Salamaq ha sido el escenario elegido por la Diputación de Salamanca, la Universidad de Salamanca y el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA) para presentar los resultados de los proyectos surgidos gracias al convenio entre instituciones y que se han centrado en el estudio del mundo del campo para prestar mejores servicios tanto a los profesionales como a la sociedad en su conjunto.
Javier Iglesias, presidente de la Diputación, ha querido resaltar la importancia de la colaboración entre instituciones así como con muchas empresas, que ha permitido la transferencia del conocimiento ya que estas son “socios estratégicos para avanzar en el futuro”.
Igualmente, Iglesias ha manifestado que si bien hasta hace pocos años, la Universidad y la Diputación habían sido instituciones muy independientes entre sí, el trabajo en común ha demostrado que es el mejor camino para ofrecer “los mejores servicios al mundo del campo” y, dado el éxito de esta convocatoria, ha anunciado su voluntad de realizar un nuevo proyecto de este calado en el futuro más inmediato.
El presidente de la Diputación igualmente ha recordado que su objetivo de potenciar y mejorar la Salamanca rural se quedaba coja” si no nos apoyábamos e iniciábamos acciones para poner en valor el mundo del campo” que, aunque para muchos “puede ser un mundo ajeno, es un sector estratégico, vital y de futuro para el desarrollo de cualquier sociedad avanzada”.
De hecho, ha remarcado que con Salamaq se ha mandado un mensaje claro a la sociedad, como bien apuntó el ministro en su inauguración, y es que “sin los agricultores y los ganaderos, España no sería el gran país que es”, puesto que no sólo garantiza el suministro interior sino que ofrece oportunidades de exportación cifradas en 55.000 millones de euros.
Poner en valor el mundo del campo a través del I+D+i
Esto es posible porque los profesionales agroalimentarios “no dejan de ser empresarios”. Esto implica también que tengan que crecer no sólo en cantidad sino en calidad. En definitiva, que cobren valor, algo en lo que la Diputación trabaja constantemente: desde hacer carreteras hasta potenciando el I+D+i, como se ha hecho en esta ocasión de la mano de la USAL y del IRNASA -que es un instituto mixto de la Universidad y el CSIC-.
Por ello, la institución provincial no sólo ha dedicado en esta convocatoria medio millón de euros, sino que quiere seguir trabajando de la mano de estos socios estratégicos, como son la USAL y el IRNASA, para desarrollar políticas “que tengan que ver con las explotaciones y la productividad de las mismas” en un mundo del campo que cada vez está más altamente cualificado.
“Somos socios más allá de este tipo de acuerdos”, matizó Javier Iglesias, que también puso como ejemplo el futuro Campus Agroambiental que sentará “las bases de lo que es la Salamanca del Sector Primario del futuro” y donde tanto la Diputación como el IRNASA contarán con centros propios, para dedicarlo a la investigación y para la transferencia del conocimiento, respectivamente.
Por último, el presidente de la Diputación recogió el guante de las empresas para garantizar a sus representantes que contarán con ellos para ese tipo de proyectos en los que se necesite su ayuda para aplicar el conocimiento y la investigación desarrolladas.
Iñigo Zabalgogeazcoa, vicedirector del IRNASA, agradeció todas estas palabras así como el reconocimiento a Mar Siles, directora del instituto y ausente por un compromiso profesional, y afirmó que la voluntad del centro es seguir participando en este tipo de proyectos que se centran en la transición y la producción ecológica agraria.
“Esta colaboración es una seña de identidad de Salamanca”
Por su parte, el rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, dio la enhorabuena a todos los investigadores por el trabajo desarrollado durante estos años, y destacó que este tipo de acciones que benefician al sector primario y que no se encuentran en otras provincias han de seguir realizándose.
Y es que la Diputación y la USAL han encontrado la forma adecuada de poner en contacto los grupos de investigación “más potentes” con las empresas. Una colaboración que es “una seña de identidad de Salamanca”, apuntó, mostrando su felicidad tras escuchar las palabras del presidente de la Diputación de que habrá continuidad a esta convocatoria, puesto que también es la voluntad del Estudio salmantino.
Respecto al futuro Campus Agroambiental, donde también estarán los investigadores que han participado en estos proyectos, Rivero mostró su deseo de que se logre generar un conocimiento que posteriormente se pueda transferir para poner en valor la industria agroalimentaria, no solo salmantina aunque sí principalmente.
