca el país. Una convocatoria con la que aquella consulta de Alija mantiene varias coincidencias, como son la secesión de un territorio de forma unilateral y su ilegalidad.
La consulta de Alija era fruto de una tensión en esta zona del sur de León debido a los problemas en la atención sanitaria y la localidad reclamaba la construcción de un centro de salud que reforzara toda la zona y el norte de la provincia de Zamora. Ante la decisión de la Junta de rechazar la construcción del centro de salud y sí reforzar la asistencia sanitaria en la zona de Zamora se apostó por realizar la consulta para poder aspirar al centro de salud. La Junta puso como condición para dotar a Alija de centro de salud que convencieran a ayuntamiento vecinos de recibir la atención sanitaria en la localidad y La Bañeza para tener el mínimo de cartillas sanitarias necesarias. Lo máximo que logró en la polémica sanitaria Alija fue un refuerzo de las urgencias por las noches estivales, cuando multiplicaba su población la villa, que con la posterior crisis y recortes se cayeron también.
El regidor arremetía en la convocatoria contra la responsabilidad a los representantes de la Junta en León, "León es la que nos ha puesto zancadillas. Fíjese lo bien que nos habrán tratado para querer irnos", al tiempo que aseguraba por aquel entonces que "si son incapaces de mantener estos núcleos, adónde quieren llegar, cómo quieren abanderar una Comunidad flotante y brillante cuando hay todas estas deficiencias", lamentando que Juan Vicente Herrera no los hubiera recibido en los tres años de reclamaciones, mientras que quién sí lo había hecho era el por entonces líder de la oposición, Mariano Rajoy.