El accidente que terminó con un turismo empotrado contra una pared en la calle Alfonso Peña no se trató de un simple descuido del conductor. Así al menos lo ha podido corroborar zamora24horas de testigos presenciales que siguieron varias fases del suceso. En concreto, poco antes de las cinco de la madrugada, la Policía Local se disponía a realizar un control rutinario de alcohol en la noche del sábado al domingo en Cardenal Cisneros, a la altura del centro comercial.
En ese momento, un conductor se percató del control y lejos de detenerse se saltó el alto de los agentes y atravesó a gran velocidad Cardenal Cisneros para posteriormente meterse por la carretera de la Estación. En su huida, una patrulla de la Policía Nacional comprobó ese comportamiento extraño y comenzó la persecución. El conductor tomó entonces la subida por la calle Alfonso Peña y para intentar despistar a los agentes trató de girar bruscamente hacia la calle Brahones, cogiendo la vía en dirección prohibida.
No obstante, ante la velocidad que llevaba el vehículo, el giro se hizo imposible y tras subirse en la acera, el conductor perdió el control del turismo y se empotró contra la pared, generando un importante agujero en los bajos del edificio, que afortunadamente en este caso no tenía uso comercial, y destrozando el frontal del coche.