Asimismo, aseveró que los “muy potentes” grupos de investigación que hay en Salamanca deben crecer en el futuro, para lo que necesitan un respaldo decidido por parte de todas las instituciones. “Ya hemos pedido ayuda del nuevo delegado de Transferencia, porque hay que potenciar los recursos y los talentos jóvenes”, prosiguió, para así producir más en la investigación agrícola y ganadera.
En definitiva, un respaldo “como el que refleja la apuesta por estructuras como el Campus Agroambiental”, donde la Diputación se encargará de “institucionalizar la colaboración las empresas”. Por último, dio las gracias a Iglesias por “esa visión inteligente de futuro” y a los investigadores por su trabajo, resaltando que “un instituto tan potente como el CIALE tiene que ser aprovechado”.
Un hongo estimulante que es el “latin lover” del trigo
El doctor Enrique Monte, del CIALE, fue el primero en exponer las conclusiones de su proyecto, ‘Selección de bioestimulantes microbianos para su aplicación en cultivos herbáceos extensivos’, que ha consistido en el estudio del hongo trichoderma no sólo como agente biofungicida de las plantas, sino como estimulante del crecimiento.
Monte, que definió al trichoderma como “Antonio Banderas en ‘El Zorro’”, porque “es implacable con los malos pero un latin lover con las chicas”, detalló que han logrado averiguar que si se aplica este hongo en la pildoración de las semillas del trigo se mejora el cultivo de este cereal en extensivo. “Es algo simple pero que no había hecho nadie”, ha señalado el doctor del CIALE, indicando que han encontrado un mayor rendimiento en kilogramos por hectárea de una manera estadística significativa.
Asimismo, otro de los logros que ha encontrado este equipo de investigación es que el trichoderma regula los nodos de defensa y de crecimiento de la planta y la explicación de esto. En definitiva, “no sólo sabemos que funciona sino también por qué”.
El segundo proyecto, ‘Clasificación y predicción de parámetros de calidad de productos del cerdo ibérico en función de las características de la materia prima y la tecnología de elaboración mediante el uso de herramientas multiparamétricas’, fue presentado por Inmaculada González, profesora del departamento de Química Analítica, Nutrición y Bromatología.
Gracias a él, los investigadores pudieron establecer un sistema certero de clasificación de los animales en función de la pureza de la raza y los días de montanera, así como evaluar la maduración de los productos y establecer un estudio comparativo entre la metodología tradicional y experimental.
Mejorar los cereales con una bacteria que permita un mayor cultivo, de más calidad y respetuoso con el suelo
El tercer proyecto fue expuesto por el catedrático del Área de Microbiología y Genética, Raúl Rivas, cuyo grupo de investigación se centró en la mejora del cultivo de cereales pero a través de una bacteria, algo que se ha desarrollado para adaptarse a los cambios actuales que hay en el mundo para lograr una producción sostenible.
Es decir, aumentar la cantidad de producción de cultivo pero con una mayor calidad del mismo y que a su vez sea respetuoso con el suelo y el medioambiente, lo que permitirá desarrollar productos de un alto valor añadido. Rivas, además, aseguró que en los próximos años se verá implementado este proceso.
El cuarto proyecto, titulado ‘Impulso a la comercialización de productos de la colmena salmantina de calidad’, a cargo de José Sánchez, del CIALE, se desarrolló en el entorno de la apicultura. “Hemos hecho análisis botánicos, químicos y también sensoriales, que son los que aprecian los consumidores porque tienen relación con el sabor y el olor, aunque nos hemos quedado cortos en eso. Pero aun así hemos conseguido establecer un sistema y a través de diferentes estudios de mercado hemos decidido hacer algunos cambios en la comercialización”, explicó Sánchez.
El último proyecto cuyas conclusiones fueron expuestas hoy se titula ‘Uso y prácticas agropecuarias certificadas en agricultura ecológica como método de conservación y gestión del paisaje del ecosistema dehesa’, dirigido por Carlos Palacios, contó también con la participación del Irnasa-Csic.
Se trata de un trabajo multidisciplinar con 22 investigadores que permitió hacer una “foto fija” de la dehesa. “Cómo está y cómo mejorarla, siempre teniendo en cuenta la producción ecológica”, explicó Palacios. A través del análisis de los suelos, del estudio de la historia y del uso de drones pudieron concluir que “existen zonas de la dehesa que se están perdiendo” y, por otro lado, que “sin la agricultura y la ganadería no habría dehesa”.